martes, 23 de diciembre de 2014

BABADOOK


Cuando vivía en el barrio londinense de Notting Hill solía degustar cervezas con un grupo de australianos de mi empresa. Fueron unos noches mágicas. Una de ellas, cenamos juntos al ex líder de Aztec Camera; Roddy Frame cuya carrera en solitario me ha resultado mucho más interesado que cuando todo el mundo hablaba de él como un chico prodigio. Aquella velada descubrí que Kate, una chica de Synedy, era una gran fanática de las películas de terror. Lógicamente terminamos disfrutando de diferentes películas en los cines de aquella ciudad que, sin duda, habíamos hecho nuestra por derecho. Luego nos uníamos al resto de la pandilla de salvajes de aquella parte del mundo. Desde que nos dijimos adiós, ella me regala películas de terror por navidad. Muchas de ellas son de su tierra y, hasta ahora, no había disfrutado demasiado con ninguna. Sin embargo, en noviembre acudí a mi obligada con el Fancine que se celebra en Málaga organizado por la Universidad. Un festival que es un homenaje al género. En esta ocasión se incluía una sección sobre el mundo del espionaje y, además de algunas cintas muy potables, pudimos degustar una conferencia sobre las mejores operaciones de los servicios secretos españoles por el gran Fernando Rueda. Fue sentado en el patio de butacas cuando leí en el programa oficial que podía ver la película australiana Babadook.

He de reconocer que por primera vez, tras conocer en persona a Linda Blair- la niña poseída del exorcista- salí completamente entusiasmado del cine. La película no tiene grandes efectos especiales, ni grandes sustos pero el terror con mayúsculas te atrapa, y de que manera.

Un libro para niños llamado Mister Babadook con ilustraciones terroríficas para el hijo de la protagonista. Un niño que sobrevivió al accidente que mató a su padre. Es obvio que hay gente que nunca debe abrir un libro de terror como, hay hombres que nunca deben abrir el corazón de determinadas mujeres. Y Babadook es una película muy centrado en el aspecto femenino, porque hablando de mujeres, la directora Jennifer Kent convierte una casa banal en una enigmática amenaza sobre la familia. Sin grandes alardes técnicos pero con la espectacular actuación de Essie Davis, Babadook se convierte en la primera película australiana de horror que me ha fascinado. Kate, por fin, puede mandarme esa cinta para que pueda organizar, y con éxito, esa noche de terror que organizo cada años para mis familiares coincidiendo con las fiestas navideñas. Y como ustedes, obviamente, no caben junto a la chimenea, les aconsejo que comprueben por sí mismos el poder hipnótico del Babadook.

Sergio Calle Llorens

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