Mis ojos estaban fijos en un cielo nocturno tan rojizo como
una luciérnaga. Nada que ver con el esplendor azabache de las noches sin luna. Estaba
cansado tras una larga caminata por una foresta silenciosa. La mejor metáfora para una existencia aislada.
Tratando de escapar de la soledad, escancie por tercera vez un vino de Jumilla en la copa. La lluvia silenciosa,
que comenzaba a caer, no ayudaba en exceso a levantarme el alma. Sin duda,
cuando haces de la disidencia el motor de tu existencia, la incomprensión es el
precio a pagar. Especialmente en España donde
los discrepantes siempre estamos de enhoramala.
Fíjense; cuando escribía que los socialistas andaluces
se lanzan a la corrupción como los patos al agua, me llamaban, y todavía me
llaman, facha. Cuando hacía pinitos en la lengua de los ancestros, era un
polaco asqueroso. Cuando taquigrafié a la muchachada de Vox como nacional-católica algunos de mis compañeros de página me dijeron
de todo menos bonito, todo muy poco liberal. Cuando afirmo que
mi tierra se ha esposado al putrefacto cadáver andaluz y la única solución
posible es un Malexit, me tildan de
aldeano peligroso. El español solo me respeta si coincido en todas sus opiniones. En caso contrario, y si pudiera, me fusilaría, a ser
posible usando balas las terroríficas
balas Dum-Dum, en la tapia de cualquier camposanto del país.
En definitiva, para los de la tercera España solo hay un sitio; el nicho. Pensaba en ello en el retiro de la madrugada, con esa copa de vino anclada al noray de mi mano, llegando a
la conclusión de que es inútil resistir como los griegos en la batalla de Termópilas. Al final, las histéricas
del odio siempre son mayoría. Gente de una gran sensibilidad que se emociona con las hogueras donde hemos de arder los disidentes. La Santa Inquisición sigue viva en estas desgraciadas tierras. Los
muertos que, desde hace siglos, reposan mudos en sus tumbas, estarían de
acuerdo conmigo. Lo que pasa es que no quiero convocarles, no vaya a ser que se
unan al pelotón de fusilamiento.
Bona nit
Sergio Calle Llorens
Esta es la última entrada relacionada con la política que aparecerá en este blog. Saludos
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