jueves, 16 de abril de 2015

JUEGO DE TRONOS


Pablo Iglesias le regaló las cuatro temporadas de Juego de Tronos a Felipe VI. Lo hizo llevando una ropa arrugada y la cabeza llena de caspa. Podría haber contraatacado el Borbón con una lista de todos los asesinados por el Régimen de Maduro que, al parecer, ha financiado la marca bolivariana de Podemos. Sin embargo, tenemos un Rey muy educado. De haber estado yo en su lugar, le habría llevado un carro a Pablete con todas las denuncias del Human Rights Watch sobre la violación de los derechos humanos en ese país tan cochambroso que comanda Maduro y, para rematar el envite, el libro negro del comunismo; un paseo guiado por el infierno de la ideología que más muerto ha causado en la historia de la humanidad.
Gracias a mis conocimientos de esa corriente que huele a gulag y a sangre inocente, puedo hacerme un juicio honrado acerca del regalo envenenado. Por un lado, trata de  aplacar a los republicanos que viven anclados en 1931 a los que ha dejado tirados en la conmemoración de su derrota. Por otro,  intenta aparentar que puede ser un hombre de Estado. Empero, lo único que ha logrado es una inmensa frustración en las bases de su formación política.

Lo más delirante de todo el asunto es que aquellos que siguen teniendo una guerra civil en sus cabezas, lo toman como un acto de rebeldía contra la monarquía. En realidad, con payasadas como las que protagonizó ayer el dictatorial Iglesias, la institución real tiene una gran vida por delante. Dejemos pues que sigan sacando sus banderas tricolores, sus taras y su mala leche a pasear cada vez que les venga en gana. Felipe VI va a tener un reinado tranquilo y sin mayores complicaciones.

La fuerza granítica de la izquierda radical, típica de las cabezas de chorlito, seguirá  con la carraca de lo anacrónico de la institución cuando ellos, precisamente ellos, apoyan a Corea del Norte, a Venezuela, a Irán, a Bolivia y a todo lo que huela a dictadura. Por eso volverán a perder como hicieron en el pasado. La razón es muy simple;  Su odio, fíjense en la mirada de Pablo Iglesias y su ex, nunca podrá superar nuestro gigantesco amor por la democracia y la inteligencia. Felipe VI es hoy un hombre que ya vislumbra a Leonor con la Corona. No será un juego de tronos, sino un paseo porque los truenos republicanos no llegan ni a relámpagos.

Sergio Calle Llorens

2 comentarios:

  1. ¿Lo viste en el video?. Bajito, doblado, peludo...un perfecto bufón de la corte.

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    1. El que habla de la casta y con el pelo lleno de caspa; ¡que asco!

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