jueves, 29 de noviembre de 2012

SIN PERDÓN


El vídeo del PSOE pidiendo perdón, lejos de ablandar mi corazón, me mantiene en la firme convicción de que al partido del capullo sólo le pueden venir bien, para redimirse, una larga temporada en la oposición. Entonces podrán presentarse al electorado con las manos limpias y la cabeza alta. Hasta ese momento, no hay súplicas que valgan. El único vídeo que estamos interesados en ver los electores, es el anuncio del cese inmediato de actividades de esa banda de cuatreros sin escrúpulos que encabeza Griñán. El padre de los ERE andaluces.

Esta última producción audiovisual socialista es más falsa que la virginidad de Lucía la Piedra. Un trabajo cuya única respuesta debe de ser la de “Sin Perdón”,  aquel magnífico film de Clint Eastwood. En ella, sus protagonistas me recuerdan a esos hombres sin ley que son los socialistas españoles. Forajidos con áurea mística nacida de un dolor impostado, porque sí en los Westerns, los personajes son abocados a tomar el mal camino por haber presenciado la muerte o violación de uno de los suyos, entre los ladrones socialistas, el trauma franquista les pilló, a pesar de la pose, muy lejos. No deja de ser curioso tampoco,  los métodos empleados por los chicos de Eastwood para acabar con sus enemigos. Algo que  enlaza definitivamente con el protagonista de Centauros del desierto- The Searchers- matando hombres por la espalda y disparando a los ojos a indios muertos. Puede que usted piense que estoy llevando las cosas demasiado lejos, pero el ciudadano medio muere un poco cada día como resultado de ese banquete socialista que ha desangrado a los ciudadanos. Y sí, no van con pistolas, porque ya no les hacen falta al haber perfeccionado sus métodos para hacer el mal.

El problema del PSOE en la actualidad radica en que arrastran un carromato repleto de cadáveres fruto de sus múltiples años ejerciendo el gobierno. Víctimas, todos ellas, que en un momento de sus vidas creyeron ser más rápidas y más listas a la hora de sacar el revolver. Como al espectador en Sin Perdón, al ciudadano medio le llega la falta total de épica de la historia narrada; un sheriff que se niega a castigar a los culpables, un joven más chulo que un ocho que sólo piensa en la recompensa, y un par de ancianos, ex cuatreros incapaces de subirse a un caballo o de disparar a otra persona. Más o menos como nuestros sindicalistas. Por supuesto, ustedes también aparecen en el film en forma de dos jóvenes asesinados brutalmente  por gente que se presenta como de a pie, trabajadora, e incluso, arrepentida. Y claro, ante eso, sólo podemos gritar aquello de Sin Perdón.

Los ladrones ya no son tan simpáticos como Billy The Kid. 

Sergio Calle Llorens

2 comentarios:

  1. Eres un maestro de la pluma amigo mío, da gusto leer tus textos, espero que estés recuperado de salud que vaya añito que llevamos.

    Un abrazo

    Juan Alsina

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    1. Gracias amigo; Con llegar al día siguiente ya me es bastante.

      Saludos

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