Me conmueve hasta la lágrima que haya gente que piense combatir con la palabra a una ideología que viene directamente del medievo. Me sorprende, y no debería, que haya tanto papanata suelto afirmando que el Islam es una religión de paz. Me enerva que los que ayer defendían la alianza de civilizaciones, hoy se apunten a la defensa de la libertad de expresión.
Hoy es un buen día para mencionar aquel artículo de Rodríguez Zapatero en el International Herald Tribune en el que afirmaba, ojo al dato, "que no existen derechos sin responsabilidad y sin respeto por la sensibilidad diferentes. La publicación de caricaturas puede ser perfectamente legal, pero no es indiferente, y por tanto, debería ser rechazada desde un punto de vista moral y político". Ya ven, el zote intelectual de ZP abogando por una autocensura para no molestar a esos bárbaros. Y ayer, por supuesto, acudió a una concentración de repulsa al ataque sufrido por la revista Charlie Hebdo. De la alianza de civilizaciones a reconocer, supongo, que ha protagonizado el más espantoso de los ridículos. Hubo un día en el que su partido llamaba a rodear las sedes del PP en plena jornada electoral. Ayer, en cambio, el leonés mostraba esa solidaridad con el pueblo francés y su gobierno que no tuvo con el de casa.
También es una buena jornada para recordar como en España los etarras remataban a sus víctimas en el suelo y, muchos hablaban de que esos crímenes escondían un conflicto político, hoy lo sigue haciendo Pablo Iglesias- el mismo que ayer sí mostraba solidaridad con las víctimas- sin que se le mueva una ceja. A su vez, es la hora perfecta para rememorar a esos gobiernos catalanes fomentando la inmigración magrebí, a la que prometían el oro y el moro, si apoyaban el proceso independentista al saberse en clara minoría en Cataluña. Buen momento también para mencionar todos los artículos del gran Antonio Gala, todos anticristianos y casi ninguna referencia al peligro del islamismo radical. Sí, esos artículos llenos de clausulas adversativas de "sí pero", para echar balones fuera y seguir con su ensoñación andalusí.
Ayer mientras la Sexta ponía el enfasis en que con el atentado solo ganaba el Frente Nacional de Le Pen, e incluso buscaba algún palo con el que atizar a los católicos y a todo el mundo occidental, algunos hacíamos memoria. Decíamos, y decimos, que Israel es la frontera perfecta para contener a los bárbaros. Pensábamos, y pensamos, que si los musulmanes quieren diferenciarse de esa gentuza, deben dar un paso adelante y demostrar que están con nuestra civilización o marcharse de una vez por todas. Afirmábamos, y afirmamos, que pertenecemos a una cultura superior en la que un parlamento es el templo supremo y la palabra el Dios absoluto. Esa que se usa en muchas mezquitas europeas para destruir nuestra civilización. No se puede defender un día una cosa, y al siguiente justamente lo contrario. Ayer, hoy y siempre el islam debe elegir entre permitir que unos periodistas le caricaturicen o que sus bárbaros lo retraten con sus actos criminales. Nosotros, en cambio, siempre hemos quedado inmortalizados en la imagen como liberales que defendemos la libertad de todos con mayúsculas. Dicho de otro modo, somos los que siempre tendrán al otro lado de la trinchera.
Sergio Calle Llorens
Soy escritor, investigador, guionista, profesor de idiomas y muchas cosas más que no caben aquí. También tengo una sección en Espacio en Blanco de RNE. El mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan, tú cavas.
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A nadie debería sorprenderle esto: es la consecuencia directa de haber estado más de veinte años poniéndoles el culo y consintiendo que cada Constitución sea su cortijo.
ResponderEliminarUn abrazo, don Sergio. ¿Es usted fan de AC/DC? De ser así, le conmino a que se pase por mi espacio y me diga cuál es, para usted, el mejor álbum de los australianos. ¡Un abrazo!
Gracias amigo. Por supuesto que soy fan, pasa el link por aquí para que lo vea más gente. Un abrazo.
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