sábado, 27 de septiembre de 2014

SER CONSECUENTES


Me gusta la gente que piensa de una manera y actúa en consecuencia. Criaturas que, a pesar de sus contradicciones humanas, son capaces de aplicar su particular código ético y de conducta. Sin embargo, en España ese tipo de persona se da con cuentagotas. Ahí tienen a Susana Díaz pasando de inaugurar el año académico en la Universidad de Granada alegando que estaba indispuesta, para aparecer esa misma tarde en compañía de la nueva presidenta del Santander. Pensaba en ello a la hora del crepúsculo que es como un desmayo de luz que se tuerce imperceptiblemente. Recordé los titulares de la prensa amiga en los que aparecía como la campeona contra la corrupción. Sin embargo, ahora conocemos que le ha quitado funcionarios a la Juez Alaya mostrando su asqueroso y verdadero rostro ajado.

Pujol reconoció que había estado mintiendo a los catalanes durante las mismas décadas que llevan los de la secta del capullo robando en Andalucía. A pesar de ello, tuvo arrestos para gritar a los que exponían sus vergüenzas en el parlamento catalán. En otras latitudes el confeso corrupto habría aparecido entre grilletes y, obviamente, no en coche oficial escoltado con honores por la policía autonómica. Don Jordi, con esa poquísima vergüenza que le caracteriza, llegó a abroncar al personal disidente de sus explicaciones delirantes. Creo que en España nos hemos acostumbrado al esperpento. Lo indecente se convirtió en norma. Ahí tienen el ejemplo del País Vasco donde los terroristas iban a cara descubierta y eran los policías los que se ocultaban tras los pasamontañas.

Si los socialistas andaluces se caracterizan por la mala calidad de sus obras y el despilfarro del tiempo, los nacionalistas catalanes desconocen que lejos de sus límites mentales son vistos como los máximos representantes de una simplicidad inenarrable. La gallina catalana, además de cobarde, ni vuela ni sirve para alimentar tantas bocas. Ayer sólo faltó ver a Pujol diciendo aquello de “capisci”.

El PP también  es el rey de la contradicción; prometió bajar los impuestos y miren lo que pasó luego. Prometió una nueva ley del aborto para parir otro engaño. Sus huestes dieron la matraca con lo de Bolinaga y éste sigue tomando vinos en su pueblo.

Afirmar una cosa y hacer justamente lo contrario. Y ocurre porque hemos permitido la mayor idiocia que conocido el globo terráqueo; Una España de taifas dominado por caciques del siglo XXI. Esa es la realidad tan patética que tenemos y el personal, como no podía ser de otra manera, se lanza en los brazos del cretinismo bolivariano.

Podemos- talar árboles imagino- es al menos consecuente con la estupidez de su líder. Nos habla de derechos humanos pero sonríe con los crímenes de Maduro. Odia a España y, en consecuencia,  apoya que el presidente Morales ejecute a los caballos por haber sido llevados a América por los conquistadores. Estoy convencido de que si llega al poder, el estado español no tardará ni cinco segundos en desintegrarse. Y a eso le llamo yo ser consecuente con lo que se piensa. Y si usted está en contra de las dictaduras de todo signo, sea consecuente y luche hasta la última gota de su sangre contra el líder bolivariano español.


Sergio Calle Llorens

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