lunes, 1 de abril de 2013

LEYENDAS DE LAS SIERRAS DE LAS NIEVES


La Sierra de las Nieves es uno de los lugares más singulares del sur de España. Su riqueza paisajista, vegetal y humana no deja a nadie indiferente. Un lugar que parece suspendido entre el cielo y el suelo; cumbres nevadas, bosques que parecen sacados de un cuento escandinavo y, por supuesto, a vista de un mediterráneo azulado que  se mueve mecido por las olas en la declinación ideal de la tarde. Refugio, sin duda, de las almas que saben percibir la belleza de este rincón malagueño. Su historia es susurrada por el viento que agita los árboles en cualquier época del año, pero también por sus extrañas leyendas que se narran, junto al fuego, en las largas noches de invierno.


La Leyenda de los Guerra



Cuenta la leyenda que en aquellas tierras la familia de los Guerra tenía una casa. Allí en la caída norte del Torrecilla, el patriarca de la familia había erigido su cortijo. La vida transcurría feliz para los suyos. Cuando no estaban cultivando la tierra, estaban disfrutando de las espectaculares vistas que la sierra les regalaba cada día. Hasta que un día, un duende burlón llegó a instalarse en la vivienda. Éste empezó a tirar los platos al suelo, hacía ruido de noche, y soltaba al ganado. Un día estaba tan aterrorizada la familia, que en medio de la noche tuvieron que abandonar la casa para escapar a su casa de Tolox. Cuando se hallaban en medio del camino, la señora se dio cuenta de que le faltaba su mejor sartén, entonces el marido volvió sobre sus pasos para recuperarla. Buscó la sartén por todas partes, pero sin éxito. Entonces cuando se adentraba en el bosque oyó una voz que le decía: “ La sartén la llevo yo”.

No sabemos que aconteció al duende de los Guerra, pero la historia cuenta que la familia nunca más volvió al cortijo. Hoy día, el cortijo puede visitarse en las cercanías de las Cuevas del Moro. Hay algunos frutales y un agua cristalina y fresca que, afirman,  hace más sabio a aquellos que la prueban

La Caína y Pomeyo

Otra leyenda muy popular, es la de la Caína. Dicen que era una mujer tan malvada que sus vecinos la bautizaron con ese apelativo. Sin embargo, la historia de esta mujer ajusticiada por la Inquisición en Málaga, no merecía tal apelativo. Simplemente era una señora adelantada a su tiempo que mostraba cierta querencia a los hombres casados. Algo que le costaría caro a la pobre y ardiente mujer.

También hay lugar para las leyendas con personajes históricos en la sierra. Dicen las crónicas que Pompeyo tras perder la batalla refugio en una cueva cercana al Cortijo de la Sardina Baja. Al verse acorralado, escondió un gran tesoro cuyo peso llegaba a los 200 kilos. Desde entonces lugareños y forasteros han tratado, en vano, de hacerse con el tesoro de tan ilustre personaje.

Batallas Fantasmales

La Sierra de las Nieves fue testigo de la guerra contra los Moriscos. Allá por 1568, durante el reinado del segundo de nuestros Felipes, se produce la rebelión de los moriscos de Istán, y en 1569, se les unen los moriscos de Ojén, tras matar a sus vecinos cristianos viejos e incendiar sus iglesias, casas y cultivos. Felipe II encomendó al Duque de Medina Sidonia y al Duque de Arcos que acabaran con la rebelión de los Moriscos. Para lograrlo, vencieron a esa población de origen musulmán a sangre y fuego. Son muchos los lugareños que afirman haber oído durante la noche batallas entre cristianos y moriscos; los ruidos de espadas, los gritos y el cabalgar de los caballos han dejado aterrorizado a más de un escéptico de los sucesos extraños. Curiosamente, estas batallas fantasmales suelen acontecer especialmente en la otoñada. No es el único caso de luchas de espectros, pues hay quien afirma haber visto a las huestes del caballero mozárabe Omar Ben Hafsún cabalgando en estas sierras malagueñas. Un hombre cuya leyenda ha llegado a nosotros por haber puesto de rodillas a los omeyas cordobeses.

Silencio Total

En pleno corazón del parque natural, nos topamos con una zona misteriosa conocida como el silencio total. Se encuentra entre el Peñón de Ronda y la Cañada de las Ánimas. En ese lugar, podemos dar fe que cuando vas caminando el trinar de las aves y hasta el murmullo del viento que, suele jugar con la hojarasca, se detienen. Es un silencio extraño, amodorrado e inquietante. Por momentos pareciera que unos grandes ojos negros se clavan en los visitantes. Sin embargo, otros encuentran en ese “silencio total” una dulce sensación de paz.

Otro asunto sorprendente es el Doble Sol. Un fenómeno que tiene lugar en los calurosos días de primavera cuando el astro rey aparece duplicado allá en el cielo.

Los Pinsapos

En el mediterráneo viven nueve especies de abetos que son el residuo de los extensos bosques de confieras que existieron en esta zona antes de la retirarse los hielos en el cuaternario. Nuestros pinsapos sólo se encuentran en tres zonas boscosas como; Sierra Bermeja entre Estepona y Genalguacil, en Grazalema y en nuestra Sierra de las Nieves. Su sola existencia merece una visita por su belleza extraordinaria. En el Pinsapar de las ánimas y en el de la Caridad, también se han producido fenómenos extraños. Al parecer, en el Cortijo de Majada Vieja, un pastor asistía a la aparición de una sombra de mujer reflejada en las blancas rocas calizas, mientras vigilaba el ganado. La sombra suele aparecer durante las noches de luna llena.

Los Encuerichi

Una mujer llamada Micaela se las ingenió a finales del siglo XIX para convencer a algunos lugareños de que el fin del mundo se aproximaba. Al año siguiente, se dirige a un cortijo de su propiedad en la zona de la Vega del Horno, entre el arroyo de Juncalero y río verde. Hacen una gran hoguera con sus ropas. Bailas desnudos alrededor del fuego purificador. Encuerichi, como dicen por la zona, van danzando durante la madrugada, esperando, dicen, la llegada del fin del mundo. Atraídos por la hoguera, varios jóvenes del pueblo se acercan y, finalmente, se unen a la danza. Micaela incluso llega a casar a una de las presentes. En un momento dado, la extraña mujer pide que empiecen a desollarse vivos, y éstos, obedecen. El asunto terminó en un juicio celebrado en Málaga con una sentencia bastante laxa; varios meses de arresto.

Desde entonces, los lugareños han sido reacios a tratar el tema. Sin embargo, en pleno siglo XXI,  las danzas nocturnas alrededor de un fuego siguen teniendo lugar cuando la oscuridad reina en el corazón del bosque.




La Muerte de Pasos Largos

La muerte del bandolero más famoso de la época tuvo lugar el 18 de febrero de 1934 tras ser abatatado por la Guardia Civil en la Cueva del Palmito. Sin embargo, para muchos,  la muerte del forajido estuvo siempre cubierta por la niebla del misterio. Una teoría muy aceptada afirma que fue asesinado a sangre fría  por unos cazadores furtivos que le destrozaron la cabeza con una piedra. Posteriormente, la Benemérita habría realizado un simulacro de tiroteo. De esta forma, los agentes se apuntaron el tanto de su muerte y los cazadores furtivos  habrían obtenido la protección de los civiles

En el museo de los bandoleros encontramos un edificio coqueto donde encontramos profusa documentación de la historia y leyenda de estos asaltadores de caminos que tanto han cautivado la imaginación  de varias generaciones. El museo dispone de una taberna de la época.

Pero ya sea en sus montañas, en sus bosques de alcornocales, pinsapos o quejigos, la Sierra de las Nieves  es un lugar propenso a los encuentros sobrenaturales. Y si no se producen, el visitante siempre puede admirar sus cumbres blancas, sus bosques verdes y el azul de un mediterráneo infinito que, mientras más se mira, más difícil es comprender su enigma.

Sergio Calle Llorens

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