A mí me pasa
con mi mascota lo que a muchos hombres con sus mujeres; que siempre
prefieren la de los demás. Esta es una forma dulce de describir mi profunda
animadversión hacia mi perro. Sé que no debería sentir nada malo hacia él, pero
Nuuk, que así se llama el animalito, me trae por la calle de la amargura. Todo comenzó cuando se quedó paralítico de
las patas de atrás por beberse el agua del cubo de la fregona. Tuve que pagarle
un carísimo tratamiento, pero volvió a caminar, aunque no recuperó del todo el
control de sus patas de atrás. Yo quería utilizarlo para participar en carreras
de trineos, pero él no es un perro de tiro y soy yo el que va tirando del
animalito a todas partes. Dicha de otra manera, no me sirve para correr, pero
me entran unas ganas locas de correrlo a gorrazos, no porque no le vayan las
carreras sino porque la única que gana es la de ponerme de los nervios en pases
de mañana, tarde o noche. Al alba porque no dejar dormir. Aúlla y lloriquea,
aunque lo haya sacado dos horas antes. A la hora del crepúsculo porque no sabe
interactuar con los de su especie. En la oscuridad porque roba cuan miembro de
la secta del capullo.Nuuk es
tozudo. Nuuk es un pesado. Nuuk es infantil. Nuuk hace lo contrario de lo que
quiero. Nuuk es mi perro, pero me gusta menos que un discurso de Pedro Sánchez. Sé que es difícil de explicar o
puede que yo no sepa explicarme mejor. La gente me dice: “pero es tu perro” y
yo siempre respondo: “al igual que hay personal que detesta a su hermano o a su
suegra, yo no aguanto a mi mascota”. Además, por mucho que yo he intentado amarlo,
no me ha salido. Nuuk es, como decimos
en inglés, “a pain in the ass”. El tipo que me saca de mis casillas. El
supuesto ángel que saca el diablo que llevo dentro.
Sé que estaremos
juntos hasta el final a pesar de que me jode a conciencia. También estoy
convencido de que muchos se escandalizarán al leer estas líneas. Especialmente
aquellos salvajes que valoran más la vida del perrito Excalibur que la
del niño muerto hace dos semanas en Valencia por peritonitis. Cosas de los recortes sanitarios. Sí esos de
los que yo alertaba en el pasado. Cuestión de prioridades morales.
Sólo me
queda recordarles que Hitler decía que “mientras más conocía a los
hombres, más le gustaba su perro”. A mí,
en cambio, me gusta repetir que mientras más conozco a mi mascota, menos me
gustan sus defensores.
Sergio Calle
Llorens
No hay comentarios:
Publicar un comentario