sábado, 13 de abril de 2024

¡CHIHUAHUAS!

 


No sé qué le pasa a una persona por la cabeza para comprarse un chihuahua. Tal vez los seguidores de esta raza sienten que sus vidas no tienen sentido y, voilá; perrito repugnante a casa. La verdad es que uno contempla a estos animalitos acercarse con esas ganas de armar gresca y pensar; la madre que los parió. No sólo es el can más pequeño del mundo sino el más horripilante. Jugando a hacer un juego comparativo he de añadir, que ya es mucha añadidura, que ni los Gremlins alcanzan ese nivel de fealdad al contacto con el H2O. Tampoco un guionista de películas de serie B ha podido crear jamás una cosa tan espeluznante. A mí me parece que el chihuahua es como si a una comisión de científicos le encargasen la creación de un hombre bello y sagaz e inventaran a Óscar Puente.

Lo peor de todo es que ya sea un chihuahua o el mismísimo ministro de transporte, hay gente que se ofende cuando uno expresa en voz alta lo pavoroso que resulta la experiencia de cruzarse con estos animalitos. A día de hoy estudios genéticos confirman que el perrito mejicano actual es el resultado actual de un cruce con perros europeos. De la procedencia del ex Alcalde de Valladolid todos son conjeturas, a cual más descabellada. 

Debe ser pavoroso montarse en un tren- de esos que el responsable de la cartera de transportes no quiere llevar a Marbella que es la única ciudad de España con más de 150.000 habitantes sin conexión ferroviaria- y encontrarte, y de una única tacada- al señor ministro y al feo chihuahua. Yo creo que si tuviera que enfrentarme a esa experiencia me daría por cerrar los ojos y fingiría estar durmiendo, y si alguien, por aquello de que mi ángel de la guarda estuviera despistado el día en cuestión,  tratara de arrancarme de los brazos del falso Morfeo, le recitaría el siguiente verso:

                         Despertaban con empeño

                         a un famoso dormilón

                         y el repetía con ceño

                         ¡dejadme, la vida es sueño

                         como dijo Calderón!

Sergio Calle Llorens




lunes, 8 de abril de 2024

¡DE FENICIOS!

 




En la mar las olas adquieren un intenso color azul gracias a que las últimas lluvias han alimentado las Noctiluca Scintilans, unas algas que se iluminan bajo las aguas de las playas rinconeras de la Cala del Moral y de Torre de Benagalbón. El espectáculo a esta orilla del Mediterráneo es de una belleza incomparable que deja sin aliento a los poetas, a los amantes y a los sensibles de espíritu.

Los fenicios, primer pueblo que comenzó a navegar todo el año, pensaban que este efecto lumínico al paso de sus barcos lo provocaba Noctiluca que les protegía. Por eso a la Virgen del Carmen, patrona de las gentes del mar y heredera de la Diosa fenicia, se la representa con una Stella Maris.  Este dato es muy desconocido en las poblaciones alejadas de esta patria sabia y antigua. Además, de las cosas del mar el vulgo lo desconoce casi todo. Por otra parte, como indicaba mi buen amigo Sherlock Holmes; nada resulta más engañoso que un hecho evidente.

 Curiosamente hay gente que tiene miedo a bañarse de noche cuando las olas se pitan de un azul fluorescente cuando, en verdad, es una maravilla mover tus brazos en el agua porque iluminas todo a tu alrededor como una bengala. Una experiencia inolvidable para aquellos que tenemos la inmensa suerte de vivir a estas orillas.

Pesando en esta civilización, uno no puede abstraerse a la cantidad de cosas que nos legaron: desde el nombre del viejo continente- Europa era una princesa fenicia- fundaciones de ciudades como Ibiza o Málaga, pasando por las famosas jábegas cuyo ojo colocado estratégicamente en la proa de la embarcación- también está presente en los trenes del suburbano malagueño- hasta la creación del alfabeto y la introducción de la vid y el olivo. Tampoco me puedo olvidar del gusto de este pueblo semita, otrora señor del Mediterráneo, por el comercio.

Así que cuando contemplo a estas olas azules luminiscentes a mi boca sólo tornan palabras de agradecimientos por este legado cultural que se derraman en estas arenas.

Sergio Calle Llorens