Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
martes, 9 de agosto de 2011
FALACIAS ESPAÑOLAS
La gran mayoría acepta como verdades algunas falacias muy dañinas para el discurrir de los acontecimientos. Aseveraciones que nacen por aquello de mentira bien inventada, vale mucho y no cuesta nada. Una de esas falsas creencias es aquella de que a mayor gasto público, mayor progreso social. La masa lerda y atocinada no quiere entender- porque no le da la gana- que el mayor progreso se da en sociedades donde los ciudadanos trabajan a destajo para crear empresas y ser emprendedores. Como prueba de ello, es que el gobierno de ZP entregó 400 euros de ayuda social, cuando lo más inteligente habría sido entregar esa cantidad a aquellos que crearan un puesto de trabajo en sus empresas. Otra de las falacias aceptadas como buena es la de la concertación social. Fíjense que los telediarios abren siempre que pueden con noticias de un gran acuerdo entre la patronal, el gobierno y los sindicatos. En cambio, yo no entiendo eso de la contratación colectiva pues es más fácil me moverse en la individual que es mejor para la sociedad. Les pondré un ejemplo, en las Universidades de Estados Unidos, los catedráticos cobran diferentes cantidades en función de las conferencias que dan, las investigaciones que realizan y los libros que publican. En cambio, en la España de hoy, cada catedrático gana lo mismo. Esto nos lleva a la vagancia universitaria del profesorado, cuando no a la endogamia. Porque sí, aunque no se quiera reconocer, la universidad española es un lugar donde se trabaja poco y mal y se contratan a amiguetes y familiares. No me resultaría extraño que dentro de unos años, Falete y Jesulín de Ubrique dieran clases en la Complutense. Sin embargo, ya les digo, los españoles están convencidos de lo contrario. Les hablo de un convencimiento que nos ha llevado a la ruina. Una certeza que me recuerda a la del General Dennehey a sus tropas en Tennessee: “Tranquilos que a esta distancia no nos pueden dar”. Y ya saben como les dieron. Entiendo, de cualquier forma, que la televisión haya hecho mucho daño y que en España si nuestros compatriotas hablaran sólo de lo que saben, habría un gran silencio, pero ya es hora de que comiencen a ver la realidad. No nos vaya a pasar como al Presidente Nixón en el funeral de De Gaulle, “este es un gran día para Francia”. Y se quedó descansando el tipo. Pero sigamos con las falacias nacionales; una de mis favoritas es aquella que afirma que a más descentralización mayor progreso y cercanía del poder a los ciudadanos. Algo que en el caso catalán va camino de que el principado en vez de ser la próxima Letonia, se convierta en la nueva Paletonia. Y que decir de Andalucía, tierra de la chalaura y las decisiones demoradas que ha sustituido un centralismo por otro, y encima pretende que le demos las gracias. Aquí, la única cercanía es la de la casta política a los banqueros y a los grandes negocios:, Chaves,, Guerra, Zarrías, Carmen Calvo- que no tiene ni un pelo de lista, Magdalena Álvarez. En fin, una lista tan larga como la de los reyes godos. En conclusión, para que la turba equivocada cambie de opinión, necesitamos un nuevo sistema educativo que nos libre de la necedad generalizada. No obstante, muchos al leer esto, seguro que harían suyas las palabras de un indigente de la Junta de Andalucía que trabajaba en industria. El piltrafilla en un conflicto con las gasolineras declaró: “Miren ustedes, este tema sólo hay dos formas de resolverlo; o lo arreglamos como caballeros, o como lo que somos”. El tipo, claro, recibió una ovación de agradecimiento muy andaluza. Es obvio que lo más profundo que he escuchado por aqui, es una frase de Mortadelo y Filemón del gran Ibáñez: "Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho". Pues hasta mañana.
Sergio Calle Llorens
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
espinoso tema el de la inversión pública. Desde luego plantearlo así, de sopetón, inversión sí o no, pues no es una aseveración muy eficaz. Desde luego si el dinero público es para el interminable cortejo de consorcios de peina aceitunas, mujeres progresistas, empresas externas que dicen como va la educación sin entrar en un aula, empresas de parque tecnológico que no pueden competir con nadie si no es por la subvención...entonces es dinero tirado, evidente. Más que tirado, robado directamente.
ResponderEliminarPero sucede también que últimamente se dedican fondos públicos a otros supuestos creadores de trabajo como empresas modelo de deslocalización en el paraíso del crecimiento capitalista como son China o la India, o nada menos que el 15% del PIB a unas instituciones llamadas bancos las cuales saben mejor que nadie que el dinero que no es líquido no existe, que saben perfectamente ocultar beneficios para no pagar impuestos en la práctica y perderlos en un sinfín de empresas incomprensibles y paraísos fiscales.
Si ha fracasado el modelo social-demócrata de repartir rentas a partir de un tejido paralelo de amigos y afines, el credo ultraliberal de Milton Friedman que tan bien siguieron Reagan, Thatcher, Aznar, Bush, etc...ha traído el colapso general de una economía especulativa que se muestra incompetente para resolver la burbuja que ellos mismos crearon con tanto mimo. Ahora, al parecer, el socialismo está bien para que los bancos y multinacionales no se hundan, pero para cubrir en EEUU a 10 millones de niños con 6000 millones de dólares le pareció un gasto inútil al hijo de papa Bush allá por 2005. Para pequeñas y medianas empresas parece que funciona otra lógica basada en la contribución irreal en impuestos. Pero igual también se subvenciona con dinero público el ruinosos sistema de empleo jóven (ya sabes, trabaja un año por 585 euros que el año que viene pongo a otro pringaillo como tú y vos a la calle),
Desde luego hay muchas maneras de invertir el dinero público.
Desgraciadamente, tienes más razón que un santo. En mi opinión, aplicar modelos del siglo pasado a la realidad actual, es ciertamente un error que estamos pagando muy caro. Saludos
ResponderEliminarPero el resto del escrito...la verdad es que muy bueno también, un mentira mil veces repetida...algo aprendieron estos chicos demócratas del doctor Goebels.
ResponderEliminarYo diría que o bien los lumbreras del poder les da igual la educación o la sanidad, el tejido productivo, la ayuda a la clase media a través de amortiguar el peso de los precios, salarios y cargas impositivas mientras ellos estén bien situados socialmente o directamente quieren que ese tejido "social" (me da miedo hasta ponerlo) caiga para que las multinacionales de los sectores devoren lo que queda de estado imparcial. No se qué es peor.
Desde luego que el "funcionariazo" de este invierno parece que corrobora en cierto sentido el galimatías que trato de decir. En los 70 Argentina supo de eso y se empobrecieron notablemente.
Lo que nos jugamos en España ahora, es convertirnos en la nueva Argentina- con todo lo malo que eso conlleva- o ganar el futuro. Simple y llanamente.
ResponderEliminar