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Me acaba de llegar una noticia impactante. Al parecer, el pueblo malagueño de Moclinejo se verá pronto rodeado de casas pintadas de rosa y una oleada de homosexuales hará del municipio la primera localidad gay del mundo. El Alcalde del PP, Antonio Muñoz Anaya, está de acuerdo con la iniciativa. Ya sólo queda por saber la opinión de sus vecinos. Por ello, convocará un referéndum en enero de 2011. Todo indica que se hará un parque oficial de cruising, donde los honrados come-almohadas podrán pasear y mantener encuentros sexuales con quienes les apetezca. “Ya está bien de tanto ocultismo y vergüenza. Necesitamos libertad” ha declarado Javier Checa promotor de la iniciativa. Además se edificarán casas para homosexuales. El proyecto será presentado en la Feria Internacional Expogays que se celebrará en Torremolinos, los próximos 14, 15 y 16 de octubre.
Como faltan todavía algunos meses para conocer el dictamen de la buena gente de Moclinejo, yo les voy a dar la mía. De cualquier forma, ya saben los seguidores de mis escritos que estoy a favor de la libertad del individuo. Y eso incluye la sexual. Sin embargo, este intento de crear “la Ibiza de la Axarquía” me parece un tanto fuera de lugar. Después de todo, Málaga se caracteriza por ser la más liberal del sur de España. Creo que los gays gozan de gran libertad en estas tierras mediterráneas, en comparación con localidades más cerradas como Sevilla. Además, Torremolinos es la ciudad gay del sur de Europa. Crear, por tanto, un gueto en ese rincón de Málaga sólo puede responder a un intento de dar un pelotazo urbanístico. De cualquier forma, parece que muy pronto los característicos cerros y lomas abarrancadas, olivos y viñedos de Moclinejo verán alterados sus colores por el rosa. También los nombres de las calles sufrirán modificaciones, pues deberán ser rebautizadas con apellidos de dobladitos o dobladores.
La verdad es que mis amigos homosexuales no han mostrado nunca- que yo sepa- una querencia especial por el rosa. De hecho, a veces tengo que recordarles que podrían iniciar una prestroika de tonalidades, porque casi siempre van de negro. Vaya que no les va eso de ir vestidos de Hello Kitty. Parece, de cualquier modo, que pintando el pueblo de rosa quisieran seguir la senda de Júzcar. El pueblo malagueño que ha cambiado el blanco tradicional por el azul de los pitufos en el rodaje de la película en 3D de los personajes de Pitufina, Torpe y Gruñón. A este paso, la Diputación malagueña organizará la ruta de colores por la provincia. Con cita obligada en el pueblo rojo de El Borge donde ya no tienen ni para bolígrafos, o el pueblo rayado de Alhaurín. Localidad donde deberían estar con sus trajes de presidiarios muchos prohombres socialistas.
En cuanto a las casas, trato de imaginar como sería una vivienda para homosexuales. Tal vez sea una construcción con forma de verga. Con huerto de nabos y de pepinos. Incluso sospecho que en cada habitación podría haber un vibrador anal y un buen lubricante. El baño con bidé de doble función: Higiénica y de taladro. Ya me entienden. Lo que no sé es si cuando sus habitantes se cansaran de ella, estarían obligados por la cláusula contratante de la primera parte, a revenderla a los de su misma opción sexual. Y en cuanto a la elección de los nombres de las calles, espero que sean de gente relevante, homosexual o no. Porque eso de Vía de la loca del tinte o Avenida de Deborah la tragona, no suenan muy bien a mis oídos.
Quisiera concluir diciendo que hemos pasado de promover el amor libre en los 60 al matrimonio gay. La evolución, a mi entender, ha culminado con los homosexuales convertidos en pringados heterosexuales. En definitiva, han querido igualarse al resto de los mortales haciendo las mismas cosas que la sociedad que no les aceptaba. Vienen a decir, ¿lo ven? yo también me puedo casar, adoptar niños y estar tan jodido- no en sentido literal- como el resto de ustedes. Bueno si se sienten mejor, pues adelante. Pero eso de pintar una localidad de un color, construir viviendas para gays y hacer un parque para que puedan retozar a gusto, me parece un disparate. ¿Qué será lo próximo? ¿Un pueblo de tetonas?- me encantaría- ¿una playa sólo para chicas con la talla 36? ¿Un barrio exclusivo para mujeres con fiebre uterina? No, claro que no. Porque si algún listo decidiera crear algo semejante, sería acusado de discriminar al resto de la población que no cumpliera los requisitos establecidos. En fin, como se puede ver, la opción sexual no tiene nada que ver con la inteligencia. Ya sólo me queda añadir que yo estoy a favor a que los idiotas puedan vivir en paz y decir sandeces. Pero me opongo radicalmente a tenerlos a todos tan cerca.
Sergio Calle Llorens