martes, 20 de marzo de 2012

LA ONU Y LA JUNTA


La ONU y la Junta de Andalucía venden valores con los que todos estamos de acuerdo; la justicia, la paz, la igualdad, la mejora del bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, una cosa es lo que propugnan y otra bien distinta los patéticos resultados que obtienen. Si no me creen, investiguen un poco y se darán cuenta de que estamos ante un gran fraude a los ciudadanos.



Les cuento, Kofi Annan, ex secretario de las naciones unidas fue protagonista del mayor escándalo por corrupción, y miran que han tenido, en la historia de la organización; el programa de petróleo por alimentos en Irak. Aquello fue un negocio redondo para el hijo de Annan, su cuñado y su sobrino. Los Estados Unidos le dejaron marchar con honores justo cuando le concedían el premio Nóbel de la Paz, a pesar de ser el responsable de haber dejado que se masacrara a la población de Sbrenica, y de no haber movido un dedo para parar las violaciones de niños cometidas por los cascos azules italianos y pakistaníes.



Pero si la ONU fue creada al albor de las dos guerras mundiales para poner fin a los conflictos armados, la Junta de Andalucía hizo su aparición para luchar contra el paro y poner fin al subdesarrollo andaluz. Y de paso, claro está, subir el nivel cultural de la población. Como no ha conseguido ninguno de los objetivos para lo que fue creada, el ente autonómico o sus dirigentes deberían cortar el cordón umbilical que les conecta al pueblo andaluz que les alimenta. Porque tres décadas vendiendo la burra de la justicia social, de la educación pública, del pan y el trabajo sólo han servido como continuación del monumental engaño al pueblo. Ese al que dice defender.



A día de hoy, los dirigentes socialistas mandan a sus hijos a escuelas privadas porque los centros públicos son como Mcdonalds en el mundo de la cocina, una puñetera hamburguesa que nadie quiere comer. También la sanidad es un ejemplo de su manifiesta incompetencia. Fíjense en Cataluña, pese a los recortes, hay una enfermera por cada cuatro enfermos y en Andalucía tres enfermeros por planta. Y todavía los voceros de Canal Sur tienen la poquísima vergüenza de afirmar que tenemos una gran sanidad pública. Pero que decir de los investigadores y becarios de la Universidad de Málaga que ya temen que la Junta no vaya a cumplir la orden publicada en el BOJA en enero de 2008 que les concedía el título de doctor, para ampliar un año más su contrato. Parece que ni la rectora, más preocupada en ir a la peluquería, ni la administración regional vayan a mover un dedo por ellos. Y cuando vayan a la puta calle, el nodo andaluz socialista irá al rescate con un reportaje que verse sobre la inexistente investigación andaluza.



En cuanto a las promesas de empleo, la Junta tan sólo emplea a aquellos que tienen el salvavidas que, ya lo saben, no es otra cosa que el carnet del PSOE. Échenle una mirada a Mercedes Rodríguez Piñero, presidenta del Consejo de Relaciones Laborales, la señora que no dudó en contratar a sus sobrinos “a dedo” para que en el aniversario de la entidad organizaran un montaje para una exposición con motivo del XXV aniversario del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales y por el diseño de distintos logotipos. Los dos sobrinitos se metieron en la butxaca más de 200.000 €. En total, el ente autonómico se gastó 950.584 €. Lo más inquietante es que Doña Mercedes pueda contratar a quien le salga del papo sin dar explicaciones a nadie, y todo en período de crisis.



Por eso cuando veo al ex secretario de la ONU como enviado especial en Siria o a los dirigentes socialistas en sus mítines, siento ganas de vomitar. En ambos casos, los tiranos nos reclaman el vino dulce de las uvas ácidas para seguir viviendo sin dar palo al agua, vendiéndonos miseria y demagogia barata. Lo más irritante es que el abúlico pueblo sigue sin despertar aún estando inmerso en la peor de las pesadillas. Si la colonia de los dirigentes de la ONU continua oliendo a sangre de inocentes, la de los socialistas andaluces no ha cambiado en treinta años y se la conoce como; “Oh de Chorizo”. Y me da igual que los papanatas que los apoyan hayan adoptado la técnica de la foca. Esa que les hace aplaudir con las orejas cuando el agua les llega al cuello. ¡Pues a ver si se ahogan de una puñetera vez!



Sergio Calle Llorens

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