martes, 28 de febrero de 2012

LA SEQUÍA


En Málaga y Barcelona llevamos 44 días seguidos sin ver llorar a las nubes. Hay quien apunta a Zapatero como el causante de la sequía por aquello de que se ha comido las nubes, aburrido de tanto contarlas. Están secos los pantanos, los campos y hasta los bancos. Esas entidades que te dejan un paraguas cuando luce el sol y te lo quitan cuando empieza a caer la lluvia. Pero donde realmente están de sequía es en las cabezas grises de los socialistas; María Jesús Montero- más conocida como la niña del exorcista- no sabe que hacer con los enfermos mentales que se hacinan en los pasillos del hospital clínico universitario de Málaga. Incluso se ha visto por el centro hospitalario a los vecinos de los callejones del Perchel, locos por las obras del Metro que dirige el biólogo Enrique Salvo Tierra. Ese tipejo que nunca será invitado a un congreso de mentes brillantes, y que ha paralizado la construcción del suburbano por unos restos arqueológicos, mil veces estudiados. Por su parte, Paulino Plata, ciego por su odio a Málaga a pesar de ser de Antequera, se opone a que el Museo del Prado tenga una sede en la Aduana. De eso se trata, de dejar siempre seca a esta orilla del mediterráneo.



Pero mientras los ciudadanos andamos secos de pasta y de lluvia, los sindicatos cobran por todas partes, por los ERE, por las subvenciones, por las fundaciones y hasta por el roce con el viento, ese que es el dueño del mundo. Un mundo que se mueve por dinero, ese poderoso caballero que ha sido dilapidado por el sistema autonómico español en los últimos tiempos. Habrá recortes porque el ciudadano de a pie ha sido víctima de un engaño morrocotudo. Un fraude a todas luces en la que usted y yo pagamos para mantener a una casta política inservible.



Para cambiar España es necesario cambiarnos a nosotros mismos. Hemos de establecer la cultura del esfuerzo y del mérito, del deber por encima del derecho. Hay que cambiar la mentalidad de la subvención y de la pasta fácil. En otras palabras, hemos de regarnos a nosotros mismos y a los campos para terminar con la sequía de los tiempos presentes. Hemos de luchar por ser productivos cambiando hasta el horario de trabajo- la vida española es un suicido a treinta años vista- y por último hemos de copiar la vía islandesa de pedir responsabilidades a esos políticos mediocres- casi todos socialistas- que nos han destruido las cosechas.



Tengamos en cuenta que el Estado del Bienestar español es insostenible en términos financieros. Buena culpa de ello la tiene un sistema político basado en el despilfarro y el cantonalismo. Llevo advirtiendo de ello desde esta tribuna desde hace años y nadie ha querido escuchar hasta que han visto los campos yermos y las haciendas arrasadas. España no puede vivir, escuchen de una vez, con 17 miniestados con embajadas y televisiones autonómicas informando in situ sobre las elecciones norteamericanas.



Ustedes deben elegir entre tener una sanidad del primer mundo y una educación de calidad y el guirigay de la España autonómica. Hoy mismo, he sabido que el gobierno de Griñán en plena crisis económica ha destinado 120.000€ a las embajadas andaluzas en el extranjero. Al parecer el dinero es para los sistemas informáticos de esas oficinas que tienen como única misión captar los votos de los emigrantes andaluces. Y todo a tres semanas vistas de las elecciones. A nadie le debe de extrañar que las arcas andaluzas estén más tiesas que la mojama. Y es que en las tierras del sur, la ley de Rinconete siempre se cumple a rajatabla. De hecho, hasta el ex presidente Chaves ha asegurado que está preparando su regreso a la Universidad para dar clases de Derecho del Trabajo en Córdoba. Se anuncia un masivo abandono de estudiantes. Pero cómo coño quieren que el cielo descargue una gota más sobre nosotros, pobres infelices, si hasta el agua la han vendido esos del capullo. Y no, no pidan que se termine la sequía, no vaya a ser que el altísimo les escuche y mande un tsunami para acabar con tanto ladrón y tanto bobo de los cojones.


Sergio Calle Llorens

4 comentarios:

  1. Las embajadas andaluzas, las catalanas, yo soy catalán y los observatorios. Recortar a los ciudadanos es fácil, lo difícil es cargarse las instituciones inútiles que ellos crearon.

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  2. Muy interesante el blog, Jordi

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  3. Creo, querido amigo Sergio, que mientras no lleguemos a un nivel de pobreza tal que incluso emigrar a Marruecos sea deseable, no podremos gozar de alguna mente preclara que declare la devolución de la autonomía al Estado. Y aún queda lluvia para eso, preceisamente ahora que estamos con la pertinaz sequia.

    Un saludazo.

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    1. Tienes razón, amigo, pero al menos ahora ya no es una opinión minoritaria la de devolver competencias o suprimir organismos autonómicos. Ha tenido que llover muchas lunas para que se dieran cuenta que la España de las autonomías es inviable.

      Saludos hermano.

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