viernes, 9 de agosto de 2024

¡LA T.I.A!

 


Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato. Si un tipo declara la independencia de su región, la anula tres segundos después, y termina huyendo al extranjero en el maletero del coche, entonces es muy posible que el político en cuestión sea un repugnante cobarde. Si este mismo individuo, pesado de cojones, monta un numerito a las puertas de un parlamento, y termina escapando de nuevo en otro maletero, entonces, además de homenajear a la gallina, estemos ante un mamarracho de primera categoría.

El sainete Puigdemont ha dejado tocada a la policía autonómica catalana convertida, de facto, en la T.I.A de Mortadelo y Filemón. Es obvio que hoy los Mossos son el hazmerreir de todo el mundo occidental y no hay nadie que no llore de risa ante el despropósito de una operación tan descacharrante que parece diseñada por la ínclita María Gámez en compañía de la bruja Lola.

La cuestión aquí y ahora no es conocer el paradero del cateto de Gerona sino plantearse cómo unos agentes que parecen sacados de una película de Berlanga puedan llegar a portar armas por la calle, cuando tienen menos talento que la babosa aquella del pleistoceno.

Pero si grave es que un tipo, sobre el que pende una orden de detención dictada por el Juez Llarena, pueda burlar las fronteras de un país para dar una conferencia televisada, y volverse a marchar sin que nadie lo detenga, qué podemos decir de la inacción del gobierno de Sánchez cuyo ministro del interior sólo abre la boca para demostrarnos que su estupidez es enciclopédica. Y así, un día baja de la nube para hablarnos de la importancia de la inmigración marroquí y, al otro, se sube al árbol de la ignorancia porque el de la ciencia le quedaba muy lejos.

 Así es imposible hacernos respetar. Después de todo, la España autonómica ha engendrado, además de gallinas, alacranes, serpientes y varios tipos de parásitos y sanguijuelas, a una tribu que acepta al cuerpo de los Mossos como animal de compañía. Porque una cosa es la visión que dan las teles autonómicas de la realidad y, otra bien distinta, la situación de degradación que está sufriendo nuestro país por culpa de politiquillos sin escrúpulos que sólo sirven para dar mal ejemplo.

¡Ya sólo queda que el jefe de los Mossos escriba otra carta a la ciudadanía pidiendo respeto y apoyo a su candidatura para dirigir la Interpol!

Sergio Calle Llorens


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