domingo, 11 de septiembre de 2022

¡LA ÚLTIMA DE ELVIS!

 


Elvis nació en un cruce de caminos y a un servidor se le cruzan los cables cuando recuerda la última película de Baz Luhrman basada en las relaciones entre el Rey y su empresario. Pensemos que el chico de Memphis vio la luz bajo la esperanza del gospel, la oscuridad tenebrosa del blues, el fulgor sinuoso del RB y la tradición del country. Es decir, bebió de todos los ríos para convertirse en un pez que nadaba a contracorriente, sólo los peces muertos siguen el curso del agua, e hizo más que nadie contra las leyes racistas del viejo sur americano. Brillante es la escena en la que “The new Elvis” pide al grupo que toque “Trouble” porque, según su propia confesión, en la vida hay que escuchar a todo el mundo, y a veces a nuestro propio corazón. También es brillante la interpretación del Coronel Parker a manos del inmenso Tom Hanks. El tipo que hace de Cataluña en la película porque, como la región que nunca fue nación, ni era Coronel ni tan siquiera era americano sino un pirata holandés que exprimió al cantante hasta su muerte. Otro punto negro en la película es el intento del director de convertir a Elvis Presley en un seguidor de las ideas del partido demócrata. También se le va la mano, aunque este punto lo encuentro justificable, su intento de reconocer la apropiación cultural del chico blanco de la música negra. Sin embargo, en la banda sonora que acompaña la historia se cuelan hasta canciones de rap. Sencillamente lamentable.

Elvis, recordémoslo, nunca tuvo miedo a la oscuridad, sino a su propia luz que llegó a cegar a medio planeta para convertirse en el solista que más discos ha vendido de la historia. El australiano, que no parece entender que el rock and roll tiene una carga innegable de rebeldía y violencia, nos quiera hacer creer que la lana virgen proviene de las ovejas feas. Lo que viene a ser ir a por lana y salir trasquilado.

Sergio Calle Llorens

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