domingo, 17 de agosto de 2025

¡DEL GAGÁ AL ANALFABETO FUNCIONAL!

 



En un mundo que busca respuestas, lo más pertinente, pienso yo, es hacernos las preguntas pertinentes. He aquí algunas de ellas: ¿imagina alguien a Winston Churchill poniéndole una alfombra roja a Adolf Hitler mientras le aplaude tras la invasión de Polonia? ¿Visualiza alguien una invitación a Pedro Sánchez a un congreso de mentes brillantes? ¿Por qué nadie quiere a los palestinos en el mundo árabe? ¿Acabará algún día la corrupción en España?

Es evidente que Trump es la prueba de la decadencia de los Estados Unidos de América. De un presidente gagá como Biden, los norteamericanos han pasado a un analfabeto funcional que negocia al estilo de la mafia de Chicago. Con una metralleta en la mano siempre es más fácil. Es la ley del primo de Zumosol que no se atreve con otro que puede usar un arma igual de larga. Make America great again, decían los lerdos. Pues va a ser que no. La traición definitiva de Donald a Europa —que no para de traicionar sus principios cada día— es el último clavo en el ataúd continental de la defensa común.

Es diáfano que no hay nadie en el mundo que confíe en el presidente español. De hecho, un 95 por ciento de los españoles no le compraría al del PSOE un coche de segunda mano. Y con ese dato está dicho todo. Dejemos al tío Abundio con sus locuras de verano.

Es indudable que los palestinos son un pueblo que ha causado estragos en cualquier lugar al que llegan. De ahí que ni Egipto ni Jordania ni nadie con dos dedos de frente quiera abrirles sus fronteras.

Es incuestionable que, mientras el personal conciba la política española como un partido de fútbol, la corrupción va a seguir señoreando nuestras vidas. Al final no se trata de lo que se haga, sino de quién lo haga. Nunca ven penalti claro en contra de su equipo —perdón, de su partido político— y el amado líder es un ser de luz intachable. El fanático será siempre un fanático.

A resultas de todo esto, se puede decir que no es la verdad lo que viaja por el mundo, sino la opinión. Y como la mayoría no lee, yo escribo para remover conciencias, usted se ofende y el mundo sigue adelante, pero no avanza.

Sergio Calle Llorens

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