Hay veces en las que pienso que la vida
nos da a los socialistas para que la muerte no nos resulte tan
deprimente. No hay nada mejor para un moribundo que marcharse al otro
barrio sabiendo, que allí no habrá ningún socialista para
amargarle la existencia. También es cierto que a veces, los chicos y
chicas del PSOE pueden endulzarnos el camino con sus cosillas.
Recuerden que en Europa nació la democracia y con ella el progreso,
y en nuestro país, la España autonómica dio paso al circo
progresista.
En esta ocasión ha sido algún
plumilla socialista que trabaja en la web de metro Málaga. Ya
saben, uno de esos vendidos que sufre el síndrome Chus Heredia, periodista que tiene las rodillas desgastadas de tanto hacer lo mejor que sabe. El caso es que la página
oficial del suburbano malagueño publicaba que una Delegación de la
empresa pública de transporte Istanbul Ulasim, de Turquía, realizó
una visita a metro Málaga para conocer las características técnicas
de la infraestructura. La escala en la capital malagueña, explica," se produce tras la visita que han realizado previamente a los metros
de Madrid y Barcelona, ya en funcionamiento". ¡ Collons! El de la
capital del Reino se inauguró el 17 de octubre de 1917, y tuvo como
protagonista al rey Alfonso XIII. Era la línea 1 que iba de Sol a
Cuatro Caminos Y el de la capital catalana empezó a circular el 30
de diciembre de 1924, cuando Fernando de Baviera en representación
del mismo rey, inauguró el primer tramo desde Lesseps hasta la Plaza
de Cataluña. Hay que tener el cerebro de una cucaracha de Madagascar
para pensar que desconocemos que los suburbanos de las dos ciudades
más importantes de España están en funcionamiento.
Sigo; después de aleccionar a los
turcos sobre el sistema de señalización y circulación del metro
malagueño, éstos se interesaron por la solución C plus que
permitirá un trasbordo entre ambas líneas con los servicios
ferroviarios de la estación María Zambrano. Parece que ese fue el
momento en el que el coordinador de la delegación, Mehmet Tarik,
“valoró la accesibilidad con las que contarán las estaciones de
la red de metro”. Lo que no aclara el plumilla es si la valoración
fue positiva o negativa, aunque deja cae que le agradó la amplitud de las mismas.
Lo que sí dice es que la visita
comenzó en la estación de El Perchel, lugar donde confluyen las dos
líneas y donde estará ubicado el intercambiador. En este punto,
quiero hacer memoria porque el suburbano tenía el 11 del
11 del 2011 como fecha de inauguración, por lo que queda
claro que el anuncio del inútil del señor Salvo, ex director de El
Metro y hoy colocado, imagino, en alguna agencia de la Junta, existía
en el mismo plano que los reyes magos. Una vez en la Estación Puerta
Blanca , pueden reír si quieren, a los turcos les mostraron la
ubicación y disposición de las escaleras , de los ascensores, el
vestíbulo de acceso y la zona donde estarán colocadas las maquinas
expendedoras y la línea de máquinas canceladoras. Dicho en Román
Paladino; ni el intercambiador está hecho, ni todas las escaleras
mecánicas colocadas, y mucho menos las maquinas que venden los
billetes. Nada extraño si nos detenemos en el hecho singular de que
el ex Director del Metro, cesado recientemente, tenía como
especialidad la biología, materia importantísima a la hora de
construir con éxito un metro.
La visita concluyó en el recinto de
mando y control, “lugar estratégico desde donde se supervisará la
explotación y la zona donde estarán colocadas las maquinas
expendedoras y la línea de máquinas canceladoras”. Oigan, y el
plumilla que ha redactado la nota se queda descansando unos segundos
tras la obvia señalización del lugar estratégico, y vuelve a la
carga, alabando la obra y las virtudes del suburbano que “impulsa”
la Junta de Andalucía. Oigan, ni el General Patton era tan bueno en
el tema de la estrategia, ni Goebbels en el mundo de la propaganda.
Ahora comienzo a entender la razón
por la que el metro no me permite visitar las obras, aunque la
ausencia de fotos sobre el progreso del metro malagueño ya me hacía
sospechar en esa dirección. Lo único claro en todo este asunto, es
que los turcos se vuelven a casa con la certeza de que los dirigentes
andaluces y sus obras son el claro ejemplo de unos pésimos
gobernantes. Total, viajar a Málaga para ver unos túneles a medio
hacer, y unos ascensores que pueden contemplarse en cualquier parte
del mundo. También es comprensible que muchos, tras años de sufrir
las obras del metro, quieran imitar al rey Enrique VIII cuyos
retratos de sus mujeres no justifican pero sí explican que el
monarca tuviera tanta prisa por suprimirlas. Y es que las cabezas de
los junteros son, además de horrorosas, completamente prescindibles.
Sergio Calle Llorens
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