lunes, 8 de agosto de 2011

EL ENIGMA MENA


Cuando dobla el calendario el mes de febrero, Málaga camina hacia su cuaresma para toparse de lleno con una de sus grandes leyendas: El Cristo de Mena. La historia oficial dice que el cristo legionario fue quemado por una turba en aquella horrible jornada de mayo de 1931. Sin embargo, desde entonces son muchos los que han escrito artículos o libros afirmando que el cristo en verdad se salvó. El último en afirmar que el Cristo no fue destruido ha sido Pedro Luís Gómez con su novela “Las cenizas de Cristo”. El autor afirma que todo cuanto relata en el libro le fue revelado por alguien que participó en el rescate del Cristo de La Buena Muerte. La novela ha vuelto a abrir la polémica en la Málaga más cofrade, que ha vuelto a dividirse entre quienes no creen una palabra, y entre los que sueñan en ver de nuevo aparecer al Cristo del imaginero granadino. Por ello, en los últimos meses he buceado en archivos, he entrevistado a más de cien personas y he investigado por mi cuenta para llegar al fondo del enigma Mena. Aquí tienen mis conclusiones:


El Origen



Cuando comencé a investigar sobre los tristes sucesos de la quema de conventos e iglesias del año 1931, tuve la certeza, apoyada en varios documentos, de que los ataques que sufrieron la iglesia y las fuerzas conservadoras de Málaga- incluyendo el ataque a la sede del periódico monárquico Unión Mercantil- habían sido orquestados y manipulados por una minoría que supo manipular al pueblo llano y semianalfabeto de la ciudad. El ataque seguía de alguna manera los que se habían producido en Madrid, y como en la capital del Reino, la República no hizo nada por remediarlo: “La vida de un republicano valía más que cualquier iglesia de Madrid” según dijo Azaña. En nuestra ciudad. todo hay que verlo con la perspectiva del tiempo, en la que vislumbramos una ciudad dividida en la que las fuerzas más izquierdistas le retiraron las ayudas a las cofradías, que se postulaban en contra del régimen republicano. Los ataques a Santo Domingo como a La Unión Mercantil fueron el mensaje claro y contundente que lanzaron las izquierdas más reaccionarias contra los conservadores. El heraldo venía a decir: “Somos más y os haremos pedazos para avanzar hacia la revolución”. Para llevarlo a cabo, periódicos de izquierdas como Rebeldías justificaban los ataques a la iglesia como fruto de la desesperación de un pueblo hambriento- y en este punto no le faltaba razón- de tal forma que cuando saltó la chispa esa minoría más radicalizada y mejor preparada manejó el vulgo a su antojo.



El Ataque



No me he centrado en los ataques a otras iglesias, sino que he dirigido mi mirada hacia los sucesos de Santo Domingo. Para ello, he rescatado el informe del comisario en jefe de la policía de Málaga Ricardo Gordián que fue remitido al juez instructor Teniente Coronel Ángel Aguilera Gallo. En él señalaba en relación al concejal comunista Andrés Rodríguez: “ Fue quien capitaneó los grupos que asaltaron, saquearon e incendiaron la iglesia de Santo Domingo, y cuando un individuo le dijo que respetará el Cristo de Santo Domingo, éste contestó que allí se quemaba todo”. Es, como era evidente entonces, que el concejal comunista quería destruir la imagen vinculada a los caballeros legionarios y a la derecha. Lo que aquí relato ha sido reflejado en otros trabajos y libros como el de Salvador González Anaya. De hecho, los asaltadores destruyeron cuanto pudieron. Incluyendo el Cristo de Pedro de Mena- según muchos de los testigos- Y sin embargo todavía no se habían apagado las llamas de la barbarie cuando comenzaron los rumores.


Los Rumores Y La Investigación



Eran tan fuertes que en 1932 el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo Salvador González Anaya encargó un informe al académico Francisco Palma García. Éste realizó las gestiones oportunas y trató por todos los medios de localizar la imagen del Cristo desaparecido. El periodo de su investigación coincide con la publicación de cartas en los medios locales narrando que el Cristo se había salvado. Sin embargo, las conclusiones de Palma García no podían ser más contundentes contra esa posibilidad. De hecho, destacaba la noticia de que el propio Gobernador Civil de Málaga, Antonio Jaén Morente tras llegar desde Madrid, acudió al convento de Santo Domingo donde se le presentó la figura mutilada. En este punto hay que destacar que todavía no se había producido el último ataque, como después comunicaría a Miguel Maura, Ministro de Gobernación, mediante telegrama el día 12 de mayo. Esta misma información fue corroborada por un acta de requerimiento notarial firmada por Francisco Villarejo González. También el Vicario general del Obispado se hizo eco de la destrucción de la imagen. El propio Juan Temboury- erudito malagueño- escribió una carta fechada en 1935 al entonces Alcalde de Málaga Emilio Baeza, en la que aseguraba que “en la vía pública se arrojaron, con toda tranquilidad, cuadros de Manrique y Niño de Guevara, y esculturas tan maravillosas como el del Cristo de Mena. Por si fuera poco los indicios que apuntan a la desaparición del Cristo, la propia familia Palma incidió en la teoría de la destrucción del mismo. Francisco Palma Burgos cuando vivía en tierras italianas remitió una carta a su hermano José María, en la que le narraban ciertos detalles que le habían sido relatados por Julio Trenas, un amigo de la familia, sobre lo que aconteció en aquella terrible noche. Según su testimonio, el imaginero Palma García ayudado por un bombero apellidado Ramírez, descolgó el Cristo, le rompió los brazos, los unió al cuerpo, lo envolvió con el manto de la Virgen, y entre humos, crujidos y ruinas de hecatombe quedó en su tumba a esperar su nueva resurrección. Unos soldados que estaban en la puerta les prometieron no abandonar la iglesia. Más tarde una nueva orden y entraron y quemaron al Cristo. Aquí hay un lapso de tiempo que se prestó a dudas que alguien entrara y lo robara, pero desgraciadamente se quemó”


¿Enigma Resuelto?


El enigma Mena está basado en dos puntos fundamentales.

1- Que nadie vio arder jamás a la figura del Cristo
2- Que los medios de comunicación y los malagueños han querido creer en el milagro.

Para muchos es evidente que la propia cofradía alimentó el mito desde el primer momento. Creer en que la imagen iba a ser restituida por algún héroe anónimo que la tenía escondida en algún lugar de la judería tenía como objetivo que la comunidad de Mena siguiese vinculada a su imagen. Sin embargo, la imagen no apareció jamás y es el Cristo del imaginero Palma Burgos la que sustituyó al Cristo quemado, y es hoy la que procesiona Mena acompañada por los sones de la marcha legionaria; aquella que nació como cuplé en un cabaret de Málaga y que se hizo marcha militar para goce de los malagueños en la mejor semana santa del mundo. Sin embargo, por muchos informes que apunten en la dirección de la destrucción del famoso Cristo, el tiempo que pasó desde que los soldados abandonaron el templo y la posterior quema del templo es motivo suficiente para creer. Y quien soy yo para decirle a todos aquellos que creen en la existencia de nuestro Cristo de Mena que están equivocados. Al fin y al cabo, bienaventurados los que creen sin haber visto.

Nota final: Andrés Rodríguez, que fue uno de los detenidos por los hechos que aquí se relatan en compañía de Cayetano Bolívar- las detenciones tuvieron lugar en el domicilio del doctor Bolívar en calle La Bolsa- Aunque se ha especulado mucho sobre los autores del crimen ya que muchos apuntaban a socialistas y anarquistas, lo cierto es que Andrés Rodríguez fue asesinado cuando se dirigía al entierro del Concejal socialista Antonio Román Reina. La bala que le mató salió de la pistola de un falangista. Durante la elaboración de este trabajo, pude entrevistar a ese camisa azul, al que di mi palabra de no revelar su nombre hasta que hubieran pasado 10 años de su muerte. De momento, el anciano sigue viviendo con toda tranquilidad en el marinero barrio de Pedregalejo.


Sergio Calle Llorens

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