lunes, 20 de febrero de 2012

EL POLÍTICO ANDALUZ


Podemos concluir, sin temor a equivocarnos, que el político andaluz es inculto y patán. Es la crema de la sociedad, una crema tremendamente indigesta y dañina. Son una casta de zorros y unos tunantes empedernidos. Sólo retroceden ante la presencia de un libro, y utilizan medios técnicos para engañar al pueblo y acceder a buenos puestos. Desde allí, colocan a sus familiares y amigos. Del sueldo de todos, financian al PSOE con la desvergüenza que les caracteriza. Me niego a ayudar a esos indocumentados gordinflones porque constituyen una amenaza para nuestro bienestar. Tampoco podría apoyar al PP valenciano porque creo en la alternancia en el gobierno. Tengan en cuenta que el poder debe ser ejercido en pequeñas dosis, y nunca de forma prolongada en el tiempo.



Andalucía y los andaluces son el mejor ejemplo viviente de cómo los ciudadanos prefieren seguir viviendo en perfecta adolescencia. Gentes que no quieren nunca hacerse responsables de sus actos. Ellos lo esperan todo del gobierno sin dar nada a cambio. Quieren carreteras, trabajos, buenos hospitales y una educación cojonuda. Eso sí, que la paguen otros. Con una clase política lerda y un pueblo adormecido, es fácil imaginar como la secta de los sin escrúpulos puedan seguir gobernando gracias a sus votos. Así el PSOE está en la poltrona del poder y ellos cobran esa miseria de ayuda familiar a la que se han acostumbrado. Mientras, los sindicatos siguen mirando para otro lado para no percatarse que son muchos los que cobran el paro y hacen sus chapuzas. Al otro lado, muchos ciudadanos vemos reducidos nuestros ingresos y, aún así, tenemos que mantener la autonomía más inútil en la historia del universo.



Muchos dirán que mis juicios sobre Andalucía y sus políticos son ciertamente incendiarios y radicales. No les falta razón, y lo son porque no soporto la estupidez humana que reina en esta parte de España. Como tampoco tolero que nos roben a plena luz del día con los aplausos de Canal Sur de fondo. Llevan tres décadas haciendo literalmente el ridículo por donde quiera que vayan. Son zafios, incultos y mi misión es exponer sus vergüenzas. Aquí les dejo otra muestra; hace poco, una señora socialista que tiene a todos sus hijos colocados en la Junta de Andalucía, le afeaba a su nuera el hecho de que su nieto, parado y con tres licenciaturas, vaya a votar al PP en las próximas elecciones autonómicas: “¿Se puede saber por qué mi nieto no se parece en nada a mi hijo?” La nuera le respondió de forma contundente: “No sé, lo que yo tengo es una vagina, no una fotocopiadora”. La Junta, en cambio, sí tiene una fotocopiadora para copiar el modelo de capullo de siempre. Por tanto, lo que toca ahora es tirar a esas copias a la basura.



Sergio Calle Llorens

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