lunes, 8 de agosto de 2011

CERVANTES Y LA CÁBALA


Han sido legiones los autores que han querido ver un mensaje oculto y cabalístico en la obra cervantina, y más concretamente en D. Quijote- la obra cumbre de la literatura universal- Entre ellos destacan Eugenio Philateo, Ruth Reichelberg, Eugene Canseliet etc. Todos han aportado su granito de arena a la hora de descifrar el mensaje oculto encerrado entre las páginas del caballero de la triste figura. Pero en qué se basan estos escritores para afirmar que en el Quijote se encierran los secretos de un pensamiento hermético velado a los profanos. La respuesta a esta pregunta hay que buscarla, según muchos autores, en la cábala, la escritura que sólo revela sus misterios a sus amantes. Los no iniciados pasan por su lado sin ver nada. Sin embargo, revelar los arcanos de la obra cervantina no es tarea fácil. Valga como ejemplo el hecho de que figuras como Ortega y Gasset o Menéndez Pelayo se declararon incapaces de alcanzar el secreto de Cervantes. Para poder desentrañar el misterio hemos de volver nuestros ojos a algunas obras precedentes del genio español.


Mensajes Ocultos


Para muchos la obra de Cervantes sólo puede ser explicada a través de la simbología de las mismas. De hecho, son muchas las referencias a la alquimia en novelas como La ilustre fregona, en la que ocultistas de la talla de Eugene Canseliet, discípulo del mítico Fulcanelli, veían con toda claridad un verdadero tratado de Alquimia. Según el ocultista Constanza representa a la piedra filosofal; una riqueza escondida bajo la falsa apariencia de la humildad. El nombre de la protagonista también constituye una característica fundamental que debe tener el alquimista. La constancia. Por tanto, desde tiempo inmemorial los alquimistas veían en la ilustre fregona un auténtico tratado de de alquimia representado en forma críptica. De tal forma que identifican a la pesca de los atunes de la obra a la consecución de la Piedra Filosofal, conocida como pez filosófico. A su vez, el poema que reproducimos a continuación ha sido señalado por los iniciados como la prueba inequívoca del fuerte simbolismo secreto de la obra de Cervantes:

“Quien desespera, ¿qué espera?
Muerte entera
Pues ¿Qué muerte el mal remedia?
La que es media



El poema vendría a decir que hay dos muertes, “ la entera”, la muerte tal y como la conocemos, y una “media muerte”, que surge cuando el espíritu logra desprenderse de sus lastres materiales.
La causa que habría empujado a Miguel de Cervantes a ocultar estos mensajes sería el hecho de que en la España de los siglos XVI y XVII la inquisición relegó todo el pensamiento esotérico y ocultista a la clandestinidad. Así apareció la cábala hermética, que consistía en la inclusión de contenidos secretos en el arte. No hay duda por tanto que Cervantes era todo un experto en la materia. De familia conversa, su obra iba dirigida en gran medida a este colectivo.


Los mensajes cabalísticos del Quijote




Con objeto de divulgar estos mensajes el escritor utiliza un peculiar artificio, incluyendo en el prólogo un poema al que le falta la última sílaba de cada estrofa, dicho de otra manera, el lector tiene que poner algo de su parte para llegar a entender el mensaje secreto:


“ Si de llegarte a los bue- nos
Libro, fueres con letu-ra
No te dirá el borriru-bio
Que no pones bien los de-dos
Mas si el pan no se cue-ce
Por ir a manos de idio-tas
Verá de manos a bo-cas
Aún no dar en el cla-vo
Si bien se comen las ma-nos
Por mostrar que son curio-sos


Es evidente que se trata de una guía para leer el Quijote. Vean como en la primera estrofa dice que se trata de llegar a los buenos, a todos aquellos que han sido iniciados en los misterios, mientras que los idiotas- los profanos, intentarán inútilmente interpretarlo, sin dar en el clavo. Además el Quijote empieza con un prólogo en el que Cervantes se dirige “al desocupado lector”. El de Alcalá sabía que son los batlanim, los desocupados que aparecen en el Talmud, entre cuyas ocupaciones destaca la lectura y el estudio de la Tora. Muchos expertos afirman que si bien no hemos de leer el Quijote desde una perspectiva , sí, al menos, hemos de hacerlo desde una óptica cabalística. De hecho, puso la obra bajo la protección de San Eneko, evocando la figura de Anoki, uno de los nombres de dios en la Tora. Otra pista que sugiere la existencia de los mensajes cabalísticos del Quijote, se encuentra en el siguiente refrán: “ El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. La relación entre “arbol” (ets) que en gematría vale 160 y sombra (Tsel) que también suma 160 es más que clara y ha sido señalada por maestros cabalístas.


Guía esotérica del Quijote


El Caballero: El iniciado, que es diferente al pueblo llano porque sabe y ese conocimiento oculto le coloca en un plano superior. El propio D. Quijote lo deja claro: “ Todo aquel que no sabe, aunque sea señor y príncipe, puede y debe entrar en número de vulgo”. El caballero es, por tanto, un buscador de conocimiento, un realizador de cosas mientras el vulgo pasa por la vida buscando cosas materiales. Por lo tanto el iniciado está cerca de la luz mientras el pueblo vive en la más absoluta oscuridad.


Dulcinea: Ella representa la sabiduría secreta, la mujer que bajo la apariencia vulgar de una campesina esconde grandes arcanos. Su verdadera apariencia tan solo puede ser vista por los iniciados, ya que su figura y su conocimiento están ocultos bajo el velo de Isis. El caballero de la triste figura reúne las cuatro eses que tienen que tener los enamorados: “ Sabio, solo, solícito y secreto”.


Sancho: Representa al vulgo, incapaz de transcender el mundo de las apariencias. Es el contrapunto perfecto a su señor al que trata de servir fielmente sin entender la verdadera esencia de las cosas. Entre sus muchas características, está la de ser un auténtico dormilón. Duerme el escudero mientras vela su señor. El propio Sancho afirma: “ Sólo una cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia”. Las palabras de Sancho Panza deben ser entendidas como su incapacidad de ver que existe otra realidad que va más allá del mundo de las apariencias, un mundo, que dicho sea de paso, tan sólo pueden ver los verdaderos iniciados.


Don Qujote: Como sabemos, Cervantes era un judío converso y por ello habría llamado a la obra Don Quijote, pues en hebreo queshot significa decir verdad. La Mancha, además, no sería una región sino la mancha de pertenecer a un linaje prohibido: El judío. Por ello, en una época en la que España estaba obsesionada con la pureza de sangre, el ave de los ingenios no tuvo más remedio que disfrazar su obra y su mensaje para no tener problemas con el santo oficio. Sin duda, Cervantes continuó la tradición de personajes como Francis Bacon que escribió un tratado llamado , o del mismísimo Leonardo Da Vinci que también dejó mensajes ocultos en sus obras. Por ello, Cervantes debe ser leído con otros ojos si queremos llegar a conocer sus secretos. Ya saben, el lector debe poner la última sílaba para alcanzar la verdad. Suerte

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