Es curioso que el día de San Valentín celebremos también la
jornada de las enfermedades congénitas cardiovasculares. Casi tan curioso como
que una eventual caída del gobierno de España, no haya nadie en la oposición
para tomar el relevo; Blanco a punto de sentarse en el banquillo por el caso
campeón, el mismísimo escándalo de los ERE e Invercaria en Andalucía, el
espionaje estilo la agencia TIA de Mortadelo y Filemón en Cataluña. Todo es un continuo movimiento de brazos en una mar cubierta de
mierda, y por más que Mato, Bárcenas, Camps, Urdangarín o Griñán muevan los
brazos intentando señalar a los otros, ya no los cree nadie. Todo es el
resultado de un sistema podrido hasta las trancas en el que, por supuesto, los
ciudadanos y los periodistas tienen su parte de culpa.
Les pondré un ejemplo ilustrativo; ayer
mismo recibí varios mensajes de un periodista malagueño que responde al nombre
de Curro Troya. Es un hombre del régimen socialista andaluz. Un experto en
libelos injuriosos. Un defensor de las bondades de la
Junta. Un tipo desagradable que, para que
se hagan una idea de su catadura moral, no dudó en faltar al respeto a Jesús
Castellanos cuando éste falleció de un derrame cerebral en Málaga. El pecado
del profesor era su condición de cofrade, algo que, por lo visto, el Currito de
la cadena ser no ve con buenos ojos. Sus tuits en la red fueron motivo de gran
polémica entre la Málaga
cofrade. Ni que decir tiene que atacar a la iglesia es algo que pone, y mucho,
a los dirigentes socialistas y, Curro se ganó algún que otro trabajito con sus
rebuznos.
El caso es que recientemente me agregó como seguidor en
Twitter. Al parecer, le habían encomendado sus jefes espiarme un tanto. Me dio
comba durante un tiempo y luego me lanzó el anzuelo que, por supuesto, mordí
con gusto. Era sobre el metro. Un proyecto que como vengo demostrando en mis
trabajos estuvo mal planeado, peor ejecutado y sólo ha servido como propaganda
política de sus jefes socialistas. Ni él, ni nadie, han podido explicar la
causa por la que engañaron a los malagueños con la apertura del metro en el
2011 cuando todo sigue manga por hombro, es decir, en obras. Ahora Currito
trataba de justificar que el último tramo del suburbano sea en superficie
porque los proyectos están para ser cambiados, modificados. Nos enzarzamos en
una discusión en la que yo, en todo momento, le llamé de usted, no solté ningún
taco y nunca le falté al respeto. Él que, a cada paso iba demostrando su
incompetencia, se acogió a la quinta enmienda de los periodistas del régimen;
culpar de todo al dirigente popular de turno, previa pérdida de papeles de por
medio. Cuando le hice ver que los proyectos en los países serios como Dinamarca
no se cambian como en la República Bananera
de Andalucía. Es obvio que el tema le sobrepasaba, así que no tardó en llamarme
trol en mensajes privados, pues los otros iban destinados a su cadena ser, al
alcalde de Málaga y a mi persona para que quedara meridianamente claro a quien
defendía Currito el de la
Cruzcampo.
Después de formular extraños axiomas acerca del despilfarro
y otras cosillas, Currito, risueño, se frotó nerviosamente las manos. Y como
para el patán de la
Cruzcampo , una orden de su señoría, una simple sugerencia de
su señoría, tiene una vital importancia, la imagen de la corrupción
generalizada socialista no queda nunca entronizada. Para disimular, de vez en
cuando, publica algo crítico con su gente y poder pasar de periodista
independiente.
Desgraciadamente, Curritos de la Cruzcampo hay muchos en
España. Y de todas las tendencias políticas. Periodistas que un día vendieron
su alma al diablo por unas cuantas monedas de oro. Callaron en Marbella, en
Valencia, en Sevilla, en Barcelona y en Mallorca. Por eso, tienen tan poca
justificación como el político que mete la mano. Cada vez engañan menos. Los
vemos agitando los brazos en el agua junto a sus comisarios políticos en un número
de natación sincronizada. Se saben los pasos, se conocen al dedillo los
movimientos. Pero si alguien les advierte de la impostura de un chabacano número
de circo, el Currito de la
Cruzcampo tratará de meterle en la piscina para ahogarle para
siempre. No les culpo. Fuera de esa agua infectada, esas alimañas no sabrían a
qué dedicarse.
De cualquier forma, he de agradecer a este Curro Troya el
que me haya dado tanta publicidad pues tras la polémica, el alcalde de Málaga
me agregó como seguidor. Y a un servidor, aunque no le haya votado nunca, le supone
un honor como malagueño que la persona más importante tras el Rey y el
Presidente de España- según dicen los estatutos de la orden malagueña de los
Rebeldes- tenga a bien leerme.
Coda: Los políticos españoles quedarían muy bien en un libro de Agatha Christie; son todos sospechosos.
Coda: Los políticos españoles quedarían muy bien en un libro de Agatha Christie; son todos sospechosos.
Sergio Calle Llorens
Querido amigo: ¿A quién se le ocurre entrar en diálogos con zopencos, analfabetos, sectarios fanáticos y demás ralea? No pierda usted su precioso tiempo. Le dejo una cita evangélica, que por serlo seguro que molestara mucho al zoquete que atiende por Curro Troya:"No echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen".(Mateo 7,6)
ResponderEliminarGracias por el consejo. Te cuento, ya me habían advertido que iban a hacerme un par de visitas. Me lanzaron el guante como en un duelo y, por supuesto, acepté encantado.
EliminarUn abrazo