lunes, 3 de septiembre de 2012

¡NUEVA GUERRA CIVIL!


Sí, lo reconozco, mis ideas no valen ni un pimiento y mis experiencias no le interesan a casi nadie. Sin embargo, hay algo que sí deberían tenerme en cuenta; soy liberal, y como tal, entiendo a una persona que piensa que los otros pueden llevar razón, y ser yo el equivocado. Eso sí, soy crítico con la realidad política y social de Andalucía, votante de UPD y creyente en la alternancia política. Por eso, aborrezco por igual al PP valenciano que al PSOE andaluz. Dicho lo cual, quiero añadir que me envuelve un desasosiego cuando leo los  mensajes guerra civilistas lanzados por nuestros compatriotas en las redes sociales. He aquí uno que, para más INRI, lo ha escrito un familiar del que aquí suscribe: “Siento vergüenza y asco hacia la clase política de mi país, es una verdadera lastima. Gobernantes conservadores de mierda, a ver si estalla esto pronto porque la están cagando bien”.

Como ven, es una misiva de alguien que tiene una guerra civil en la cabeza, aunque jamás la haya experimentado en carne propia. Acusa al gobierno de todos los males de España, como si el partido socialista no tuviese ninguna responsabilidad en el actual estado de cosas. De cualquier forma, no es lo más grave, porque lo suyo puede ser un problema de percepción. Lo verdaderamente grave es su deseo de que pronto estalle todo y que, de paso, se lleven por delante a “los conservadores de mierda”. Esos a los que la responsable del mensaje quisiera ver a dos palmos bajo tierra,. Por eso enciende, con sus palabras, una nueva mecha que inicie el desastre nacional. La gente que piensa así y vomita odio en las redes sociales, prepara un otoño caliente con manifestaciones, intentos de asalto al congreso y provocaciones a la policía. Y si, Dios no lo quiera, algo grave ocurre, la culpa será del gobierno facha de Mariano Rajoy. Ese hombre que nos mintió con el tema de los impuestos, y ahí sigue, impertérrito ante el engaño. Yo, a ese otoño cliente, respondería con un desnudo integral de las chicas del tiempo. A la campaña la llamaría un frente cálido. Y es que no se me ocurre mejor forma que detener la violencia que nos prepara la izquierda en la arribada de la otoñada. Esa que cree que es la única que tiene derecho a gobernar. Si la miran de cerca, verán que se parece mucho a esos de la ultraderecha española y tramontana que pedían la dimisión de Zapatero a las dos semanas de haber ganado sus primeras elecciones.

Sería buen momento, creo yo, de advertir de los riesgos a ese sector de la ideología bermeja que pretende reconquistar el poder en la calle, como hicieron sus abuelos en los años anteriores a la guerra civil. También habría que recomendarles las memorias de Azaña, en las que afirma que parte de la izquierda quería una guerra civil como la única forma de aplastar al enemigo. Luego vino la guerra incivil entre hermanos y miles de muertos.¿Que lo tengan en mente!

Me gustaría hoy hacer un llamamiento a la calma, aunque la España de hoy no es la del 1936, pero lo único que me apetece es hablarles de un buen socialista y un gran español que murió en 1945 en el exilio. Se trata de Manuel Albar que se hizo grabar el siguiente epitafio sobre su tumba mejicana ; “El nombre de España nos impone a todos un parentesco físico y moral que está por encima de los antagonismos, odios y discrepancias”. Pero si al final palabras como éstas no son escuchadas y se salen con la suya, espero que mi familiar y sus amigos tengan a bien decirme, con tiempo, a que hora me darán el paseíllo. Más que nada para mandar a mis hijos al extranjero y ahorrarles el espectáculo.

Sergio Calle Llorens



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