La noticia ha despertado la admiración de toda España e,
incluso, una cierta envidia sana por los logros culturales y turísticos de la
capital de la Costa
del Sol. Se trata del último as que se ha sacado de la manga el alcalde de Málaga;
el cubo del puerto será desde del Pompidou desde 2015. Todo está firmado para
que unas 70 obras del centro parisino se exhiban junto al mediterráneo. A la
grandiosa oferta cultural con el Picasso, el Thyssen, el CAC y, próximamente el
Bellas Artes, se le unirá el Pompidou como el sexo referente museístico de fama
mundial en la ciudad.
Es excepcional la noticia porque es la primera vez que la
marca Pompidou sale de Francia y, Málaga ha sido la elegida tras años de
negociaciones secretas que ahora ven la luz en los medios de comunicación. Fuera
de Paris, sólo Metz cuenta con un centro Pompidou. Por ello, se puede afirmar
que a Málaga le ha tocado el gordo de la lotería por adelantado.
Sin embargo la noticia no ha sido bien acogida en las
huestes de la secta del capullo. María Gámez anda echa un basilisco por las
redes sociales. Es evidente que es un nuevo sapo el que se ha tenido que tragar
tras fracasar en su torpedeo al museo Carmen Thyssen de Málaga. Un museo que
fue inaugurado sin la presencia de ningún cargo de la Junta pues era grande la
frustración de los socialistas que querían llevar la pinacoteca a Sevilla. Tampoco
ha estado muy acertado el portavoz de IU en el ayuntamiento dejando claro que
no le llega ni a la suela de los zapatos a su antecesor. Un señor de izquierdas
trabajador, cabal y muy honrado.
Málaga sigue despertando el interés de empresas tecnológicas
y universitarias. A día de hoy ya son cuatro las universidades privadas
interesadas en instalarse en la capital de la Costa del Sol: Universidad Europea de Madrid
(UEM), Universidad Católica de Murcia, la Loyola Andalucía y ahora la U-tad que es una entidad
docente privada dedicada a la tecnología y el arte digital para lo que ya
negocia con el ayuntamiento por el museo de Tabacalera. La Junta , como no podía ser de
otra manera, se opone. No importa, al final la burguesía malagueña liberal
derrotará a la rancia casta andaluza.
El esfuerzo de los malagueños ha hecho por colocar a la
ciudad y a su provincia como la primera del sur español. Hoy día ya es un referente
en el mundo del turismo, la cultura y las nuevas tecnologías. Ahí quedan los
informes de la Caixa. Incluso
cuenta con el proyecto Smartcity que constituye la mayor iniciativa europea de
ciudad ecológicamente eficiente Su objetivo es reducir las emisiones de CO2. Es un gusto ver pasar a esos coches
eléctricos por La Alameda. Todos
estos logros se han producido con un destierro de la manera andaluza de acudir
al trabajo, oponiendo una forma muy judía de entender el progreso.
Málaga Valley es otra prueba de esta nueva forma de enfrentarse al conocimiento. Y todo en tiempos de crisis que no han impedido
que empresas como Google, Siemens o Huawei se instalen en la ciudad de Picasso.
Por tanto, no deben importarnos los
rebuznos de esa masa abyecta que vive de los presupuestos y, mucho menos, el
discurso enmarañado y gris de la hija del farero con menos luces que un barco
pirata. Como dijo Maradona; ¡qué la chupen! ¡Qué la sigan chupando!
Sergio Calle Llorens
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