martes, 27 de mayo de 2025

¡NOT BEFORE SUNDOWN!

 



¿Y si las criaturas del bosque no se extinguieron… sino que aprendieron a esconderse en nuestras obsesiones más íntimas?

En el año 2000, Finlandia otorgó su máximo galardón literario, el Premio Finlandia, a una novela que rompió con todo: Not Before Sundown, de Johanna Sinisalo. Lo que parecía una obra menor sobre folklore y trols acabó revelándose como una bomba cultural. Porque esta historia no trata realmente sobre criaturas mágicas. Trata sobre el deseo como bestia salvaje. Sobre la otredad como espejo. Sobre el monstruo que se parece más a ti de lo que quisieras.

El protagonista —cuyo nombre nunca sabremos del todo— es un fotógrafo homosexual de éxito que, una noche cualquiera, encuentra un trol real: pequeño, herido, adorable. Lo lleva a su apartamento en Tampere, lo alimenta, lo cuida… y empieza a obsesionarse.

Pero el trol no es un animal. Es algo más antiguo, más astuto, más inquietante. Se comunica sin hablar, y afecta su entorno como un campo magnético. El protagonista empieza a tener sueños raros. Y su atracción por la criatura se torna íntima, incluso sexual.

Aquí, el horror no tiene colmillos ni sombras que saltan desde los armarios. Tiene formas más sutiles: el deseo que se vuelve posesión, la ternura que se vuelve hambre. El trol es el catalizador de todo lo que el protagonista ha querido reprimir: su necesidad de control, su trauma infantil, su aislamiento emocional.

La estructura de la novela es brillante: capítulos cortos, intercalados con fragmentos de noticias falsas, leyendas finlandesas, ensayos ficticios, citas científicas. Todo parece decirte: “Esto es real. Esto es posible. Esto fue olvidado.”

Y en esa mezcla entre modernidad urbana y mitología antigua, el lector empieza a sentir que quizás, sólo quizás, los trols existen… y siempre han estado aquí.

Uno de los aspectos más perturbadores del libro es la transformación psicológica del protagonista. Lo que comienza como una historia de rescate animal se convierte en una fábula oscura sobre la cosificación del otro, la belleza como peligro, y la disolución de la humanidad en la fascinación.

Hay escenas que hielan la sangre no por lo explícito, sino por lo simbólico. Una especialmente: el momento en que el protagonista, acariciando al trol mientras duerme, nota que su propia voz interior empieza a hablar en un idioma que no es el suyo.

Es como si el trol no sólo viviera con él… sino dentro de él.

Not Before Sundown no es un libro de miedo en el sentido tradicional. Es una novela perturbadora, elegante y venenosa, que te persigue lentamente. No hay héroes ni villanos. Sólo la pregunta eterna:
“¿Qué parte de mí he estado negando tanto tiempo… que al fin se ha encarnado en algo que no puedo controlar?”

Sergio Calle Llorens


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