lunes, 21 de septiembre de 2015

NO SON ESPAÑOLES

Oleguer Fressas fue un jugador del F.C Barcelona que finalizó su carrera en el Ajax de Ámsterdam. Tenía, y la sigue teniendo, pinta de radical vasco y, de hecho, llegó a defender a Iñaki de Juana Chaos en una carta. Aquello le costó que  Kelme le retirara el patrocinio. De azulgrana ganó dos ligas a pesar de que era un paquete sideral. La única justificación que encontraban a su presencia en el rectángulo de juego era su credo nacionalista. Nada más y nada menos. En el país de los tulipanes llegó a jugar  de medio estorbo tan solo porque sus compañeros no dejaban de lesionarse. Allí los aficionados locales, a nadie puede sorprenderle, también le apodaron el paquete. Y si en el campo sus cantadas eran espectaculares, lejos de él  cantaba la Internacional y Els Segadors. Con ese currículum no es extraño que terminara votando a la CUP.  Hoy afirma que le daba vergüenza ponerse la zamarra nacional porque “España oprime a los pueblos”.  Entre nosotros, ahora que no me lee nadie; no lo llamaron a jugar con el equipo nacional  más que una vez porque, perdonen la reiteración, era un paquete.

Fernando Trueba tampoco se siente español. Es más, cuando recogía el Premio Nacional de Cinematografía recalcó que jamás, ni cinco minutos siquiera, ha podido identificarse con esa condición nacional. No seré yo quien le afee el gesto al galardonado porque con esa mirada es muy posible que no vea las cosas muy claras. Además tiene un ojo ciertamente independentista.  Así que sus dudas entre Diderot y Cervantes pudieran estar más que  justificadas. Lo único censurable es que haya repudiado su nacionalidad el mismo día en el que España le concede la distinción.
Gerry Adams no es español por lo que no puede renunciar a esta patria.  Sin embargo, nada le impide apoyar la imposible independencia de Cataluña como antes hacía con la causa de los asesinos de ETA .  Lo que no sé es si su  soporte a los nacionalistas catalanes lo hace en su condición de antiguo lugarteniente del Ejército Republicano Irlandés- IRA- en sus buenos años de Ballymurphy, como representante del gobierno de Irlanda del Norte o, tal vez, como tío de su sobrina a la que no hizo ni puñetero caso cuando ésta le contó que su propio padre, es decir su hermano, abusaba sexualmente de ella en casa.

Como soy un hombre de muchas dudas pero de muy escasas certezas, los tres personajes citados me sirven como recordatorio de que estoy, al menos, en el lado correcto de la lucha política. Que Oleguer afirme que España es una opresora de pueblos cuando los catalanes disfrutan del mayor autogobierno del mundo, solo superado por  Quebec,  o cuando, por ejemplo, los españoles pagamos de nuestros impuestos los programas de RTVE en catalán, me  hace convencerme de mi superioridad intelectual. Que Trueba nos vaya con el cuento del internacionalismo y de la erradicación de las fronteras  mientras con una mano reniega de su identidad y, con la otra recibe subvenciones de los que sí tenemos esa identidad, no deja de ser ilustrativo de cuan soplapollas puede ser un director de cine. Que la guerra de Gerry Adams no haya servido ni para que su provincia irlandesa tenga la mitad de competencias que la Región de Murcia, solo puede provocar vergüenza ajena. En cualquier caso, a nadie se le puede obligar a sentir y a pensar como uno. Especialmente cuando ellos, los tres prendas, no son españoles sino naturales del país de los bobos.


Sergio Calle Llorens

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