lunes, 30 de diciembre de 2013

¿MAMÁ A TI TAMBIÉN TE PICABA?

Desconozco lo que piensa la gente ordinaria, pero me pregunto si esa misma masa lee o escucha los discursos de los presidentes de las 17 taifas. Por un lado, Artur Mas tensando la cuerda y, por otro, Susana Díaz intentando convencer al personal sobre su apuesta contra la corrupción cuando sigue otorgando subvenciones a los corruptos sindicatos. Yo diría que la sevillana va a tardar en erradicar la corrupción el mismo tiempo, o así, de lo que tardó en terminar la carrera universitaria. Y el presidente catalán volverá a la carga con su derecho a decidir. Todo quedará en nada. Simplemente humo y nada más.

Los discursos apenas sirven para alinear a un público entregado a su cristalización ideológica. Los diarios, especialmente los digitales, lo saben y lo explotan a conciencia. Un titular polémico y ahí tienes a cientos de personas dispuestas a saltar a la menor contrariedad. De todo hay, pero abundan los amargados que intentan contagiarnos su perenne mala leche, sus frustraciones personales. Abren el metro de Málaga en una jornada de puertas abiertas, y la legión de reventadores comienza su particular baile de improperios y malos deseos. Incluso, aunque muchos no lo sepan, hay algunos comentarios que pertenecen al propio periódico para calentar al personal. Derecha e izquierda, Barcelona, Real Madrid, fascistas y antifascistas, abortistas y antiabortistas. Todo responde a una campaña viral para que la noticia llegue a todos y la publicidad sea más fácil de vender. No se trata de informar, sino de provocar.

En realidad, los comentarios en los periódicos sirven para que la peña se crea importante. Es el efecto cocaína, porque todos pueden sentirse mucho más graciosos y poderosos de lo que realmente son.  Así que 17 discursos de presidentes regionales, unidos a los del monarca y el presidente dan para muchos. Si será por discursos. Ya hasta el alcalde del ayuntamiento más cateto de España dirige un mensaje navideño o de fin de año al personal. Me pregunto cuál es la audiencia, pues a mí siempre me pillan comiendo o leyendo algún libro.

Cada discurso institucional, como en la publicidad, tiene como objetivo que se hable de él, ya sea para bien o para mal. Es como el comercial de;”mamá “¿a ti con mi edad te picaba ahí? Ya sabes. Hija, a tu edad y a la mía” responde la señora con mucha comprensión. Sí, ya sé que el anuncio es tan ridículo como los discursos de Fabra o de Díaz, pero consiguen atención mediática. Sólo he de añadir que a mi también me pica todo el cuerpo cuando leo alguna línea del discurso de cualquier político. Me pasaba antes, me pasa ahora, y me pasará siempre. Cuestión de haberme pasado toda una vida leyendo de todo, y de todos. Mi única aspiración es construirme un lugar en el que nadie pueda venirme a adoctrinarme sobre nada. Un bueno fuego, una copa de vino, un libro y la visión de su cuerpo desnudo junto a mío. Y al que le pique, que se rasque.

Coda: "No me creo mundos, ni causas que quemar, nada que me ate, para siempre en libertad. Siempre libre".

Sergio Calle Llorens

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