viernes, 12 de septiembre de 2025

¡DIOS, LA VIRGEN Y LA CUCHICUCHI DEL PRESIDENTE!


 

Según el CIS, Pedro Sánchez es Dios y Begoña Gómez, la Virgen María. Según este mismo organismo demoscópico, la cuchicuhi del presidente —hoy imputada por varios delitos graves— no tiene mini sino maxi, y ese es el mejor título universitario del mundo. No vaya a ser que alguien cuestione el currículo celestial.

Para una gran mayoría de personas, lo de Gaza es un genocidio, pero la masacre de cristianos en el Congo o en Nigeria se considera actividad cinegética deportiva. Asesinados por los mismos que luego buscan refugio en Occidente. Y es que, según algunas estadísticas que nadie se atreve a contradecir, aproximadamente el 85 % de los refugiados del mundo son musulmanes. Pero curiosamente, los islámicos no piden asilo en los 56 países musulmanes: solo quieren venir a los no musulmanes. Seguro que hay una explicación feminista, progre y para quedar bien con los amigos del café, aunque yo no la encuentro. Ellos tampoco, porque están ocupados reventando la Vuelta Ciclista a España por la participación de un equipo israelí. Tal vez encuentren, como Hitler, una “solución final” al “problema judío”.

Luego tenemos a Amenábar, ese director español que parece empeñado en demostrar que cada película que hace es infinitamente peor que la anterior. Y así sucesivamente, se hace la picha un lío y debe haber leído que Miguel de Cervantes tenía buena pluma… y decidió que eso significaba que el de Alcalá de Henares era homosexual. Evidentemente, no hay prueba alguna de que el creador de Don Quijote fuese gay, pero puede que, en una mañana madrileña, Don Alejandro desayunara con el rico olio y concluyera que al manco de Lepanto no solo le faltó una mano, sino también aceite porque lo iba perdiendo por ahí. Eso es como si yo dijera que Cervantes era seguidor del Málaga y amante de los espetos de sardinas. Total… ¿quién necesita pruebas cuando se tiene imaginación?

Vivimos tiempos difíciles en los que los tontos se empeñan en demostrar que con el tiempo se perfeccionan. Es imposible huir de ellos: en la tele, en la universidad, en las canciones woke, hasta en las series. Nos rodean. Nos acosan. Están por todas partes y son incansables al desaliento. El día menos pensado vendrán a contarnos que invertir 3.000 millones para el cine español y ni un euro para un hidroavión contra los incendios es lo más progresista del mundo.

¡Qué ganas tengo de tomar la espada de nuevo y cortar la estupidez de raíz!

Sergio Calle Llorens

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