miércoles, 9 de noviembre de 2011

EL ORIGEN DEL HIMNO DE LA LEGIÓN


Cuentan los más viejos del lugar que en los días en la que los españoles luchaban contra los rifeños en el norte de África, la moral de la tropa estaba por los suelos y Melilla a punto de caer en manos enemigas. Por aquel entonces cuando la cupletista Mercedes Fernández- Lola Montes- actuaba en un espectáculo de varietés en el teatro Vital Aza de Málaga donde cantaba un cuplé llamado “El novio de la muerte”. Una noche La Duquesa de la Victoria, que dirigía los hospitales de la Cruz Roja en Marruecos, esperó a que el espectáculo hubiese terminado para visitar a la artista en su camerino. Allí, lejos de los focos la ilustre dama se dirigió a la artista en los siguientes términos: “Mira Lola, esto tienes que cantarlo en Melilla, donde el General Silvestre está llevando una ofensiva en aquel territorio que puede acabar con la guerra, y tú, con este cuplé tan bonito, tan dramático y tan patriótico puedes contribuir en gran medida a algo tan importante como elevar la moral de las tropas. Te voy a recomendar para que actúes en la compañía de Valerio León, que se presentará allí dentro de unos días”. Lola Montes accedió y participó con la compañía del cómico en un fin de fiesta, modalidad muy de moda entonces, donde tuvo un éxito impresionante. La propia Lola lo describe así:


“Cuando salí a escena vestida de enfermera, el público compuesto de relevantes figuras de la vida civil, jefes oficiales y tropa, me dedicó una gran ovación. Y cuando terminé la canción, el auditorio en pie, estuvo aplaudiéndome un largo rato, lo que me produjo una dulce y tierna emoción”.


Sin duda Lola Montes que había vivido los terribles días de julio de 1921, cuando la ciudad de Melilla esperaba el asalto de las kabilas, había sabido captar la emoción y el dramatismo en su famoso cuplé. La pieza, tras su actuación en Melilla, se convirtió en habitual de su repertorio. El Teniente General Millán Astray, jefe del tercio, supo ver en la pieza, un hermoso canto legionario por la fuerza emocional que encerraba la letra. Por ello encargó al director musical de la banda del Tercio, Ángel García Ruiz, que adaptara el cuplé a las marchas de la semana santa, lo que consiguió con creces en el año 1952. Desde entonces, el paso procesional de la legión acompañando al Cristo de la Buena Muerte se ha convertido en uno de los momentos más sublimes de la semana santa malagueña. Cada año al ver el desfile marcial de La Legión cantando “su himno”, uno puede comprobar como se obra el milagro de la “redención legionaria”, donde los otrora marginados de la sociedad pueden redimirse de un pasado oscuro. Un milagro casi tan grande como el de haber transformado un cuplé en un precioso canto que está presente en el corazón de la mayoría de los malagueños.


Sergio Calle Llorens

2 comentarios:

  1. Así es y así se escribe, sin complejos y en brillante español, importando un cojón la opinión de la progrez(progre+hez). Enhorabuena y que cunda el ejemplo.

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  2. Muchas gracias por tus palabras. Saludos

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