martes, 22 de diciembre de 2015

EL 20 D

Del 20-D se desprenden varias conclusiones; Podemos es la tercera fuerza política de España. Dicho de otra manera; los patéticos bolivarinos no han podido, ni podrán, hacer de la nación moderna más antigua del mundo una nueva Venezuela. El PSOE, por su parte, obtiene los peores resultados de su historia pero resiste en la Andalucía pueblerina que baila al ritmo de los ERE.  El PP ha ganado las elecciones  con unos excelentes resultados si nos atenemos a todos los casos de corrupción en los que ha estado envuelto.  Vaya que no han salido tan mal parado. Y es que no ha habido ni un día en el que las televisiones de Podemos- La Sexta y Cuatro- recordaran a los votantes el caso Bárcenas, con un Rajoy que se refugiaba de todo tras una televisión plasma plasmando un Presidente desnortado. Ciudadanos se desinfló a mitad de la carrera pero, una vez más, Rivera demuestra sentido de Estado con sus propuestas para cambiar el país.  Su formación ha llegado a alcanzado 40 diputados, los mismos que el coletas Fumanchú con su marca propia, que podrían ser fundamentales para el futuro de España. Entre los perdedores destacaría a una UPD a la que, aunque no le pasó un tren por encima, perdió el que le ofrecieron los naranjitos.  Finalmente, Alberto Garzón ha llevado a su formación a la casi inanición parlamentaria como ya les predije. 

En clave local, en la Málaga mediterránea la gaviota sigue sobrevolando aunque sus alas pierden brío. Por su parte, la secta del capullo cosecha un nuevo fracaso de la mano de los Heredia y compañía. No quisieron ni hacer declaraciones sobre la derrota.  Ciudadanos lleva a Irene Rivera a unos buenos resultados que parecen indicar que el partido ha llegado a estas orillas para quedarse.  En el terreno de lo ridículo quedará UPD con 4488 votos, la mitad de PACMA.  Y es que cuando uno elige como cabeza de cartel a Manuel Huertas cualquier desgracia puede pasar. Finalmente Málaga Por Sí, con los que me une el deseo de ver a nuestra provincia fuera del invento andaluz, tan solo pudo convencer a 924 malagueños de la importancia de que las cosas de aquí se resuelvan aquí. Fracaso esperado si nos atenemos a la pobre campaña que han protagonizado.  Y si siguen culpando de todo lo malo que aquí pasa a Sevilla, su cosecha de votos, lejos de mejorar, terminará secándose.

Votado lo votado, es evidente que España no necesita votar cada cuatro años para demostrar que está habitada por un pueblo que tiene mucho de súbdito y poco de ciudadano. Ahora toca acoquinar con los representantes elegidos Sí, ustedes y yo; y nada de quejas que es el lenguaje de los fracasados. Sencillamente tenemos lo que nos merecemos.


Sergio Calle Llorens

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