sábado, 19 de julio de 2025

¡CÓMPRELO!

 


Recomiendo este libro porque ya está bien de tanto tragacionismo

¿Quién demonios se cree este tal Sergio Calle Llorens para escribir un libro sobre la Justicia y sus desvaríos? Pues alguien que la ha mirado a los ojos, se ha reído en su cara y luego le ha dedicado 200 páginas llenas de carcajadas, furia y verdades como panes duros (que, por cierto, ya verán ustedes que también sirven como arma homicida en algunas sentencias reales).

¿Togados con alas o tocados del ala? no es un libro. Es una descarga eléctrica al sistema nervioso del lector. Es lo que pasa cuando a un notario de ultratumba se le junta la mala leche con el archivo de sentencias judiciales más ridículas del planeta Tierra y le da por escribir con la misma intensidad con la que otros se emborrachan o rezan.

Aquí no hay compasión, ni corrección política, ni perdón para los cursis.
Aquí hay una cruzada. Pero no de esas medievales, no.
Una cruzada contra los que confunden el Derecho con una novela de Paulo Coelho.

El autor, Sergio Calle Llorens, no tiene toga, pero tiene lo que muchos jueces han perdido: criterio. Y sentido del humor. Que ya es mucho. Que ya es decir.

Si alguna vez ha escuchado una sentencia y ha pensado: “Esto no puede ser cierto”,
prepárese, porque aquí lo es. Y mucho peor.

Porque en este libro se habla de:

  • Difuntos que resucitan por hambre.
  • Juicios por lanzar un mendrugo volador.
  • Confusiones legales más absurdas que una asamblea de la ESO.
  • Y hasta de gallegas mágicas y chinas moscas con vello creativo.

Todo ello comentado con una prosa afilada como el bastón de Clint Eastwood en el desierto:
seca, sarcástica y con más puntería que muchos tribunales.

¿Lo mejor?
Que se vende por un euro.
Sí, un euro.
Lo que cuesta un café en un sitio donde te escupen si pides sacarina.

Y lo compra directamente a él, sin intermediarios.
Bizum al autor y libro en mano. No hay nada más justo que eso.

Así que ya sabe:
si está harto de que le vendan cuentos,
si no soporta otro panfleto moralizante,
si quiere reírse mientras se le cae la fe en las instituciones,
cómprese este libro.

Y si es usted juez, también.
Sobre todo si es juez.

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