La sonata de
la bahía es una declaración de amor. Una partitura guiada por el halo divino
cuyo mensaje es un ideal estético que no es inmutable porque Málaga se
reinventa con la llegada de cada ola. La tonada que afirma que la vida pasa, y
las miradas se pierden en este mar sin límites, que no se acaba nunca. Esta
canción marinera retrata la atardecida en silencio mientras aleja de nosotros la
verborrea de las ciudades sin mar. Las notas de esta composición de azules
mediterráneos embrujan el alma, y la puesta del sol sobre la mar es una
maravilla lumínica.
Escucho
atento la canción triste del mar desde mi atalaya de la Cala del Moral y,
aunque la pieza es la misma, ninguna puesta de sol es idéntica en la bahía
malagueña: finas pinceladas tornasoladas, intensos bermejos que cuajan en
las aguas tranquilas, el poniente en su eterna lucha contra el levante, lo único
que varía es la mecida de la tarde que nos acuna a todos, incluso en los días
de lluvia.
Suena la
sonata de la bahía en la brisa desmayada de febrero cuya letra, dicen los
marineros, requiere de silencios prolongados.
¡Cuánta
belleza!
Sergio Calle
Llorens
Bueno, como siempre...hoy te vi,creo me cruce contigo en el hosp.Civil...saludos Sergio
ResponderEliminarPues no creo porque llevo tiempo sin ir por esa zona. En cualquier caso, es bueno saber que hay otro guapo que se parece a mí- jejejeje- Un saludo quien quiera que seas.
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