LA FLOTILLA DE LA LIBERTAD

Si los españoles que han participado en la flotilla de la libertad querían luchar por los derechos humanos, podrían haber ido a Siria, o al Sahara occidental donde las tropas asesinas marroquíes atentan  sistemáticamente contra los derechos humanos. Incluso, si de lo que se trataba era de demostrar valentía, Afganistán habría sido un destino más que digno. Posteriormente, también habrían podido continuar su viaje por tierras de Pakistán, para solidarizarse con Malala Yousafzai, activista de 14 años tiroteada por defender los derechos educativos de las niñas. Y, de paso, apoyar a todos aquellos cristianos que no pueden vivir tranquilos en los países musulmanes por el hecho de profesar un credo distinto. Pero claro, allí no hay "perversos judíos" a los que echarles la culpa de todo.

Queda claro la impostura y la indecencia de estos “progresistas” que van a unos territorios controlados por Israel, sabiendo que es la única democracia de Oriente Próximo, en la que después de hacerles ver que han hecho literalmente el ridículo, los van a repatriar a España. Sanos y salvos, sin un rasguño. Eso sí, el viajecito les servirá para fardar ante los colegas, incluso, con algo de suerte, lograrán que alguna chati se le haga el minete Pepsi Cola al escuchar la historia en la que “los pérfidos israelíes” asaltaban el barco y se hacían con el control de la nave. ¡Que aventura colega!

Decía alguien que hay dos formas de ser completamente feliz, una es hacerse el idiota y, otra bien distinta, al serlo. Considero que los miembros de la flotilla de la libertad deber ser felices, seguro, por partida doble. Quisiera añadir también que para muchos es demencial que tipos de IU, que tanto aman dictaduras comunistas, se metan a luchadores por la libertad, cuando lo realmente demencial es que los periodistas coloquen en la misma frase la palabra libertad y comunista, Ya saben, antagónicas entre sí.

Lo único cierto es que Israel ha tratado a cuerpo de rey a estos turistas del absurdo que apoyan, en innumerables ocasiones, a terroristas palestinos. Unas veces de palabra,  otras colocándose el pañuelo, pensando que, de alguna manera, el hábito hace al monje. Pero vestidos de árabes o del sargento de Village People, deberían saber que en cualquier lugar donde el Islam es frontera, existe un conflicto armado. Y que no es fácil para Israel contener a aquellos que sólo sueñan con arrojarlos al mar. De tal manera que la próxima vez que sientan deseos ardientes de hacer el canelo, les invito a irse directamente a navegar por los estanques del retiro vestidos de jeques.  Estoy convencido, los patos le agradecerán el espectáculo.

Coda: Malala Yousafzai mejora cada día en la cama de un hospital británico. Espero que se recupere pronto y pueda llegar a estudiar en un colegio. A ser posible en occidente, un archipiélago de libertad, a pesar de todos sus defectos.

Sergio Calle Llorens