viernes, 17 de octubre de 2014

EL CASO PIQUÉ

 Guardiola, que en catalán significa hucha, convenció al F. C. Barcelona en meter monedas en la bolsa de un detective para que siguiera a Gerard Piqué. No se fiaba de su vida disoluta. En una rueda de prensa celebrada en Inglaterra, contestó sobre su jugador de una forma magistral: “He is not right in the head”. Y, si nos atenemos a las últimas salidas de tono del futbolista, el defensa no está centrado del todo. Sin embargo, no podemos criticarle sólo porque no coincidamos con su ideario político.

 Seamos claros; Piqué se ha partido la cara por la selección española. No es una opinión. Es un hecho. Y cuando digo que se la dejado partir, me refiero literalmente. Ni sus compañeros, ni siquiera sus entrenadores, se han quejado nunca de su actitud a la hora de defender los colores de España aunque, es evidente, no los siente. Otra cosa bien distinta, por supuesto, es que siendo jugador de  España, tome partidos por posiciones políticas que nada tienen que ver con la elástica que defiende. Obviamente Piqué juega con trampas cuando dice que él no está por la independencia, sino por la consulta. Algo que a estas alturas no se cree nadie con dos dedos de frente. Además, el resto de españoles tienen el mismo derecho, o más, a ser consultados por un asunto que afectaría sus vidas, y no digamos sus bolsillos, de por vida. Lejos de esta trampa ideológica, Del Bosque no tiene ningún problema en alinear a jugadores que no se sientan españoles. Pasaba en su época y seguirá pasando. Entiendo que no es lo ideal pero, es lo que hay.

Ahora entremos en el asunto del incidente de tráfico, y de lleno; vamos a ver, todo el mundo critica la actitud de Piqué, tan española por otra parte, de usted no sabe quien soy yo. Sin embargo, no he escuchado a nadie afearle a la patética Guardia Urbana de Barcelona que no detuviera al personaje. Esos agentes callaron y agacharon la cabeza al escuchar los improperios del jugador azulgrana. Estoy convencido de que de haber sido un ciudadano normal, y no digamos un inmigrante, la hubieran acometido a golpes con el desgraciado. Empero, como siempre digo, lo relevante no es hallar las respuestas correctas, sino hacernos las preguntas correctas. Y la que yo me hago es; ¿Por qué el personal se solivianta cuando Piqué o Aguirre tienen un encontronazo con la policía? La respuesta es simple, porque la mayoría detesta al equipo rival o  a la  representante máxima de la ideología contraria.

Ayer mismamente Antena 3 y otros medios nacionales se centraron en el altercado de Gerard. Ellos que, curiosamente, trataron diferente el tema cuando Cristiano Ronaldo tuvo un incidente similar. En aquella ocasión, llegó a golpear la linterna de un policía tras saltarse un control y ni siquiera llevaba los papeles del coche. Es obvio que la salida de tono del marido de Shakira vino muy bien para no hablar de los diez años de Messi como blaugrana; el único jugador que ha sido capaz de marcar 50 goles en una liga, 73 en una única temporada, 91 en un año y tener 4 balones de oro. Y todo coronado con 3 Champions y 6 ligas de por medio. Por su parte, Doña Esperanza batió a sus enemigos de una forma contundente elección tras elección con una solvencia tal que es imposible que la perdonen nunca.

Con todo lo expuesto quiero resaltar que no es la acción lo que molesta sino el grupo al que, desgraciadamente, la mayoría identifica con el otro lado de la trinchera. Alguien al que hay que eliminar por todos los medios posibles. Seamos claros; la corrupción, los ERE, Bankia, Banca Catalana o faltarle el respeto a la autoridad son punibles sin importar la camiseta o afiliación política. Si usted, querido lector, es capaz de entender eso y actuar en consecuencia. El aire de España será mucho más respirable.


Sergio Calle Llorens

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