Mientras el cielo del sur se curvaba en la noche
aterciopelada cuajada de estrellas mi espíritu se agitaba inquieto cuan
borracho en la Casa
del Guardia que, para no iniciados, es la Capilla Sixtina de Málaga. El
templo sagrado del Dios Baco y sus millones de seguidores. Degusté un
maravilloso líquido oscuro que corría libre por mi garganta. Iba a pagar la
cuenta cuando un mensaje me desmenuzaba la factura de la copa institucional de la UGT en la Feria de Hispalis.
Cantidades abrumadoras, contantes, insultantes para el oído
crítico. 1162 jarras de cerveza, 154 refrescos, 167 botellas de manzanilla, 124
jarras de rebujito, 27 botellas de agua y 25 tintos de verano. Eso para ayudar
a ingerir las 100 bandejas de canapés, las 150 de jamón ibérico, las 107 de
cañas de lomo, las 65 raciones de queso, los 50 platos de gambas-¿de Sevilla?-
los 57 platos de tortilla, los 20 de pimientos, los 20 de tomatitos, los 31 de
flamenquines, los 20 de olivas, las 102 delicias de bacon,, los 115 solomillos
y las 26 croquetas. Todo por el módico precio de 11619 euros.
Y no dimite nadie y la Sexta calla, y Canal Sur se centra en repartir la
solidaridad entre los pobres que crea su socialismo aldeano. Esa gente que pone
el grito en el cielo con la corrupción ajena. Como podemos observar, los
descendientes de los fariseos son legión. Los nuestros lo hacen a sabiendas de
que no les pasará nada. Son tan discretos en sus atracos como un elefante verde
en una playa de Marbella.
Convendrán conmigo que los sindicalistas tienen, además de
un temperamento claramente sádico, un ingenio mordaz y nervios de acero para
cometer hurtos de todo tipo. También es de derecho resaltar su desvergüenza a
la hora de justificar el desaguisado como una reunión de trabajo. Queda
preguntarse quién podría trabajar ciego de gambas y de alcohol. A no ser que
seas un socialista bien alimentado por el régimen. Mi madre me dijo que me
encontraría en mi vida con individuos de esta calaña, pero no tantos. Visto lo
visto, espero que ahora entiendan mi interés en darnos de baja de Andalucía.
Sergio Calle Llorens
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