En la vida todo tiene solución menos la muerte y el Psoe de Pedro Sánchez. Sin embargo, esta afirmación no será nunca compartida por los miembros de la secta del capullo ni leída por ciegos del viejo Reino de España. Para esta gente sus pensiones son y serán pagadas por los inmigrantes y a nadie le importa que nosotros, sufridores autónomos, metamos 5000 0 6000 euros en la caja de la seguridad social cada trimestre, porque simplemente no contamos en su imaginario como contribuyentes. Ni pagando nos consideran sus iguales.
Somos, por decirlo de una manera fría, la nada
más absoluta. Miembros de un grupo que sólo existe en el mismo plano que las
ganas de integrarse del colectivo “angélico” que viene de fuera. Pagar y
callar; esa es nuestra marca. El destino de millones de españoles que
pintamos lo mismo que Antonio Maestre en un congreso de mentes
brillantes. Ya sólo falta que el desgobierno actual saque un nuevo Decreto
Ley para que nos entierren con el culo al aire para que ustedes,
progresistas del carajo, puedan aparcar sus sostenibles bicicletas.
Desde tiempo inmemorial, mucho antes de que el
líder socialista escribiera su famosa carta mostrándose como un hombre profundamente
enamorado de su cuchicuchi, incluso mucho antes de que Sánchez provocase
el Big Bang- esta última afirmación está sacada del CIS de Tezanos-
se decía que el que paga manda, menos cuando eres autónomo porque entonces,
como algunos experimentamos en carne propio, nuestro silencio debe ser
sepulcral, no vaya a ser que despertemos a los menas de la siesta que se pegan
en los centros de acogida.
Del dar cera pulir cera del señor Miyagi, hemos pasado a la frase favorita de este gobierno; vamos a pulirnos a los pringados de los autónomos para que no lleguen a viejos. Y ahí están las tasas, las inspecciones, las cuotas y los nervios de cada año. En definitiva, somos unos cadáveres que por alguna razón seguimos en pie. Muertos vivientes que sólo quedan bien en el papel de machistas recalcitrantes de las infumables películas de la actualidad.
Buenos días
señor, ahí tiene usted la ventanilla por atreverse a montar una empresa. Buenas
tardes, enemigo del progreso, y una bella señorita te indica cuántas tasas
debes pagar por no ser el hermano del presidente. Buenas noches le espetas a
una muchacha que come espetos bajo la luna, y al día siguiente te llega una
denuncia del juzgado. Pagar y callar mientras damos cera y pulimos cera sin
vacaciones, sin paro, sin contraprestaciones y sin esperanza.
¡Qué poco nos quieren!
Sergio Calle
Llorens
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