jueves, 22 de mayo de 2014

ZOÍDO Y EL DESCUBRIMIENTO

Las declaraciones del Alcalde de Sevilla en las que afirmaba que las naves del descubrimiento habían partido de su puerto, y no de Palos, ha levantado una ola de indignación en la provincia de Huelva. No sólo le dan un cero en historia al señor Zoido sino que lo más bonito que le dicen es que es un patán sin remedio. En mi opinión, las palabras del regidor de esa urbe se engloban en esa tendencia que tienen algunos de considerarse descendientes directos de Jesucristo y María Magdalena.

Si ya es sorprendente ver como se apropian del salmorejo de Córdoba o ver a un camarero sevillano gritando aquello de; “Pescaíto de Sevilla”, que el máximo dirigente de la capital de Andalucía se pase la historia por la entrepierna, no debe llamar a grandes sobresaltos. Cada uno es como es y no merece demasiados comentarios. Si los nacionalistas catalanes son capaces de afirmar que el Quijote lo escribió uno de los suyos, o que Hernán Cortés o Pizarro son de esas tierras, los sevillanos están convencidos de que son el centro del mundo. Desconocen, los unos y los otros, que hacen un ridículo espantoso cada vez que abren la boca.

En el caso de Sevilla llueve sobre mojado. No creo que haya capital regional que levante tanto rechazo entre las diferentes poblaciones que engloban esa autonomía. Nadie puede imaginar a uno de Tarragona rechazando a Barcelona o un vasco en plan levantisco por la capitalidad de Vitoria. Sin embargo, en la taifa del sur nadie acepta de buen grado las imposiciones y ventajismo de la capital andaluza. Y ya que gozan de prebendas y prerrogativas, lo mínimo que se les puede pedir es algo de silencio que, como dicen los irlandeses, es algo dulce de escuchar.

Es irrelevante que Zoido haya pedido perdón porque lo trascendente, lo verdaderamente importante, es que una gran parte de los andaluces sigue sin confiar en Sevilla. Incluso podríamos asegurar que esa provincia se ve más como un problema, que como una solución a sus problemas cotidianos. Cambiar el centralismo de Madrid por el de los amigos de la Duquesa de Alba no nos ha servido para gran cosa o, al menos, esa es la percepción general que tenemos algunos.

Zoido y sus paisanos deben de entender que lejos de las fronteras de Nervión, la gran mayoría de ciudadanos sabe que el ciudadano que entra en una librería y pide un mapamundi de Sevilla, es un tipo que sólo cae simpático en la patética programación de canal sur. Creo que ya va siendo hora de que lo entiendan. Y Zoido más que nadie. 


Sergio Calle Llorens

2 comentarios:

  1. Esta es la cultura de nuestros dirigentes, sean del color que sean. Con semejantes palurdos tenemos un futuro de lo más negro.

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    1. Desgraciadamente tiene toda la razón; los de la derecha y los de izquierda son un despropósito absoluto. Saludos

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