Los socialistas andaluces se encierran en el ayuntamiento de
Cortés de la Frontera
pidiendo que el alcalde andalucista se baje el sueldo. Digo yo, que podrían
haberse encerrado exigiendo que sus camaradas de la secta devolvieran la pasta
que le han robado a los parados. Incluso, aprovechando que el mediterráneo baña
a Málaga, haberse encerrado en la cárcel de Alhaurín junto a María Gámez y, de
paso, tirar la llavecita para siempre. Eso habría ocurrido de existir vida
inteligente en el planeta de la rosa y el capullo. En cualquier caso,
demuestran con su encierro que están para que les encierren.
Para más INRI, la hija del farero con menos luces de un
barco pirata estuvo tentada de unirse al encierro de sus compañeros pero, ¡hay
que ver!, pensó que éste tenía lugar en Pamplona y a estas horas vuelve de
Navarra con su cola de diablesa entre las piernas. Lleva la cara roja por la
vergüenza de saber que no pudo unirse a su secta. Al mismo tiempo, una chica
con síndrome de down se convierte en la primera concejal de España tras la
renuncia de uno de sus compañeros. Algunos socialistas han puesto el grito en
el cielo, pero en mi modesta opinión la inteligencia de esa chica es muy
superior a la de cualquier parlamentario andaluz y, por supuesto, su honradez
es mucho más consistente.
La prueba fehaciente de que los burros de Mijas tienen más
talento que en el PSOE andaluz, la tenemos en la petición de los amigos de
Griñán para que el caso de los ERE pase al supremo. Una forma muy estúpida de
decirnos que dan por imputado al todavía presidente andaluz y que, si no pasan
el caso a sus coleguitas del tribunal en cuestión, el hijo del escolta de
Franco termine bajo sombra. Mi única duda es saber si un equipo de Canal Sur
retransmitiría en directo el ingreso en prisión.
Sergio Calle Llorens
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