Unicaja Málaga ha sufrido uno de los mayores atracos que se
recuerdan en la historia del deporte mundial. Y, como no podía ser de otra manera,
ha sido en la Capital
del Reino; Madrid donde un equipo suele jugar con un reglamento aparte,
además de con miles de millones regalados por bancos rescatados con dinero público.
En esta ocasión, ha sido en la liga ACB de Baloncesto cuyos dirigentes están
empeñados en organizar finales de equipos futboleros.
En el primer partido los colegiados pasaron por alto que
Rudy Fernández pisó la línea de fondo a escasos segundos del final. De haber
tomado la decisión correcta, los malagueños hubieran tenido la última posesión
para ganar. En el segundo encuentro, los árbitros fueron incapaces de ver la
dureza defensiva del Real Madrid lo que igualó un choque siempre dominado por
los Celtics de Málaga. Posteriormente hubo una jugada que marcó el partido;
Llul falló una penetración y en la pelea por el rebote, Granger hizo todo lo
humanamente posible para coger el rebote que finalmente fue atrapado por Bourousis.
Sin embargo, se le concedieron 24 segundos al Madrid pese a que en la estadística
oficial, el balón lo había controlado el griego. La mesa, por su parte, cometió
otro fallo al marcar 24 segundos, pero después pasar a 14 y en este salto hubo
varios segundos que no corrieron en el marcador. Estamos ante una nueva versión
del “hasta que gane el Madrid”. Luego vino el triple de Rudy Fernández y sus
insultos en catalán al banquillo malagueño. Su actitud es una técnica de manual
que Martín Bertrán, Peruga y Pérez Pizarro pasaron por alto. Incluso hubo que
aguantar como el primero departiera amigablemente con el insultador tras la
trifulca.
El contubernio nacional-madridista sigue funcionando y el mallorquín,
por su parte, continúa ganándose enemigos por todo el continente europeo. Son
tantos los cadáveres que va dejando por el camino que, le auguro un fin de
carrera muy duro donde los rivales y las aficiones contrarias van a tomarse
cumplida venganza por ser el jugador más desagradable de la historia del baloncesto
patrio. Cuestión de tiempo.
Las protestas que va a elevar el Unicaja Málaga a la ACB no van a servir más que como
pataleo. Mejor sería recusar de por vida a los trencillas de Florentino. Unas quejas que comenzaban de mañana en la provincia cuando la gente
se pasaba vía digital- en papel es imposible porque nadie lo compra- una
columna de opinión de José María Loma insultando al club de fútbol de la Capital de La Costa del Sol que tanto
odia. Algo habitual en él, casi tanto como su poca habilidad para escribir algo
que merezca la pena. Lo mejor que puede decirse de su fobia es que sus obras merecen estar en el museo del hospital psiquiátrico de Cienpozuelos.
El martes habrá tercer partido para que los blancos rematen
la faena con todas las ayuditas que podrán a su disposición los de la
ACB. El encuentro será trabado, polémico y
lleno de golpes bajos. No es hora de ganar, sino el momento de hacerles pasar
un mal rato en la pista a esos tramposos. Y para empezar, no hallo otra manera mejor
que llenar el templo malagueño del baloncesto con banderas del Maccabi. Y a
esperar que en una fecha no muy lejana a todos los cerdos les llegue su San Martín.
Coda: Para la posteridad del periodismo con minúscula quedan los comentaristas de Canal Sur que no se enteraron absolutamente de nada.
Coda: Para la posteridad del periodismo con minúscula quedan los comentaristas de Canal Sur que no se enteraron absolutamente de nada.
Sergio Calle Llorens
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