miércoles, 26 de febrero de 2020

EL PLAN


Ellos tienen un plan diabólico y usted no. Ellos llevan años practicando un efectivo ataque y usted ni siquiera tiene instaladas las defensas antiaéreas. Por eso, su hijo adolescente, que no sabe que el peor enemigo del comunismo no es el capitalismo sino la tozuda realidad, está más despistado que Adán y Eva el día de los padres.

Ellos ponen en práctica un satánico plan en el que se acepta mamada como animal de compañía en un taller de sexualidad. En esa fingida práctica escolar sólo se admiten mujeres progresistas. Usted está descartado por hombre y por fascista.

Ellos  aplican el plan maléfico de yo sí te creo hermana porque tu hermano es un hijo de la grandísima puta al que hay que hacerle la vida imposible aunque sea inocente. 

Ellos disertan sobre un plan moralista en el que ir de putas es delito siempre y cuando el dinero gastado en profesionales del sexo no provenga de los parados andaluces. ¿Os acordáis socialistas? Tampoco es una vulneración de la ley si las que se prostituyen son menores de edad que  están a cargo de los populistas de Mallorca. Entonces se acordará no investigar- Pablo Iglesias dixit- por salud democrática.

Ellos poseen un plan luciferino para organizar manifestaciones contra los resultados electorales cuantos éstos no son los esperados- véase el caso de la república bananera de Andalucía-  y usted no se acuerda por despistadillo.

Ellos disponen de un plan mefistofélico para que cualquier poema, sátira o crítica política termine en los tribunales de la injusticia española. Su aplicación consiste en que lo importante para eximirle de la condena no es lo que usted diga, sino la pertenencia a los partidos políticos correctos para poder decirlo.

 Ellos suministran un perverso plan en el que usted, honrado receptor de una herencia, terminará pagando los mismos impuestos que ya abonaron sus padres cuando estaban en este barrio.
  
Ellos adaptan un siniestro plan para que cualquier colectivo tenga la especial atención del gobierno, salvo que usted pertenezca al grupo de varones mayores de cuarenta y cinco años. En ese caso, tendrá que joderse porque todos los asuntos de España, eso incluye la poda de árboles frutales,  hay que mirarlos con perspectiva de género. 

Ellos imponen un plan populista para que usted, mujer bella e inteligente, no pueda volver a posar de modelo porque la belleza- especialmente si es de señoras o señoritas que no comparten la “ideología correcta”- es inaceptable. Por eso estamos a un paso de que  sólo aquellas que alcancen la fealdad de Cristina Almeida puedan trabajar en esos menesteres. 

Ellos desarrollan un horrendo plan en el que usted no podrá dudar sobre las verdades históricas alcanzadas por el grupo  de expertos encabezado por Rodríguez Zapatero y Albertito Garzón. A saber; Cuba y Venezuela son dos democracias ejemplares, los fenicios eran los únicos semitas navegables, los visigodos eran unos envidiosos de cojones y la pereza sólo alcanza a las mujeres cuando no tienen la comida preparada. 

Ellos se esmeran en un pérfido plan en el que usted, heterosexual convencido por muchos años de práctica sexual con damas de diferente condición, es convertido en un honrado comealmohadas por aquello de que en el mundo todos somos bisexuales. Y si no me cree,  recuerden que muchos afirman que Batman- aunque no hay ninguna prueba de ello en sus historias- llevaba a Robin a la cueva para sodomizarlo.

Ellos tienen un disparatado plan en el que usted debe dominar siete idiomas, tener tres carreras universitarias, dos masters, treinta y tres siglos de experiencia laboral, ser experto en redes sociales y en cine español para poder optar a un contrato basura. En ese descacharrante plan, que por cierto ya se aplica, los dos años de cajera se canjean por un puesto de ministra.   

Ellos tienen un vil plan y usted no. Ellos perfeccionan un cruel plan y usted no se entera.  Ellos ejecutan un plan y a un servidor, aunque usted no lo sepa, lo ejecutan por crítico del sistema. Y es que yo soy Sergio Calle Llorens y usted no lo es.

Sergio Calle Llorens

viernes, 21 de febrero de 2020

¡TIC, TAC!



Canal Sur es una cadena pública sin público. Un medio sin medida alguna a la hora de hacer el ridículo. Un circo  en el que los payasos no hacen gracia alguna. El nodo andaluz que es el nudo gordiano de los que tienen un gañote inmenso. 

La tele sureña  nació para subir el nivel cultural del personal pero, habiendo fracasado en su intento, debe ser cerrada por cara y porque la tortura está prohibida por la convención de Ginebra. No quiero ni pensar si los extraterrrestres detectaran la señal de la cadena porque, indefectiblemente, comenzarían a planear un ataque para exterminarnos.
Canal sur fue un enchufe para los miles de afiliados de la secta del capullo que conectan también con la antología del disparate. Su única función conocida era la de encontrar pareja a nuestros viejecitos. Pero éstos han ido falleciendo y, los que quedan han aprendido a ligar en los parques donde intercambian teléfonos mientras cuidan a los nietos.  Los más espabilados llegan incluso a dominar Tinder, Facebook y hasta Badoo.  El resultado es que Canal sur ya no  les vale ni para follar.  El acabose.

 Los profesionales del engaño masivo de Canal sur, que siempre estuvieron callados como putas mientras gobernaba la secta del capullo, han comenzado a realizar apagones que consisten en dejar la pantalla en negro.  La cosa va de luto. Esto lo sabemos por la prensa porque, como les contaba al principio, la tele tiene menos espectadores que una película de Eduardo Casanova. La repanocha.  

Siempre me he preguntado qué fue primero el mal gusto o canal sur, y qué surgió antes la corrupción o la garduña socialista. Lo escribo porque la UE señaló a la Andalucía de Susana Díaz como la región más corrupta del continente. En ese tiempo, telesevilla fue incapaz de poner contra las cuerdas a aquellos que imitaban a los mafiosos de Chicago.

 Como no recordar esas comidas de potorros a consejeras y a la presidenta en las entrevistas. Cómo olvidar a ese Tom Benítez de rodillas ante el condenado Chaves al que llamaba “el bueno de Manolo”.  Cómo no vomitar ante la imagen de Falete, en compañía de los Cantores de Hispalis, de  María del Monte,  de Paquirrín y  de la Pantoja. Mañanas de succiones. Tardes de mujeres palanganeras. Noches de niños jugando a ser graciosos. Madrugadas de mamporreros folclóricos
.  
A día de hoy somos millones los que pedimos al cielo, y de rodillas,  que el ente autonómico deje la pantalla en penumbra de forma definitiva. Y es que los tiempos, como cantaba Bob Dylan,  están cambiado. No es de recibo que sigamos pagando por algo que no usa absolutamente nadie.  El dinero que se  malgasta en la tele sin espectadores debe usarse en sanidad y en educación.  No perdamos más tiempo.

El reloj para el cierre de canal sur sigue avanzando sin remisión.  Olemos el miedo de su derrota. Lo saboreamos y algunos hemos puesto el champán a enfriar. La muerte de Canal sur hay que celebrarla por todo lo alto. Y como soñar es gratis, tengo en mi mente a Moreno Bonilla- un malagueño- firmando  el decreto del cierre inmediato de la televisión que tenía que haber nacido con la función de autodestrucción. Así, nuestro paisano rubricará su firma y, tras un silencio solemne, se marcará un Trump mostrando el documento a la cámara. Entonces tomará la palabra:

·         “Con esta firma de cierre  de Canal Sur se ilumina el firmamento”

Sólo de pensarlo me vengo arriba. ¡Qué erección más tonta!
Sergio Calle Llorens

jueves, 20 de febrero de 2020

¡ORIUNDO PANOLI!



Hay muchos tipos de tontos. Hay tontos solemnes. Hay tontos sin remisión.  Hay tontos graves.  Hay tontos ligeros de cascos. Hay tontos que no la cascan nunca. Hay tontos de capirote que presumen de sabiduría en las redes sociales.  Hay tontos que no entienden que el amor imperecedero es aquel cuyo fracaso se recuerda siempre.  Hay tontos que van de listos.  Hay listos que son los más tontos. Uno puede empezar contando tontos por la mañana y terminar la cuenta de madrugada. No porque no haya más tontos que señalar sino porque  es una actividad muy cansina.  Piensen que hay  tontos en cada esquina. Cada pueblo tiene su tonto oficial.  El problema es encontrar una fórmula  para detectarlos. Ya saben, un método eficiente que permita protegernos de ellos que son, además de tontos, incansables. 

En mi tierra se detectan rápido. Suelen ser personas que tratan de convencernos de las bondades de la autonmia andaluza.  Antes de ese hito histórico no pasó nada bueno, aseguran los tontos. Este tipo de tonto fue el encargado de convencer a media España que el pobre niño Julen iba a  ser rescatado vivo tras dos semanas bajo tierra. Uno de esos tontos hizo un reportaje en el que ponía por las nubes a la persona encargada de gestionar el rescate que nos rompió el alma.  A ese tonto, periodista para más señas, no le tembló el pulso para dejar constancia de que la delegada era un ángel celestial que, incluso, dormía con el teléfono en su mesilla de noche por si algo ocurría durante la operación.  El señorito trataba de convencernos de que el sacrificio de la política estaba a la altura del mismísimo Jesucristo. Miles de tontos le creyeron.
 
El tonto del que escribo, a mi pesar, jamás había pergeñado un artículo sobre baloncesto. Y es que el deporte de la canasta es una modalidad competitiva hecha por gente inteligente que el tonto medio no entiende. Ese periodista, al que a esta orilla del mediterráneo conocemos como oriundo panoli, sabe tan poco de bloqueos invertidos o defensas mixtas como de decencia periodística. 

El Roncero sureño, siendo malagueño y celebrándose la fase final de la copa de S.M el Rey en nuestra ciudad, firmó un trabajo sobre los cuartos de final que enfrentaba al Unicaja contra Casademont Zaragoza, para hablar de un jugador de los maños, a pesar de que eran los hombres de Luis Casimiro los que habían resultado vencedores del choque. La razón que explica el desvarío es muy simple: Carlos Alocén está cedido por Real Madrid. Al joven jugador le dedicó  cientos de líneas. En cambio,  la victoria verde la despachó en una frase. 

 El hombre tampoco sintió vergüenza alguna al no escribir sobre  las semifinales, El partido en el que el club de los Guindos pasó por encima de Andorra. Oriundo panolí esperó la victoria del club de sus amores en la final para dedicar otra crónica a los suyos. Olvidó mencionar que los malagueños jugaban con Carlos Suárez con un dedo roto, con Jaime Fernández cojo y con Toupane lesionado- éste último vino a sustituir a Milosavievic- que no podrá vestirse de corto en lo que queda de temporada.  Tampoco mencionó que mientras Unicaja Málaga tiene un presupuesto de 10 millones de euros, el Madrid de sus amores cuenta con 40 millones de nada. Parece probado científicamente hablando que el tonto escribe para tontos.

El personaje, volvió a  la carga con otro trabajo en su diario digital- los tontos no se cansan nunca-  con el que se ganó un par de palmaditas en la espalda por su  crónica laudatoria del equipo de Pablo Laso. Ya saben,  una loa sin fin a la sección baloncesto que, tras perder dos finales de copa, amenazó con abandonar la ACB. Desgraciadamente no cumplieron con la amenaza. 

Pero mientras el intrépido reportero ignoraba al club de la región de Málaga, Pau Gasol destabaca vía twitter el amor de los aficionados malagueños por el basket, y  la gran labor del Unicaja.  Y es que el mejor jugador español de todos los tiempos, no ha olvidado que fue en esta ciudad donde empezó a ganar y donde se respira baloncesto. Por cierto, los tontos no han hecho caso al catalán sino al tonto.

Me gustaría terminar este artículo dando la fórmula mágica para que ustedes pudieran detectar fácilmente al tonto de su pueblo. Ojalá la tuviera pero siento decepcionarles. Al menos, aquí podemos descubir la presencia de nuestro tonto oficial porque, al margen de sus artículos, lleva un monumento catedralicio por cabeza.  De esta forma podemos salir corriendo cada vez que él se acerca. Huelga decir que la madre naturaleza ha sido sabia y nos ayuda porque, me aseguran, la idiocia es contagiosa y ella no quiere eso para nosotros.

Sergio Calle Llorens

miércoles, 19 de febrero de 2020

LA ISLA


El observatorio de la cultura en España ha presentado recientemente el informe anual sobre la oferta cultural basada en la calidad e innovación.  Del informe se desprende que las cuatro mejores ciudades del país en este apartado son:

·         Madrid
·         Barcelona
·         Bilbao
·         Málaga
·         Valencia

La capital de la Costa del Sol, Valencia, Santander y Bilbao consiguen las mayores subidas y alcanzan su máxima puntuación histórica.  Málaga ha pasado de un 40,9% a un 54,8%. Ni siquiera el porcentaje unido de Sevilla, Granada y Córdoba haría desbancar a Málaga  que, por supuesto, también consigue la insignia cultural de la taifa del sur con su Museo Picasso. Una pinacoteca que junto al Festival de cine en español y el Teatro del Soho Caixabanc ocupan las primeras posiciones en el ranking de la tierra que dirige, o eso dicen, Moreno Bonilla.  Además de las tres primeras plazas en el listado, también se cuelan el Centro Pompidou, la colección del museo ruso y el teatro Cervantes. Todos situados en la tierra de Cánovas del  Castillo.  De las  primeras veinte instituciones culturales sureñas, diez corresponden a Málaga que, de no existir, dejaría a Andalucía como un páramo cultural a la altura de Burundi.
 
El informe del observatorio de la cultura en España nos trae datos muy curiosos. Y es que ni Almería, ni Huelva, ni Jaén, ni Cádiz aparecen en el mismo. Lo que habla penosamente mal de esas ciudades. También llama la atención que Vigo- sí la ciudad que dirige ese hombre que presumía de luces en navidad pero parece no tenerlas- ocupe  el último lugar del informe con un paupérrimo 1,6%.

En definitiva, los datos nos vienen a decir que Málaga es una isla en el sur de España que sigue asombrando al mundo. Una isla de la que yo escribí, y algunos se sorprendieron por ello, iba a dejar en pañales a otras ciudades cuyas mamandurrias  están basadas únicamente en la semana santa o en la feria de abril.  
  
Para no iniciados comentar que el secreto del éxito malagueño ha sido el fruto de un trabajo bien hecho que ha seguido, como no podía ser de otra manera, el plan trazado por malagueños que entronan con aquella Málaga del siglo XIX convertida en la segunda ciudad industrial del país. 

Por otra parte, justo es destacar que la provincia malagueña también luce músculo cultural todo el año. Fíjense como sólo en febrero- temporada baja- Torremolinos ha disfrutado de la 26 edición de la Rockin Race Jamboree. Un festival basado en el rock and roll más canónico. Una cita ineludible con la magia de los años 50 al que acuden personas de todo el mundo- un servidor incluido- para  disfrutar del evento musical que ha sido elegido en Estados Unidos como el mejor festival del mundo de música norteamericana fuera de sus fronteras.  Tampoco puedo pasar por alto la cita en Benalmadena con el soul organizada por los amantes de la música más rabiosamente mod. Como también es visita obligada el festival de blues de Málaga- en el que se ha colgado el cartel de no hay billetes. Y es que los conciertos de James Armstrong y Susan Santos han merecido mucho la pena. Pero todavía nos quedan días en este segundo mes del año de 2020 para gozar del festival de cine alemán de Málaga, y de los eventos que organiza la costa del Swing por todos los rincones de la región malagueña. Los cursos de iniciación al lindy hop son realmente interesantes.

Pero vaya usted a contarle todo esto a uno del pueblo de Guadalcanal o de la Carolina que, ya le adelanto, no entenderá ni una palabra.  Lo de esa gente suena a Falete y a los Romeros de la Puebla que quedan muy bien en un programa de Canal Sur cuyos espectadores están convencidos de que las esponjas marinas son muy útiles para hacer colchones. Que sigan durmiendo.

¡Málaga: esa isla!

Sergio Calle Llorens