lunes, 12 de mayo de 2014

¡VIVA EUROVISIÓN!

En Eurovisión lo raro no es que gane un tipo disfrazado de mujer con barba, sino ver a más de dos heterosexuales en la misma habitación siguiendo el acontecimiento. Sin embargo, y a pesar de que sólo me gustan las señoras, he de decir que yo soy muy fan del festival. Y la verdad es que no sabría decir la causa. Me viene a la memoria mi señora madre acordándose de los portugueses que pasaron más de una década sin votarnos. Sin olvidarme de los hijos de la Gran Bretaña que sólo nos han dado 8 puntos en la historia. No nos votaron ni el día en el que ganó Massiel con esa canción tan profunda  del lalala. Así que recuerdos, lo que se dice buenos recuerdos, no he tenido muchos como espectador. Cosas de querer que España siempre gane hasta a las bolas. Y hablando de bolas, ayer mismo me habría gustado que las polacas hubiesen  ganado con esas magníficas domingas que lucían en el escenario de Copenhague. En realidad, para el que aquí suscribe son las ganadoras morales del festival. Vean las imágenes que acompañan esta entrada y entenderán la causa por la que algunos tenemos unas ganas locas de invadir Polonia.

No es que me parezca mal que se bote a un hombre con barba. Es más, si de alguna manera sirve en la lucha de la igualdad del colectivo homosexual, bienvenida sea la victoria de Conchita. No obstante considero que de no haber mediado barba, el austriaco habría tenido poca garantía de éxito. He de reconocer que la campaña de marketing por la que todo el planeta sabía quien era el representante de Austria y, casi nadie conocía la cantante española por muy superior que ésta fuera. Insisto; por no haber usado la maquinilla de afeitar. Muchos han apuntado que Conchita ha ridiculizado al mismo tiempo al hombre y a la mujer. No estoy yo tan seguro. Lo único que digo es que ante la duda, la más tetuda. Especialmente con esos movimientos al mover el café, o lo que estuviera haciendo la joven de Cracovia con el palito. Y el personal palote, claro está. Pero si eligen al barbuo, yo no soy nadie para rasgarme las vestiduras.

Barbas contra bolas. Peludo versus a dos señoritas muy guapas; una holandesa y otra sueca. Y ganó quien  tenía que ganar. Con el mamoneo de los países amigos repartiéndose votos. Lo habitual vaya. Lo que se salió de madre fueron los pitos y abucheos que el personal le dedicaba a Rusia cada vez que obtenía votos de los diferentes jurados. Por una vez hubo un buen nivel de casi todos los representantes y España quedó entre los 10 primeros. Tal vez no podamos aspirar a más. El festival, lejos de languidecer, debería agradecer lo que Conchita y las polacas han hecho por el futuro del acontecimiento europeo. ¡Qué siga la fiesta!


Sergio Calle Llorens

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