miércoles, 14 de octubre de 2015

¡AMEMOS ESPAÑA!

Los árabes mueren para vivir y los occidentales vivimos para no morir. Por eso no nos pondremos nunca de acuerdo. Los de la izquierda radical viven muertos en vida mientras los liberales amamos la existencia hasta de los difuntos. De ahí que los bermejos caminen tragando veneno y nosotros cabalguemos por la pócima de la libertad que agranda el espíritu.

Willy Toledo es un lerdo, cierto. El problema no radica en sus descalificaciones sino en el hecho, a mi juicio incontestable, de que los grandes medios de comunicación patrios se hagan eco de sus rebuznos. El actor, o lo que sea, se le sube el cianuro a la cabeza que ya no tiene cura. Si realmente amara la vida de otros seres humanos, se preocuparía menos de los indios de hace 500 años  para volver sus ojos a los asesinados en la Venezuela de Maduro o en la Cuba de Castro.  Tiemblo de pensar en lo que haría Toledo de tener la oportunidad de dirigir un tribunal de orden público. Seamos serios, este botarate de menos cuantía no merece ni una línea, ni un solo pensamiento. El problema es que sus declaraciones se colocan en primera página y, así va pasando la vida en España.

¿Pero qué es España? Personalmente es una mañana desayunando pan con olio. Un atardecer mediterráneo. Un amanecer gris madrileño. La literatura de Pla. Las coplas que las mujeres andaluzas canturreaban en las ventanas. Una marcha de semana santa. La canción báquica de Espronceda. Una vela encendida para recordar a tus padres  fallecidos. Las miles de batallas ganadas. Los naufragios de nuestras naves. El arte de nuestros poetas. La filosofía de nuestros Sénecas. La solidaridad y el odio africano. El jazmín, la dama de noche y los grillos cantando una serenata de madrugada. Todo lo anterior es España y, por eso me duele tanto que se hablara menos de nuestras cosas en la Fiesta Nacional que de los roznidos de Toledo.

Como siempre digo; lo que nos salvará será el amor y nunca el odio porque, solo a través del querer se alcanza la redención. Dejemos morir a Toledo porque la suya, como saben los lectores del Quijote, es muerte entera. Amemos España en libertad, por encima de todo y a pesar de todos.


Sergio Calle Llorens

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