lunes, 1 de noviembre de 2021

¡EL REY DEL SEXO|

 


De las últimas revelaciones se desprende lo siguiente: el Rey emérito cuando folla, no falla. Les hablo del secreto de alcoba que han hecho público sus amiguitas. Señoras que han llegado a declarar que el monarca las dejaba siempre satisfechas y que les hacía, como el Molino de Barcelona, pases de mañana, tarde y noche. 

Don Juan Carlos es, ya podemos decirlo, el rey de las camas. Un machote al que le gusta mucho el tema de la coyunda. A resultas de todo esto, he de confesar que me identifico mucho con este personaje. No solamente porque detesto cualquier ejercicio físico que no vaya destinado al orgasmo, sino porque defiendo la posición de tener a las mujeres en todas las posiciones posibles. Soy como el borbón; una fiera en el lecho y nunca he tenido que pagar, a diferencia de los socialistas andaluces, por sexo.

En serio, entiendo muy bien a nuestro monarca que, al tiempo que beneficiaba a España con su reinado, se iba beneficiando a todo lo que se meneaba. ¡Algo complicadísimo! Pensemos que la gente folla mal y poco, pero nuestro Juanito no entra ni el grupo de malafollás, ni en el de los que chingan menos que los teletubbies.

El sexo, el buen sexo, es el arte de llevar a tu pareja al séptimo cielo sin pasar por el infierno. No todo el mundo conoce los entresijos: hay que ser ardiente como las ascuas de la chimenea, imaginativo al nivel de un buen novelista y estar siempre dispuesto a usar la lengua al estilo de los jabalíes que buscan trufas con desesperación en los suelos de nuestros bosques. Al buen amante nada le detiene y cualquier hora es buena para una buena refriega. 

Don Juan Carlos y un servidor hemos llevado a muchas damas a la gloria de la liga de campeones. Pero luego éstas se niegan a volver a disputar sus encuentros en segunda. De ahí que nos hayan llovido los problemas con el sexo femenino a lo largo de nuestras vidas.  Les hablo de venganzas personales.  Creo que es justo reconocer que ha habido mucho desagradecimiento a los servicios que ambos hombres hemos prestado al sexo femenino. Ya va siendo hora que ellas enmienden el inmenso error cometido. 

Me hace mucha gracia que el mundo del periodismo, o como se llame ahora, se rasgue las vestiduras por las hazañas sexuales del emérito.  No hay tertuliano que no saque el tema para cerrar con un: “había otra amante por ahí, pero hasta ahí puedo leer”. Cuando todos sabemos que, de conocer la identidad de la susodicha, el dicharachero reportero iba a soltar su nombre en todas las televisiones del mundo. ¿Ven cómo algunos sólo usan la lengua para decir chorradas? En fin, al César lo que es del César: Don Juan Carlos es el rey del sexo y yo, que entiendo del tema, quería hacerle este homenaje.

¡Va por usted, maestro!

Sergio Calle Llorens

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