lunes, 2 de agosto de 2021

¡MISTERIOS DE JESÚS|

 


Hay misterios de la vida de Jesús que me siguen fascinando.  El primero de ellos tiene que ver con su nombre.  Para hablar del mismo he de centrarme en aspectos históricos ya que de fe yo sé poca cosa. Basándome en ellos, puedo afirmar que Nazareno no significaba al principio hombre de Nazaret, sino Jesús el Nazir, el santo, el hijo de Dios. Fue posteriormente en el ámbito griego donde comenzaron a llamarle Jesús de Nazaret. Como este nombre iba unido al siervo de Yahvé y pronto en ambiente heleno se le llamó “Kyrios”, señor.  La denominación nazir/santo/siervo que fue reemplazado por señor.  En resumen, con el tiempo, cuando la iglesia se hizo más grecorromana, la denominación griega  fue la que se impuso, que no era la habitual en la vida de nuestro personaje.

Otro misterio que siempre me ha cautivado es la conciencia mesiánica que le atribuye a Jesús la comunidad cristiana.  Y es que el hijo de María jamás mencionó en vida que la tuviera. La pregunta, por tanto, es obligada; ¿A que venía ese prolongado silencio? Habría que explicar que Jesús habría fracasado, como otros antes que él, en su misión como mesías redentor muriendo en la cruz. Los evangelistas inventaron la solución: Jesús prohibía a sus discípulos decir que era el mesías. Estamos ante lo que se conoce como el secreto mesiánico. Es justo afirmar que este agente mesiánico divino no tenía nada que ver como el que esperaban, y todavía esperan, los judíos, ya que el de Jesús era de otra clase que incluía el sufrimiento y la muerte como redención en pro de los pecados de toda la humanidad.  Jesús habría mantenido en secreto su misión que sólo habría de revelarse tras su muerte y resurrección. Llegado a este punto, este humilde investigador no puede añadir nada más porque nos movemos en el resbaladizo terreno de la leyenda y no de la historia. Y yo no puedo ir más allá.

¡Que cada cual saque sus propias conclusiones!

Sergio Calle Llorens

 


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