sábado, 30 de enero de 2016

NOSTRADAMUS

Hay gente tan ligera de cascos como una hoja de acacia. De este tipo de personas no se libra uno ni en el disfrute del nocturno. Esas horas en las que un cielo límpido y cubierto de estrellas me hace ver nuestra infinita pequeñez en el universo. Como ya saben, me encanta caminar envuelto en la más absoluta oscuridad y amo, al igual que la lechuza, el búho y el cuclillo, la frescura y la nocturnidad. Caminar a oscuras es cosa bella pero ni siquiera en las madrugadas sin luna, logro la ansiada paz de espíritu.

Suele ocurrirme que a la vuelta de estos paseos andarines míos me encuentro con una mujer inglesa, bastante mayor por cierto, con la que entablo conversación o, mejor debería decir que ella se lanza al acto comunicativo con un servidor. Siempre ocurre de la misma manera; si yo voy en compañía de mi can, ella aprovecha el hecho consumado de que nuestros perros se huelen el trasero para darme cháchara.  En caso contrario me ignora. Sus ideas me dejan esa inmensa sensación de vacío como la calvicie de los cielos diurnos. Cielos que se me antojan más tristes en las ciudades con río. Sin embargo, no me gusta ser descortés y atiendo las cuestiones que ella me plantea con mayor o menor gracia.

Ayer en el estrellado paseo, comenzó a hablarme de la influencia de los astros en los seres humanos. Una ciencia que en esta parte del mundo se conoce como astrología. En verdad, no voy a negar lo que afecta la Diosa Noctiluca a mi devenir nocturno. Especialmente cuando sale de fiesta con la cara lavada y recién peinada .Un lucero que ilumina cualquier mar y cuya luz en el pasado fue elemento clave en los bombardeos de las ciudades de Europa más afamadas.  Sin embargo, no logro entender que haya gente que siga pensando que según la alineación de Júpiter o Saturno, los nacidos bajo el embrujo de esos astros van a tener más o menos suerte en el tema de la coyunda o, en los negocios. Desafortunadamente, mi interlocutora, que a estas alturas del paseo está algo harta de la manía pélvica y reproductora de mi Husky siberiano, responde hablándome del poder de las estrellas y de las Profecías de Michel de Nostradamus. Y todo con su dulce acento de York de mujer distinguida.

Igual que el cielo descubre todos sus secretos en las noches sin luna, la mujer va desgranando su falta de tino cuando empieza a relatarme todas las predicciones  del francés que se han cumplido: Hitler, Napoleón y hasta el ataque de las torres gemelas. Su discurso, no crean, estaba bien hilado. Finalmente, tomo la palabra y le contesto en la lengua de Shakespeare para decirle que Nostradamus siempre me ha parecido un impostor y que sus profecías son todas mumbo-jumbo. Un término que podría traducirse como un galimatías. 

Afortunadamente, los hijos de la Gran Bretaña suelen ser bastante bien encajadores y no se toman las cosas tan personales como, sin duda, acontece con los ibéricos. En verdad, le digo, ese falso profeta pensaba, como era muy habitual en los hombres de su tiempo, que la historia era cíclica y por ello se lanzó a crear unas cuartetas pensando que en el futuro se volverían a repetir los desastres. Por otra parte, nunca dio una fecha definitiva y escribía 66 y así, claramente,  hay muchas más posibilidades de acertar. En cuanto a Hitler, él escribió Hister y ni de casualidad fue capaz de adelantar la muerte de Enrique II. Lean  no me dirán que esta cuarteta se refiere a los que muchos, una inmensa mayoría, piensan que se refiere:

El joven león vencerá al viejo
En el campo de batalla en combate singular
En jaula de oro le quebrará los ojos,
Dos flotas una, después de morir, muerte cruel.

Y vaya usted a saber a qué leches se refería el tipo porque Nostradamus dirigió una carta al monarca, fechada el 14 de marzo de 1558 en la que el astrólogo lejos de presagiar su muerte, le dijo que “sería invencible”.  De cualquier personaje menos del Rey francés.

En lo relacionado con la destrucción de las torres en la ciudad de Nueva York, el galo se refería, sin ningún género de dudas, a Nápoles, fundada por los griegos cuyo nombre etimológico significa precisamente eso “Nueva Ciudad”- Neos= nueva. Polis=Ciudad-

Concluí mi discurso en el nocturno afirmando que Nostradamus no dio una, ni en vida, ni mucho menos en muerte.  Hubiera sido más convincente si hubiera escrito algo menos críptico y certero como; “hijo de vaquero con apellido de arbusto en inglés y nombre del Santo varón que matón al Dragón tomará el poder aún siendo tonto”. Y para no dejar lugar a las dudas, el año exacto del acontecimiento. Como no se dio, Nostradamus será siempre el protagonista de ese chiste en el que un hombre pega en el portal de un vidente y éste pregunta;”¿Quién es?” y la conclusión es clara: “pues vaya mierda de adivino”.

Finalmente la súbdita británica se batió en justa retirada y yo me quedé mirando, al fin, como los rayos de luna penetraban por las ramas de un pino piñonero con el susurro del viento que hacía la siguiente predicción: “Amigo husky, tú a esa linda perrita no te la follas”. Doy fe que la profecía se ha cumplido con creces.


Sergio Calle Llorens

DANMARK; JAVIST

Usted no lo sabe, pero por eso se lo dejo yo aquí escrito,  Dinamarca es un país que prohíbe que los extranjeros puedan comprar casas en su territorio en caso de no tener la residencia permanente. Usted no lo sabe, pero por eso se lo cuento yo,  Dinamarca no permite que en ningún edificio oficial o casa de particular haya una bandera, cualquier tipo de bandera, por encima de la nacional. Usted no lo sabe, y por eso se lo relato yo, en Dinamarca no hay más suicidios que en España, simplemente en nuestro país se necesita o una carta anunciando la intención de matarse o, en su defecto, un individuo que sea testigo del luctuoso fenómeno. Vaya que el recuento español de aquellos que desconectaron su cerebro voluntariamente padece de anemia. 

Lo que sí sabe, porque los medios de comunicación se han encargado de anunciar a bombo y platillo, es que Dinamarca confiscará los bienes a los extranjeros para evitar que sigan llegando refugiados a las tierras de Han Christian Andersen.  Y es que Dinamarca es un país pequeño que legisla para que la costa danesa no se vea invadida por alemanes como ha ocurrido en Mallorca. Y es que Dinamarca hace y hará lo que sea necesario para defender su independencia, su forma de vida y su idiosincrasia más que le pese a algunos. Y es que Dinamarca es una nación seria que, por más que últimamente haya salido en los medios como nación insolidaria, ha hecho más por los inmigrantes que cualquier territorio europeo. Así que lecciones las justas. Dinamarca, faltaría más, tiene todo el derecho a defenderse aunque usted no lo sepa o, no quiera saberlo o pasa demasiado tiempo en Twitter rebuznando.

Danmark? Javist.


Sergio Calle Llorens

sábado, 16 de enero de 2016

LA PLUMA

Podría repetir ese viejo dicho que afirma que escribir es un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo, aunque yo no lo veo de esa manera. Diría que es un trabajo sucio pero alguien ha de saber cómo hacerlo. Yo, permítanme la falta de modestia, sé cómo.  Esa habilidad me ha traído muchos problemas sobre todo a la hora de exponer mi visión del mundo. No pido que nadie, faltaría más, la comparta pero sí que se respete.

Un articulista debe mover su pluma como un hierro candente. Tratando, y en todo momento, que el contrario  no se le acerque demasiado. Una actitud que debe aplicarse incluso a los compañeros de armas. La idea es siempre tratar de penetrar en la defensa enemiga sin dejar al descubierto parte vital alguna.

Para escribir bien se necesita destreza que, era el arte de dominar la espada, frente a las sucias tretas de los contrincantes. Para relatar correctamente se necesita frialdad en el análisis  como cuando el espadachín observaba a su rival para mandarlo a cenar con Jesucristo.  Para exponer juicios fuertes hay que tener un pulso firme y, a renglón seguido, dibujar una línea que nadie debe traspasar jamás. 

Mi protocolo expresivo se basa en no permitir que criatura alguna me diga qué cosas puedo o no escribir. Una forma de decirle al mundo que jamás renunciaré a mi libertad entendida, por supuesto, como el éxito vital de no tener que levantarme cada mañana estrechándole la mano a gente a la que detesto. Y yo, por si no lo saben,  ahorita lo aclaro; detesto a una inmensa mayoría.

Si la espada, como leí recientemente, te pone la historia en la mano, y es hoy un instrumento de aprendizaje y de cultura, la pluma ha de ser afilada para cortar conciencias ajenas ancladas en el inmovilismo aunque no mate como un florete. Mi pluma, como  mi espada, se han cruzado con otras en duelos interesantísimos.  De todo ello se desprende la historia de alguien que lo tuvo todo en contra pero sobrevivió para desgracia de muchos.

Mi verbo es el resultado de mi liberalismo, de la manera en la que entiendo la existencia. Mi solución ha sido individual y se aleja de la turba. Mi respuesta ha sido el combate cuerpo a cuerpo cuando hubiera sido más fácil plegarme a los deseos de aquellos que querían alquilar mis servicios de escribidor.

Sé que mi batalla está perdida de antemano por la cobardía de mis conciudadanos pero, aún siendo consciente de ello, no pienso poner la otra mejilla jamás. Yo, sencillamente, moriré matando- metafóricamente hablando- porque pertenezco a una estirpe de soldado viejo que bajo la lluvia, o con un sol de justicia, avanza bajo las antiguas banderas de San Andrés. Saldré a pelear siempre y si estoy tan ocupado en la batalla que me olvido de Dios, espero que él no se olvide de mí.

Estaré siempre del otro lado; de ese que defiende que todos los españoles seamos iguales ante la ley. De ese que ama la diversidad lingüística de la nación moderna más antigua del mundo. De ese que huye de la imposición de credos religiosos o políticos. De esa izquierda resentida a la que Franco se le murió en la cama.  De esa ultraderecha en forma de nueva partido que parece Carlista. De ese nacionalismo vasco y catalán cuyos preceptos parecen sacados del Mein Kampf de Adolf Hitler. Sí, yo estaré en todo momento del otro lado y usted, o alguno de los suyos, en frente apretando el gatillo al amanecer. Miré el cuadro de Gisbert para ver como morimos los liberales en una playa malagueña. Entonces lo entenderá todo o tal vez no entienda nada.


Sergio Calle Llorens

jueves, 14 de enero de 2016

EL CIRCO

Cuesta creer que una nación como España que reconoció los derechos de los indígenas en 1542 al reconocerles como súbditos libres de la Corona tenga hoy, y para su desgracia, un parlamento en el que diferentes tribus compiten por hacer el indio.

Se trata de aparentar más que de ser. La de Podemos trae un bebé para demostrar cuan moderna que es aunque sea acompañada de su niñera. Hacerse la foto para quedar, como diría el insufrible Josep Pedrerol, retratada en 1931. Unas veces son pequeñas criaturas y otras Reinas magas de Valencia vestidas de lagarteranas en plan busconas. Carmena que se baja del metro para subirse cinco minutos después al coche oficial. Gestos de vuelos gallináceos que tan feliz parecen hacer a la turba.

Un circo con Buffalo Bill, Caballo Loco, Toro Sentado y los payasos de la tele en el que ya han pasado zotes intelectuales como ZP y en el que siguen, para nuestro escarnio, personajes como Celia Villalobos y Alberto Garzón. Éste último, imagino, solo ha quedado para llevarle el café a Pablo Iglesias. Indios contra cowboys en un intenso fuego cruzado con algunas pausas para fumar la pipa de la paz. Parlamentos paupérrimos con palabras como ciudadanía que, de usarlas tanto, se me antojan gastadísimas y sin valor alguno. 

Un manicomio en el que ya se ve como normal que un tal Rufián- Dios a veces es justo con los apellidos- dice que acude al "parlamento de un país vecino". Y se queda descansado completamente orgulloso del rebuzno mientras va a cobrar, ya verán que durante al menos cuatro años, de “los españoles”.

Del debate en Valladolid sobre los derechos humanos a la porfía de la cama redonda en Madrid por aquello de que la política hace extraños compañeros. De los indios pueblo a un pueblo desnortado que espera milagros de unas etnias que siempre hablan con lengua de serpiente. Súbditos que recuerdan a aquel adolescente que compró una caja de preservativos con la leyenda “Sexo seguro” y todavía espera que algo excitante ocurra.   Viendo como se manejan en este circo borriquil yo prefiero, y mil veces, decantarme por cualquier película de la mula Francis.

¡This is the end!


Sergio Calle Llorens

SINISTER

Suelo ver unas 20 películas de terror al año y puedo asegurar que una gran parte de ellas no merece la pena. Sin embargo, a veces el género ofrece trabajos excepcionales como Sinister del director Scott Derrickson responsable de títulos como el Exorcismo de Emily Rose. Un talento que unido al del productor Jason Blum y la gran actuación de Ethan Hawke hacen de la cinta una cita inexcusable para los amantes del horror con mayúsculas.

Ciertamente el terror tiene muchas caras y todas, afortunadamente, pueden encontrarse en esta historia en la que un escritor, que basa sus libros en crímenes reales, expone a sus seres queridos a un gran peligro.  El terror psicológico, los sustos abundantes y bien distribuidos, el pánico a lo sobrenatural, el miedo a lo macabro que abre con una escena fascinante en la que se muestra a una familia de cuatro personas de pie bajo un árbol, con bolsas en la cabeza y cuerdas atadas a sus cuellos. De pronto, un ente corta con una sierra una rama del árbol, que hace de contrapeso estrangulando con la acción a toda la familia.  Meses después, el protagonista Ellison Oswalt- Ethan Hawke- descubre en el ático de su nueva casa un proyecto y varias películas de Super 8 en la que aparecen crímenes de familias enteras.  Rápidamente se da cuenta de que el árbol está en la parte trasera de su vivienda y comienza una investigación. Lo interesante de todo radica en el hecho de que los espectadores nos asustamos por las grabaciones que el escritor ve y, a su vez con sus reacciones. Y todo hecho de una manera ciertamente magistral. Es una película dentro de otra película en la que se puede sentir hasta el sonido que hacen los actores al quitarse la ropa.

Escenas de ahogamiento, muertes por degollación o por fuego hasta que Ellison alcanza a ver una figura demoníaca reflejada sobre el agua de la piscina sonriéndole de forma siniestra.  La clave de todo, en mi opinión, se basa en lo bien que está construida la historia y lo bien que encajan los elementos narrativos de la misma porque, no lo olvidemos, es un buen guión lo que hace creíble los efectos del miedo. Como El Resplandor  cuya trama es lo que conecta con el resto de ingredientes.

No es la intención de esta entrada desvelar todo lo que el espectador puede degustar con Sinister sino recomendar fielmente su visionado. Puedo asegurarles no soy de los que se asusta con facilidad pero ayer mismo, sin ir más lejos, volvía del campo de noche con media luna y el viento empujando la hojarasca a mis pies. Tuve que mirar varias veces hacia atrás esperando ver alguna criatura que me acechaba. Cantó un búho desde una atalaya cercana y a lo lejos se escuchaba la canción triste del mar. Sin pensarlo dos veces corrí hasta alcanzar las callejuelas estrechas del pueblo mediterráneo donde vivo y solo al franquear la puerta de mi vivienda pude respirar tranquilo. Todo porque se me ocurrió acompañar la cena regada con vino del Penedés  con la película en cuestión.  Véanla pero a ser posible en compañía.

Sergio Calle Llorens


domingo, 10 de enero de 2016

BAILANDO

Siempre que escucho al hombre del tiempo decir que las temperaturas bailarán entre tal y cual grados, me imagino al viento de levante gambetear con el de poniente. Al menos aquí, a esta orilla del mediterráneo  donde las brisas marcan tanto el devenir del clima. Supongo que danzar junto a una pareja es un acto de belleza donde uno dirige y el otro se deja llevar. Mi problema, si es que puede expresarse así, es que prefiero el baile en solitario. Especialmente tras los bailoteos del año pasado con los compañeros de página del diario digital El Demócrata liberal. Personas con las que solo me unía el deseo de acabar con el gobierno corrupto de la Junta de Andalucía. Empero, no me van las danzas tribales que tan bien resuenan en algunas junglas.

Afortunadamente he tenido la ocasión durante las coreografías de conocer a un par de personas que han demostrado, además de sus peculiares pasos a la hora de mover el esqueleto, que merecen muchísimo la pena. Me estoy refiriendo claro está a Paco Romero y a Cornelia Cinna a los que deseo la mejor de las suertes porque, sin duda, la meritan.

Dejo atrás una coreografía llena de embrollos y polémicas porque, después de todo, mis artículos-para qué negarlo- han sido de los más comentados y visitados. Algo esencial para cualquier medio que se precie. Algo habitual desde que empecé a escribir párrafos sueltos para los Diarios.  El problema, ya les digo, ha sido la falta de empatía con alguien nacido fuera de sus límites mentales. Especialmente con esa Divina Higea cuyos artículos demuestran la necesidad de visitar a un psiquiatra, y con urgencia. Una nulidad, desde todos los puntos de vista, que reúne todos los vicios que detesto en una bruja que me hace recordar aquello de;

“Any de pluges, fora bruixes”.

Por tanto, quiero comunicarles que no volveré a bailar con esos ex compañeros por decisión propia. Me voy, como dijo Adolfo Suárez, sin que nadie me lo haya pedido pero, sin duda, mi marcha era necesaria. Pronto comenzaré un nuevo baile en otra publicación con cuyos directores solo mantendré una relación epistolar. Asimismo también podrán seguir mis pasos de claqué en estas páginas.

Lamento haber perdido un año de mi vida en un proyecto en el que se han sentido más molestos mis ex colegas que los corruptos de la taifa del sur contra los que escribía.  No entendieron que yo no era el enemigo pero odiaban, y lo siguen haciendo, mis arrestos porque, como digo siempre, el miedo llama a mi puerta pero nunca encuentra a nadie A un servidor el fin del mundo me pillará bailando o con una espada en la mano.

¡Hasta siempre!


Sergio Calle Llorens

martes, 5 de enero de 2016

VOX

Vox es, básicamente, la versión moderna del nacional-catolicismo español cuyos votantes recuerdan a aquellos ciudadanos de los 80 que teniendo a The Rolling Stones optaban por mover el esqueleto al ritmo de la Orquesta Topolino; gente que vive, como dice la canción del grupo de Barcelona, “en su casita de papel” con esos muros tan finos.

Vox defiende la familia, cristiana se entiende, pero olvida en su programa electoral a todos aquellos que han decidido formar otro tipo de uniones. Una manera de imponernos a todos su moral y su forma de entender el mundo.  Una vuelta a la España de Franco donde la mujer no pudo abrir una cuenta bancaria hasta julio de 1975 y los homosexuales eran- con la excepción de Torremolinos- apaleados o encarcelados. Les ha faltado usar como reclamo electoral a ese anuncio de Soberano en el que la señora aparecía con un ojo morado.  Bien es cierto que el cristianismo dio origen a la democracia, la revolución científica, los derechos humanos o la Universidad en occidente para, entre otras cosas, llevarnos a gozar de la libertad actual, pero retornar a la España de misa diaria se me antoja demasiado castigo.

 Vox defiende un no rotundo al aborto. Sin embargo, algunos recordamos como en los ochenta las jovencitas sin recursos morían tratando de abortar en casa o, asistidas por curanderas cuando las de familia pudiente lo hacían en clínicas de Londres. Centros donde el 60% hablaba español y por razones obvias. Muchos años después me he encontrado a algunas de aquellas que abortaron en Londres en manifestaciones Pro-Vida.  Dejemos, pues, las cosas como están ahora.

Vox defiende la supresión del Estado Autonómico para, imagino, volver a centralizarlo todo en Madrid.  Bien es cierto que las autonomías han conducido a un nivel educativo en el que nuestros escolares entienden únicamente las dos terceras partes del catálogo de Ikea. Sin embargo, sería mucho más sencillo devolver las competencias de sanidad y de educación al Estado y, el resto de atribuciones podrían ser controladas por las Diputaciones Provinciales- para aquellos territorios que decidan no formar parte de autonomías absurdas-  o por  esas regiones con alma de país.  

Vox defiende el no rotundo a la negociación con la banda criminal de ETA pero, hoy los terroristas no han logrado ninguno de los ideales por los que luchaban.  A saber: ni el País Vasco es independiente. Ni han alcanzado la unión con Navarra y, mucho menos con lo que ellos llaman Iparralde. Y de la implantación de una sociedad socialista, ni hablamos.

Vox nació para dar respuesta al electorado más reaccionario del PP pero habiendo fracasado en su aventura, no creo equivocarme al afirmar que su futuro político está herido de muerte.  Algo lógico si nos atenemos a sus paupérrimos resultados en las elecciones generales con un exiguo 0,23 de los sufragios- 53507 votos para ser exactos-  por lo que Santiago Abascal podrá seguir teniendo hijos sin estar metido en la harina de la política.

Llegará un día en el que los votantes de Vox de hoy reconozcan cuan ridículo hicieron al apoyar ideas del siglo pasado. Se verán reflejados en aquellos mismos que defendían el no al divorcio en España, pero para entonces yo les estaré esperando con los brazos abiertos. No tendré nada que reprocharles porque el mayor éxito de un liberal no se basa en lograr conversiones que no llevan a ninguna parte, sino en que los conservadores y los socialistas-verdaderos enemigos del liberalismo- pongan en práctica nuestras ideas sin que ni siquiera se den cuenta de ello.
Vox es un pasado rancio que huele a bromuro y a Varon Dandy mientras el futuro, amigos liberales,  es nuestro porque como canta Mick Jagger; “Time is on my side”.

*Último artículo  publicado en el Demócrata Liberal.


Sergio Calle Llorens

lunes, 4 de enero de 2016

RAFAEL G. DE COSÍO

Rafael García de Cosío-  a la ignorancia más atrevida- era un seguidor de mis artículos hasta que descubrió que yo escribía demasiado bien sobre el desarrollo económico, cultural y turístico de la provincia de Málaga.  Que cómo me atrevía yo y tal  teniendo, como tenemos, a Canal Sur,  ese medio que cada vez que el equipo de la Rosaleda gana, dedica un especial interesantísimo a la práctica del Curling. Deporte muy practicado en el pueblo de Guadalcanal de donde procede este votante de VOX. Formación a la que he dedicado un repaso en las páginas de El Demócrata Liberal lo que ha provocado una nueva rabieta del mozalbete. Último artículo, por cierto, pues comienzo a publicar en breve en otro medio de comunicación.

El caso es que el atolondrado Cosío no aguantó bien que yo le replicara públicamente, siendo, como era, compañero de página, el haberme afeado mis escritos sobre la provincia a la que pertenezco. Algo, ya les digo, intolerable para el intolerante.

Y ustedes se estarán preguntando quién coño es este señorito. Bueno pues aquel que dejó un reportaje estrella en Intereconomía en el que defendía lo malo que era usar preservativo en África. Ese continente en el que los africanos, según el botarate, no destacan por su manicura. Aquello motivó que media España se cachondeara del becario y, la otra media sintiese una inmensa pena por él. Rosa María Artal lo describía de la siguiente manera;

Se llama Rafael García de Cosío. Moreno y repeinado para el trabajo, moldeado el cabello con secador y sujeto con laca. Se ha permitido desde su ego de superioridad racial dictar un discurso nazi contra los africanos. (...) Yo le pediría encarecidamente que use siempre condones. No vaya a ser que en su esperma difunda sus genes.

Otros no fueron tan elegantes al rellenar páginas en las que el amigo Cosío se reencarnaba en ladilla en la mismísima África.  Desgraciadamente, la caída de las hojas del calendario viene a demostrar que los tontos con los años se perfeccionan y al final son aún más tontos.  Y es que el gurrumino se empeña en insultar a cualquiera que no esté de acuerdo con su nacional-catolicismo. 

Para bien o para mal; la red de redes deja huella y, la de Cosío es tan alargada que jamás podrá dedicarse a la política como pretendía. Le queda la posibilidad de ir ascendiendo como el buen trepa que es en el mundo del periodismo, pues cabeza de terco promete maneras y no me extrañaría que terminara escribiendo en las hojas de alguna parroquia.  Personalmente, solo me queda desearle una larga vida en la que pueda vaciar, al fin, esa enorme cabeza que contiene hectolitros de semen.

Coda: Lo que yo les diga, Cosío viene a demostrar que Darwin era un soñador irremediable ¡Que evolución, ni perro muerto!


Sergio Calle Llorens