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No acabaron ahí las coincidencias
ayer, pues mientras el hijo del escolta de Franco presumía de
“colaboración con la justicia”, el TSJA avalaba el derecho de la
juez de los ERE a consultar las actas del Consejo de Gobierno que le
había negado, una y otra vez, el partido de la rosa y el capullo.
Un revés judicial que no será publicado en los medios
subvencionados a cargo de la publicidad institucional. Nihil novum
sub sole. Sin embargo, hay algo que sí me llamó poderosamente la
atención; fue el mensaje críptico del rey de la dislexia al afirmar
que”el bombero nunca le avisó del fuego”. Y ese no puede ser otro que
el entonces Consejero de Hacienda, José Antonio Griñán, al cual el
interventor remitió nada menos que15 informes. Puede que los leyera,
puede que no, pero el resultado ha sido que 1000 millones de euros
destinados a los parados fueron concedidos a voleo. Solo un cretino
integral podría justificar semejante latrocinio institucional.
Apenas alguien entregado a la indecencia se atrevería a aceptar un
comportamiento tan deleznable. Algo así como un plantel de damas con
la virtud en alquiler que sonríen ante las acciones de sus golfos. Como los mamporreros de IU, o ese presidente de la cámara
andaluza, el socialista Manuel Gracia acompañando a su jefe a la
comisión que, como todas, se cerrará en falso y sin fijar
responsabilidades políticas.
Pasarán las hojas del calendario cien
mil veces cuando alguien revise este período de la historia que nos
ha tocado vivir. Apuntará a un régimen podrido y nauseabundo en el
que los bomberos toreros campaban a sus anchas repartiendo regalos a
sus amiguetes. Hará hincapié en las causas del fracaso andaluz;
bajo nivel cultural de la población, ausencia de mentes brillantes y
un poder absoluto que corrompía todo lo que tocaba. Y se preguntará,
sin duda, cómo los andaluces pudieron caer tan bajo permitiendo un
autogobierno que les condenó a ser ciudadanos de segunda. Tal vez
para entonces los Chaves, los Griñán, los Gamez y la puta que los
parió a todos, hayan dejado estas tierras para siempre. Hasta entonces, seguiremos viendo como los corruptos se envuelven en una bandera andaluza gigante, para que no se vea la de su incompetencia.
Sergio Calle Llorens
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