LA MOVIDA MALAGUEÑA




El pasado viernes se presentó en Málaga capital el libro “Málaga y la nueva ola” escrito por José Luis Cabrera y Lutz Petry. En esta ciudad nuestra, mediterránea, liberal, cosmopolita, canalla, libre que es un enclave diferente en el contexto andaluz ocurrieron cosas difíciles de explicar si no se tuvo la suerte de vivirlas de primera mano. Por ello, el libro es un recorrido por esos bares y antros donde tribus urbanas como los Rockers, los Punks, los mods y los de la nueva Ola convivían de buena gana en aquellos maravillosos años 80. Por entonces, el director de Rock Espezial, Miguel Ángel Arena escribía lo siguiente: Málaga de momento parece ser la única ciudad española del aletargado sur español capaz de prepararnos algunas sorpresas en forma de grupo. Tan dinámica fue la capital de la Costal del Sol que los Mods malagueños organizaron la primera concentración mod española, en el año 1984. Además, todos se preguntaban por qué los grupos malagueños en vez de parecerse a Nacha Pop, a Kaka de Luxe y grupos por el estilo, emulaban a Simple Minds, Blondie o Joy Division. La razón es bien simple, en tierras malagueñas el componente inglés siempre ha sido muy fuerte. Desde hace mucho tiempo la burguesía malagueña fue creada por personas arribadas de las islas británicas y otros lugares europeos. Además el puente aéreo Londres- Málaga ha funcionado sobremanera y desde la década de los 60, la ciudad del paraíso aprendió las nuevas tendencias de los malagueños británicos. Las tribus urbanas que copaban los márgenes de la carretera de Cádiz y Torremolinos, y que invadían de vez en cuando, los barrios marineros de El Palo y Pedregalejo. Todos ellos daban una nota de color y de imaginación a la ciudad. Como no recordar lugares como el Filo donde los Rockers bailaban en plena calle a ritmo de furioso Rock and Roll, o Sophistica y Portobello, lugares emblemáticos para los Mods. Que decir de bandas malagueñas como Danza Invisible, Cámara, Krazy Boys o los terribles Requiem. Vanguardistas, nuevas tendencias que se mezclaban con las ganas de pasarlo bien a toda costa. Como no recordar con nostalgia aquellos años por los que vamos peinando canas.


El libro, por tanto, se convierte en lectura imprescindible para todos aquellos que quieran rememorar glorias pasadas. Un paseo guiado por la memoria musical y vital de la ciudad del paraíso en la década de los ochenta. La obra recoge a todo un sinfín de criaturas bebiendo cócteles en los jardines del Colegio de Arquitectos- en pleno corazón del barrio inglés-, en Portobello O Krystall mientras de fondo se escuchaba a Bowie, The Jam, Elvis, Blondie, Sex Pistols etc. José Luís Cabrera y Lutz Petry han logrado transportarnos a esa época explicando a su forma los años más extravagantes y divertidos de Málaga. Enhorabuena, por tanto, a los autores a la editorial Alfama y al área de cultura del ayuntamiento de Málaga. Lástima que en la actualidad esa frescura ya no exista, y las tribus urbanas se hayan convertido en algo testimonial y minoritario. Hoy día los jóvenes son clones a la hora de vestir, y cuando hablan demuestran que muchos de ellos llegaron tarde a la entrega de cerebros. Aunque es justo reconocer que a veces todavía es posible encontrar bares en los rincones de esta ciudad, donde uno pueda escuchar aquella música y hablar de la movida. Tal vez sea muy poco para una década, pero menos da una piedra. Gracias otra vez de corazón a los autores de la obra, por envolvernos de nostalgia por un tiempo afortunadamente recuperado donde era posible encontrar a diseñadores, escritores, músicos, pintores y hasta vampiros nocturnos en una orgía creativa sin precedentes.