domingo, 9 de noviembre de 2014

CHICHO

Hoy me ha venido a la memoria Llamazares cuando le decía a Ibarretxe que el plan para convertir al País Vasco en un estado asociado debía volver al útero vaso. Imagino que recordarle es consecuencia de que vivimos un bodevil falso y pueblerino en Cataluña con miles de figurantes, y gratis, para salvar la cara al presidente de esa región española. Un nuevo fraude a todos aquellos independentistas que viven de las mentiras de sus padres.

También he tenido momentos en los que la imagen de ZP, con su concepto de nación discutido y discutible, me ha aparecido como en una pesadilla. Un mal sueño en el que le acompañaba Aznar y sus cesiones a los nacionalistas. Por supuesto, la encuesta, en la que también participan Elvis Presley y Bob Esponja, no tiene validez jurídica alguna pero, por supuesto, deja la impresión viva de que los secesionistas pueden hacer lo que les salga de los collons en cualquier momento.

Estoy convencido de que Rajoy es, junto a Fernando VII y Zapatero, lo peor que le ha pasado a España en su historia. Un tipo que es como el perro del hortelano, que ni gobierna ni deja gobernar. Un registrador de la propiedad tan gris y nefasto convencido de haber parado el órdago independentista. Empero, lo relevante es que estos tipejos se han vuelto a pasar la legalidad por la entrepierna. Mariano demuestra que no es un estadista sino un estafador apoyado en las delirantes tesis de Pedro Arriola. Un sevillano que impidió que los sureños nos librásemos de la pesadilla socialista y su latrocinio que dura ya más de tres décadas. Y mientras el presidente español fuma habanos y espera, su gobierno parece sacado de la peor saca de estudiantes de Erasmus. Y mira que la cosa era bien fácil de parar. Lo grave es que para cuando nos tengamos que enfrentar al problema de verdad, Rajoy ya no será el presidente del gobierno, y no podremos pedirle cuentas.

Hasta entonces, a mí lo de la la encuesta catalana me produce cierta guasa. Es todo tan falso, tan delirante y patético que puedo afirmar que hoy Cataluña no es Letonia pero ha conseguido ser la Paletonia del futuro. Sí, la jornada me recuerda a Llamazares hablando del útero vasco. En esta ocasión, todos los resultados tendrán la misma vida que un feto fallecido. Y entonces, pienso en aquel padre que azuzado por su esposa se presentó en el cementerio para pedir que a su no nato le enterraran con su lápida correspondiente. Al no haber nacido, dejó al sepulturero la potestad de elegir el nombre de la criatura. Cuando volvieron, en la lápida había la siguiente inscripción: " Chicho, del chocho al nicho". Y ese es el recorrido  de la encuesta catalana.

Sergio Calle Llorens

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