No había foto, comentario, canción o cualquier cosa que apareciera en mi muro que la susodicha pasara por alto. Todo lo comentaba, de todo opinaba y, como no podía ser de otra manera, mis amigos y familiares comenzaron a cachondearse de la susodicha. Era un secreto a voces que la mujer no estaba en sus cabales. Me armé de paciencia, no quedaba otra. Luego vino la venta de mi libro que le provocó gran morbo a la señora gaditana. Consiguió mi número y trataba de conversar por whatsup. Su fiebre uterina competía con la superficie del astro sol. No tuve más remedio que parar sus intentos de acercamiento; invitaciones veladas, proposiciones algo subidas de tono y un sin fin de mensajes a horas intempestivas de la madrugada. Llegó a invitarme a bailar sevillanas, sin saber que esa música me produce repugnancia. La borré, la bloqueé y desde entonces enloqueció. A veces sus mensajes pasaban por ser dulces y, en otras ocasiones, me juzgaba duramente, me insultaba y como no le hacía ni puñetero caso, la muy subnormal volvía a su plan inicial.. La motivaba, decía, su deseo de recuperar mi amistad que, dicho sea de paso, nunca tuvo y nunca tendrá.
Su acoso llegó a tal grado de demencia que estuve a punto de denunciarla pero tras unas cervezas junto al mediterráneo, pensé que lo mejor sería esperar a que pasara el tiempo. En verdad, es curioso como uno puede inspirar, provocar y enamorar con unos simples textos. La escritura, amigos, es algo muy peligroso. Bien pensado, también es sorprendente lo que una seguidora despechada y demente puede llegar a hacer por vengarse del objeto de sus deseos no correspondido. Ayer mismo me escribía pidiéndome encarecidamente que no leyera su muro de facebook, ni la siguiera en twitter. Nunca he hecho tal cosa, sobre todo porque no suelo leer a la gente que escribe con faltas de ortografía y segundo, pero no menos importante, porque la mujer es horrorosa. Vaya que de ser la última mujer en la tierra, yo preferiría hacérmelo con una serpiente de Madagascar que, como todo el mundo sabe, es mucho menos dañina.
Imagino que esta entrada multiplicará su rabia, ustedes me disculpen, pero no hay nada que me guste más que ver a una imbécil fuera de sus casillas. Estoy seguro de que leerá lo que aquí le dejo escrito y le entren ganas de envenenarme. No hay peligro, ya les digo, pero de haber tenido la desgracia de ser su marido , parafraseando a Winston Churchill, yo mismo me tomaría gustoso el veneno. Pues eso, patética Patricia.
Sergio Calle Llorens
Mujeres así en todos lados, al igual que hombres acosadores, la cosa se iguala. Así que tranquilo, tiempo al tiempo: PACIENCIA! Todo llega a quien sabe esperar. Ante todo: La HUMILDAD es la clave del éxito...
ResponderEliminarBueno no hay que darle demasiada importancia. Además la culpa es mía porque ya me habían advertido deL estado mental y de las formas de la criatura. Mi victoria es no tener que ver su estúpida cara a diario. Saludos.
EliminarSusana bonnemaison; a veces te confias demasiado y hay gente muy mala. Por los mensajes que me enviaste de esa señora me fueron suficientes para entender que no está bien como dices. Investigue un poco a la tipeja y ha tenido muchistes conflictos con todo cristo. La echaron por eso y sigue inventándose una sarta de mentiraS que justifican un encierro en el hospital psiquiátrico más cercano. Saludos amigo mío.
ResponderEliminarLo sé Susana pero no volverá a ocurrir. Conocía la información de todas formas. Saluditos.
EliminarPiensa que esa mujer puede sufrir algun tipo de inestablidad mental o depresion y ha visto en tus articulos o incluso en tu persona, un amigo al que idolatra.No me gusta juzgar a las personas incluso conociendolas, pero tômatelo como una fan que ha conocido a su idolo.Puede que te haya acosado un poco, porque todos(yo el primero)nos hemos encontrados alguna vez algo perdidos y solos.
ResponderEliminarSaludos y no le des mas importancia que este articulo,ya que yo, si fuera ella, ya estaria contenta si consigo al menos, que me escribieras un articulo a mi persona.
Tienes parte de razón pero no creas que le he dado demasiada importancia. Sin embargo, he preferido escribir ésto a publicar sus correos y humillar a la mujer. Saludos.
EliminarLo increíble es que una mujer tan patética pueda seguir un blog para gente inteligente. Ni caso hermano. Arturo
ResponderEliminarYo tampoco me lo explico. En cualquier caso, y cumplido mi objetivo, paso de semejante adefesio y doy por concluida la polémica, a no ser, claro está, que vuelva a mandarme un nuevo mensaje.
EliminarTranquilo amigo, el dilema de la respuesta al imbécil agresivo: SI se le contesta, cree que se le dio importancia; SI NO, cree que se le dio la razón. Mejor es callar que entrar al trapo, pues te puedes descalificar tú mismo, pues sí es una enferma, no merece la pena ni nombrarla. Saludos de un paisano.
ResponderEliminarGracias por el consejo amigo. Lo que pasa es que como no le hacía, ni le hago caso, ha estado molestando a amigos y familiares para que mediaran y, a cada uno le cuenta una versión diferente, todas delirantes. En ocasiones, hay que enseñar los dientes. Saludos.
EliminarPara no darle importancia al asunto, le has dedicado muchos comentarios.
ResponderEliminarQuerido amigo, todos los hombres que no tienen nada importante que decir, insultan y difaman con mentiras y ofenden a quienes temen o admiran.
Así que le estas dando momentos de gloria y fama. Estará disfrutando de lo lindo, está consiguiendo su objetivo, sacarte de tus casillas.
No estoy de acuerdo, pues tuve que salir a la palestra para aclarar un acoso que, aunque cueste creerlo, ha continuado contra mi círculo. He tenido que cortar de raíz y no me ha sacado de mis casillas, sino que la he puesto en la casilla que a ella le correspondía; la de la demencia. El tema ya es agua pasada. Mi vida es demasiado bonita para que personajillos como la aludida me la estropeen.
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