LA CENA DE LOS IDIOTAS

Cuando el gobierno de Griñán está a punto de realizar el mayor recorte en la historia de la república bananera de Andalucía, su presidente organiza una cena para su bipartito en el Palacio de San Telmo. Ocurrió ayer a eso de las nueve de la noche. A ella asistieron todos los consejeros acompañados por sus respectivas parejas. El ágape movió a bedeles, cocineros, conductores, coches oficiales, escoltas y demás servidores del régimen. Todo indica que el anuncio del guateque se mantuvo en secreto hasta el consejo de Gobierno del martes, donde el inútil de Griñán invitó a todos los miembros de su gabinete.

En uno de los peores momentos económicos de nuestra historia, cuando no hay dinero para educación o sanidad, los de izquierda se dan un homenaje a costa del presupuesto. Si ya era grave que las putas y la cocaína vaya de nuestra cuenta, no lo es menos que, encima, tengamos que hacernos cargo de su cenita navideña que bien podría ser bautizada como la Cena de los Idiotas. Un banquete que tuvo lugar en la planta superior del Palacio habilitado a tal efecto por la mañana. Allí se pusieron sus señorías ciegos de gambas y langostinos y, de paso, departieron del coste elevado de los caros presentes que el presidente Griñán ha tenido a bien obsequiarles. Estaban henchidos de felicidad, especialmente los de IU, sobre todo desde que vieron que los policías que custodiaban el edificio se cuadraban al paso de los Audi de alta gama en los que viajaban.

No repararon en gastos, a pesar de que Diego Valderas nos dejará este tuit: “De cena de navidad a copa de pie”, en un intento de calmar las críticas que empezaron a arribar cuando el diario El Mundo publicó la noticia en su edición digital. Una vez más se demuestra que para la Junta de Andalucía hay algo más peligroso que la calumnia: La verdad. Esa de la que huyen todos aquellos que siguen  sin querer ver la realidad corrupta del régimen que alimenta. Miopes intelectuales a los que habría que preguntarles lo siguiente: ¿Hasta cuando hijos de puta?

La izquierda andaluza pudre todo lo que toca. Su supuesta superioridad moral se viene abajo en cuanto llegan al poder. Su máxima es hagamos de Andalucía una región de parados y que se vayan todos a vivir al extranjero. Eso es; médicos, investigadores, empresarios, enfermeras, profesores, abogados que dejan la patética Andalucía atrás para poder subsistir, mientras la inútil progresía vive a cuerpo de rey con la connivencia de los vendidos medios de comunicación.

Sí, habría que preguntarles a todos aquellos que apoyan este engendro andaluz aquello de ¿Hasta cuando vais a permitir que esta panda de gandules nos siga robando? ¿Hasta cuando hijo de puta? Ellos viven en mansiones, mandan sus hijos a colegios privados y nuestra gente se suicida por no poder pagar las deudas.

Si el gobierno de Rajoy, otro bobo solemne, decide seguir rescatando a Andalucía, debería mandar los hombres de negro para pedir cuentas del destino de cada céntimo de euro que le da el gobierno andaluz. No es de recibo que el estado le de dinero a esta taifa sin control alguno, pasta que luego va a parar a los bolsillos socialistas, o a cenas regadas por el mejor champán francés. Basta.

 Si los socialistas se pusieran en huelga de hambre, cosa bastante improbable, sus vidas podrían correr peligro en una década o así, pues están cebados con todo lo que comen y beben. No pueden culparnos de que muchos deseemos el fin del mundo, y que el dichoso meteorito caiga de una puñetera vez sobre el Palacio de San Telmo con todos los consejeros dentro. Tal vez no sea el final que predijeron los mayas, sino el de los hermanos Amaya con su “vete no quiero verte” Andalucía.

Sergio Calle Llorens