viernes, 2 de marzo de 2012

EL INFIERNO ANDALUZ


Descender de la consecución de la autonomía a lo que ha seguido es descender de la realidad a la nada, de la cima de una montaña a un precipicio. Una bajada, en suma, a los infiernos de Dante, sólo que esta vez no es Virgilio nuestro guía en el averno sino el presidente de un partido que prometió 100 años de honradez pero no dijo cuando empezaban. En este descenso al infierno andaluz, el PSOE no utiliza el número diez como cabalístico sino los nueve círculos del ante infierno, donde se encuentran los Ignavi, es decir, los indiferentes. Esa masa cuyo denominador común va más allá de su silencio cómplice con el latrocinio institucionalizado. Desde aquí se escuchan su chillerío vacuo cada vez que sus amos censores se disfrazan de informadores para decirles a quien tenemos que votar, y que debemos pensar.



A veces me preguntó cuando aquella ilusión colectiva por el autogobierno tornó en las políticas cortijeras que nos han conducido al desastre. Treinta años, que se dicen pronto, para acabar en el estercolero de la historia. Tal vez el alma faltó al propio universo andaluz tan pronto como los honrados padres del invento retiraron su aliento, y los objetos se borraron desde que ya no fueron iluminados por la luz que les había dado relieve y calor. El PSOE denigró a Andalucía hasta en su dignidad, para destruirla después. Ha creado un monstruo que como Apolo ha devorado a sus vástagos. Sólo que ahora la reacción andaluza contra los socialistas creó la fuerza del PP y Arenas va camino de merendarse el Palacio de San Telmo.



Una interpretación del pasado andaluz, en la que Andalucía y PSOE crecían tan inexorablemente de sus gentes, que la probable derrota electoral del segundo podría poner en riesgo la existencia futura de la primera. Al menos eso es de lo que tratan de convencernos los socialistas en cada vídeo electoral. A la grupa de esa hedionda excusa, los del capullo siguen hundidos en su miseria moral e intelectual. Parecen boxeadores sonados que se mueven por el cuadrilátero dando golpes bajos que no permite el reglamento.



Para salir de los tormentos del infierno, hemos de recorrer sus galerías. No encontraremos a Paolo y a Francesa, esos amantes adúlteros que se conocieron al leer el libro de Lanzarote, los amores de la reina Ginebra, sino a socialistas que cometieron el pecado de la codicia humana. Caminemos juntos pues en el tránsito por el bosque de los suicidas, esos que a pesar de conocer los escándalos de corrupción, siguieron votándoles. Entenderán que tras cruzar el fuego del desierto, arribarán a la llanura de los traidores, considerados los peores pecadores del mundo. Una vez allí, comprenderán la causa del fracaso escolar andaluz, del paro, de la corrupción, del bajo nivel académico de sus universidades. Cuando la fuente del conocimiento haya rociado su mente, espero que sepa darle un buen uso. Porque de este infierno podemos y debemos salir. Amen.



Sergio Calle Llorens

1 comentario:

  1. Si Quevedo levantara la cabeza, cuanta poesía satírica escribiría sobre la España de hoy.

    ResponderEliminar